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La técnica de asignación de tareas graduadas para tratar la depresión


Dentro de la terapia cognitiva para el tratamiento de la depresión, se incluyen una variedad de técnicas emocionales, cognitivas y conductuales orientadas a disminuir los síntomas depresivos. En este artículo hablaremos de la asignación de tareas graduadas, una técnica indicada especialmente en las primeras fases del tratamiento psicológico.

La Asignación de tareas graduadas está enfocada a disminuir la apatía del paciente y a promover su activación conductual, para que poco a poco su estado de ánimo vaya mejorando. Vamos a conocer con detalle cómo se consigue esto mediante dicha técnica.

Las técnicas conductuales

La terapia cognitiva de la depresión incluye diferentes componentes o técnicas agrupadas en 3 grandes áreas: técnicas conductuales, cognitivas y emocionales. Dentro de las técnicas conductuales, encontramos la asignación de tareas graduadas.

Las técnicas conductuales se utilizan para promover cambios conductuales y paliar síntomas motivacionales y afectivos, sobre todo en pacientes muy deprimidos. También ayudan a detectar y modificar cogniciones desadaptativas usadas como pequeños experimentos.

Dentro de ellas, se distinguen:

  • Técnicas de dominio y/o satisfacción.
  • Ensayo o práctica cognitiva.
  • Role-playing.
  • Técnicas de afrontamiento.
  • Programación de actividades.
  • Asignación de tareas graduadas.

Vamos a ver en qué consiste esta última, la asignación de tareas graduadas.

Asignación de tareas graduadas: características

La asignación de tareas graduadas es una técnica conductual muy utilizada en la terapia cognitiva de Aaron Beck para el tratamiento de los trastornos depresivos.

La asignación de tareas graduadas se usa sobre todo en las primeras fases de la terapia, y/o cuando el paciente está muy deprimido, con objetivo de sacarlo de ese estado de apatía y abulia absoluta. El objetivo del terapeuta será restablecer el nivel de funcionamiento previo del paciente antes de la depresión.

La aplicación de las tareas graduadas permitirá ir incorporando técnicas más cognitivas en fases más avanzadas del tratamiento, cuando el estado de ánimo del paciente sea mejor.

La técnica consiste en asignar al paciente tareas con diferente grado de dificultad, que supongan un reto para él pero con una alta probabilidad de éxito. Las tareas serán graduadas, es decir, su nivel de dificultad irá de menos a más, y cada vez serán más complejas para el paciente.

El terapeuta deberá registrar las expectativas de dificultad y eficacia del paciente acerca de las diferentes tareas o actividades, así como el grado de realismo en cuanto a estas expectativas.

También será importante, a medida que avanza la terapia, ir contrastando las evaluaciones del paciente acerca de su desempeño.

Fundamentos teóricos de la asignación de tareas graduadas

El fundamento teórico de este método se basa en la observación clínica de que el paciente en estado depresivo grave cree que ya no es capaz de desarrollar las funciones que “se esperan de él” como estudiante, trabajador, madre o padre, etc. De la misma forma, sus personas significativas a veces también lo empiezan a pensar.

Además el paciente puede que ya no tenga esperanzas de obtener gratificación de las actividades que antes le gustaban. Por eso la asignación de tareas graduadas también se considera un experimento conductual, donde el paciente comprueba que puede desarrollar todas estas tareas e incluso puede volver a disfrutar con ellas.

De la misma forma, el terapueta, al ayudar al paciente a modificar ciertas conductas, podrá mostrarle que sus conclusiones negativas y excesivamente generales eran incorrectas.

¿Cuándo usar la técnica?

Como ya se ha comentado, la asignación de tareas graduadas se suele usar al inicio de la psicoterapia, en las primeras fases del tratamiento. Concretamente, podemos diferenciar tres fases de la terapia cognitiva:

Ena la fase 1 se encuentra la asignación de tareas graduadas. En esta fase, se planificaran con el paciente una serie de actividades o tareas graduadas que este irá desarrollando.

Primero, deberá registrar las actividades que realiza diariamente y su estado de ánimo.

Después el terapeuta programará con él actividades orientadas a aumentar su nivel de actividad, su satisfacción y su sentimiento de logro (el objetivo es que el paciente se sienta “útil” aunque sea ante tareas sencillas).

Finalmente, las actividades se descompondrán en pasos más pequeños cuando sea necesario.

Beneficio adicional de la técnica

Esta primera fase de la terapia, además, así como la asignación de tareas graduadas, supone un beneficio adicional para el paciente, ya que ayudará a evitar o controlar la tendencia a las rumiaciones.

De esta forma, al aumentar el nivel de actividad, la atención y la energía se centrarán en aspectos diferentes al propio pensamiento (irán dirigidas al mundo exterior, y no tanto al interior).

Así, cuando el paciente centre su interés y su atención en actividades concretas, el terapeuta lo inducirá para contrarrestar su huida hacia pensamientos rumiativos o depresivos y permitirá que se dedique a actividades más constructivas.

Por otro lado y como ya hemos visto, existen otras técnicas parecidas a la asignación de tareas graduadas. Concretamente una muy parecida es la programación de actividades. Vamos a ver las diferencias entre ellas, ya que son conceptos que a veces se usan indistintamente (aunque son técnicas ligeramente diferentes).

Diferencias entre Programación de actividades y asignación de tareas graduadas

La programación de actividades es más exigente y estructurada que la asignación de tareas graduadas, y la asignación de tareas graduadas, por su parte, está enfocada a actividades de la vida cotidiana del paciente.

Además, la programación de actividades deberá incluir una agenda del paciente donde vaya anotando las tareas programadas junto al terapeuta.

Referencias bibliográficas:

  • Feixas, G; Miró, T. (1993). Aproximaciones a la psicoterapia. Una introducción a los tratamientos psicológicos. Barcelona: Ed. Paidós
  • Labrador, F.J. et al. (2001). Manual de técnicas de modificación y terapia de conducta. Madrid: Pirámide