Los 20 mejores poemas cortos para niños
La poesía infantil es una expresión artística adaptada al lenguaje y comprensión de los niños. En términos generales la lectura de poemas permite a los pequeños adquirir conocimientos sobre sí mismos y sobre su entorno de manera entretenida.
No sólo eso, sino que les permite adquirir o reforzar muchas otras habilidades. Por ejemplo, ayuda a desarrollar imaginación y al mismo tiempo sensibilidad emocional y artística. Por otro lado, incrementa su vocabulario y refuerza el vínculo con el lector. Así mismo puede ayudar a desarrollar habilidades de expresión verbal, incluso algunas complejas como la oratoria.
En el siguiente texto encontrarás varios poemas cortos para niños escritos por distintos autores, que pueden ser muy útiles para aprovechar tiempos de ocio y al mismo tiempo reforzar varios aprendizajes.
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Poemas cortos para niños (explicados)
Por lo general, los poemas para niños son de corta extensión. Es así ya que esto les permite mantener la atención durante periodos adecuados a su desarrollo, así como retener distintos conocimientos de manera sencilla.
Dicho de otro modo, esta actividad puede reforzar el aprendizaje sobre distintos contenidos, según el poema aborda temas relacionados con los valores, la naturaleza, los vínculos, etcétera. Veremos a continuación algunos ejemplos.
1. Caracola, de Federico García Lorca
Me han traído una caracola.
Dentro le canta
un mar de mapa.
Mi corazón
se llena de agua
con pececillos
de sombra y plata.
El sonido que se escucha dentro de las caracolas puede dar para mucha creatividad, y estos versos son un ejemplo de ello.
2. Una rosa blanca, de Amado Nervo
Cultivo una rosa blanca
en junio como enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.
Una filosofía de vida basada en el perdón.
3. Todo es ronda, de Gabriela Mistral
Los astros son ronda de niños
Jugando a la tierra espiar
Los trigos son talles de niñas
Jugando a ondular… ondular
Los ríos son rondas de niños
Jugando a encontrarse en el mar
Las olas son rondas de niñas
Jugando la tierra a abrazar
Metáforas elegantes en las que los más pequeños son los protagonistas.
4. No, de Gloria Fuentes
No a la tristeza
No al dolor
No a la pereza
No a la usura
No a la envidia
No a la incultura
No a la violencia
No a la injusticia
No a la guerra
Sí a la paz
Sí a la alegría
Sí a la amistad
La transmisión de valores puede producirse también a través de estos sencillos poemas cortos para niños.
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5. Abril, de Juan Ramón Ramírez
El chamariz en el chopo.
-¿Y qué más?
El chopo en el cielo azul.
- ¿Y qué más?
El cielo azul en el agua.
- ¿Y qué más?
El agua en la hojita nueva.
- ¿Y qué más?
La hojita nueva en la rosa.
- ¿Y qué más?
La rosa en mi corazón.
- ¿Y qué más?
¡Mi corazón en el tuyo!
Entrañable poema con el que crear un diálogo basado en versos.
6. Los juguetes son para jugar a jugar, Gloria Fuentes
No para Jugar a Matar (de mentira)
Las pistolas (ni de agua)
El revólver (ni de broma)
La escopeta (ni tocarla)
Los juguetes para todo
Y las armas para nada.
Una defensa de los juegos no violentos.
7. Pegasos, lindos pegasos, de Antonio Machado
Yo conocí siendo niño,
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.
En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.
¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!
Versos acerca de la ilusión infantil con la que se va al tiovivo.
8. Versos de la tierra, Javier Luis Taboada
La Tierra es una peonza
que no para de girar.
Aunque parezca redonda,
no te dejes engañar.
Está un poquito achatada
por arriba y por abajo.
Es como una mandarina
pelada marcando gajos.
La Tierra cuando se mueve,
a vueltas sobre sí misma
y alrededor de su sol,
sin destrozarse la crisma.
Poema para niños que además de resultar divertido sirve para aprender acerca de nuestro planeta.
9. Naranja dulce (Anónimo)
Naranja dulce,
limón partido,
dame un abrazo
que yo te pido.
Si fueran falsos
mis juramentos
pronto, muy pronto
se olvidarán.
Un poema infantil basado en las sensaciones.
10. Canción de cuna de elefante, de Adriano del Valle
El elefante lloraba
porque no quería dormir
Duerme elefantito mío
que la luna te va a oír
Papá elefante está cerca
se oye en el Manglar su mugir
Duerme elefantito mío
que la luna te va a oír
El elefante lloraba
y alzaba su trompa al viento
parecía que en la luna se limpiaba la nariz.
Sencilla narración centrada en la historia de un elefante.
11. Los ratones, de Lope de Vega
Juntáronse los ratones
para librarse del gato;
y después de largo rato
de disputas y opiniones,
dijeron que acertarían
en ponerle un cascabel,
que andando el gato con él,
librarse mejor podrían.
Salió un ratón barbicano,
colilargo, hociquirromo
y encrespando el grueso lomo,
dijo al senado romano,
después de hablar culto un rato:
- ¿Quién de todos ha de ser
el que se atreva a poner
ese cascabel al gato?
Un simpático poema infantil lleno de humo, sobre la diferencia entre la teoría y la práctica.
12. Las Hadas, de Rubén Darío
Las hadas, las bellas hadas,
existen, mi dulce niña,
Juana de Arco las vio aladas,
en la campiña.
Las vio al dejar el mirab,
ha largo tiempo, Mahoma.
Más chica que una paloma,
Shakespeare vio a la Reina Mab.
Las hadas decían cosas
en la cuna
de las princesas antiguas:
que si iban a ser dichosas
o bellas como la luna;
o frases raras y ambiguas.
Con sus diademas y alas,
pequeñas como azucenas,
había hadas que eran buenas
y había hadas que eran malas.
Y había una jorobada,
la de profecía odiosa:
la llamada
Carabosa.
Si ésta llegaba a la cuna
de las suaves princesitas,
no se libraba ninguna
de sus palabras malditas.
Y esa hada era muy fea,
como son
feos toda mala idea
y todo mal corazón.
Cuando naciste, preciosa,
no tuviste hadas paganas,
ni la horrible Carabosa
ni sus graciosas hermanas.
Ni Mab, que en los sueños anda,
ni las que celebran fiesta
en la mágica floresta
de Brocelianda.
Y, ¿sabes tú, niña mía,
por qué ningún hada había?
Porque allí
estaba cerca de ti
quien tu nacer bendecía:
Reina más que todas ellas:
la Reina de las Estrellas,
la dulce Virgen María.
Que ella tu senda bendiga,
como tu Madre y tu amiga;
con sus divinos consuelos
no temas infernal guerra;
que perfume tus anhelos
su nombre que el mal destierra,
pues ella aroma los cielos
y la tierra.
Este poema para niños algo más crecidos anima a pensar en un mundo de fantasía.
13. Nana de la tortuga, de Rafael Alberti
Verde, lenta, la tortuga.
¡Ya se comió el perejil,
la hojita de la lechuga!
¡Al agua, que el baño está rebosando!
¡Al agua, pato!
Y sí que nos gusta a mí
y al niño ver la tortuga,
tontita, sola y nadando.
Un sencillo y corto poema infantil para los más pequeños de la casa.
14. La perla, de Manuel Felipe Rugeles
En caja de nacar
la perla ha nacido
y en caja de nácar
mis ojos la vieron.
Que es gris dicen unos
Otros, que es azulada.
Que tiene un ariente
de rosa, lejano.
Del mar de las perlas
de luz del Caribe.
La perla que he visto
la quiero en tus manos.
Nieve de tu cuello
Luz de tu garganta
¡Niña de la isla
mi perla más blanca!
Un poema basado en sensaciones y lleno de imágenes agradables.
15. Con tal que te duermas, de Gabriela Mistral
La rosa colorada
cogida ayer;
el fuego y la canela
que llaman clavel;
el pan horneado
de anís con miel,
y el pez de la redoma
que la hace arder:
todito tuyo
hijito de mujer,
con tal que quieras
dormirte de una vez.
La rosa, digo:
digo el clavel.
La fruta, digo,
y digo que la miel;
y el pez de luces
y más y más también,
¡con tal que duermas
hasta el amanecer!
Uno de esos poemas infantiles para antes de irse a dormir, que ayudan a relajar a los pequeños.
16. El dentista en la selva, de Gloria Fuertes
Por la mañana
El dentista de la selva
Trabajó intensamente
Con un feroche cliente.
Era el rey de la jungla,
Era un león imponente,
Con colmillos careados
Y que le faltaba un diente.
Por la tarde
Y dijo el doctor dentista
A su enfermera reciente:
-pon el cartel en la choza,
no recibo más pacientes,
ha venido un cocodrilo
que tiene más de cien dientes.
Uno de esos poemas para niños que ponen el foco en el humor a través del ingenio.
17. Agua, ¿Dónde vas?, de Federico García Lorca
Agua, ¿dónde vas?
Riendo voy por el río
a las orillas del mar.
Mar, ¿adónde vas?
Río arriba voy buscando
fuente donde descansar.
Chopo, y tú ¿qué harás?
No quiero decirte nada.
Yo..., ¡temblar!
¿Qué deseo, qué no deseo,
por el río y por la mar?
Cuatro pájaros sin rumbo
en el alto chopo están.
Muchos poemas para todos los públicos o específicamente para niños optan por humanizar elementos sin vida para plasmar mejor sus propiedades y su naturaleza.
18. La Tarara, de Federico García Lorca
La Tarara, sí;
la Tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.
Lleva la Tarara
un vestido verde
lleno de volantes
y de cascabeles.
La Tarara, sí;
la tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.
Luce mi Tarara
su cola de seda
sobre las retamas
y la hierbabuena.
Ay, Tarara loca.
Mueve la cintura
para los muchachos
de las aceitunas.
Este poema goza de cualidades rítmicas que lo hacen perfecto para cantar juntos.
19. Mi cara, de Gloria Fuertes
En mi cara redondita
tengo ojos y nariz,
y también una boquita
para hablar y para reír.
Con mis ojos veo todo,
con la nariz hago achís,
con mi boca como como
palomitas de maíz.
Este poema es perfecto para los niños y las niñas de más corta edad, ya que les ayuda a identificar las partes de la cara.
20. La mariposa, de Federico García Lorca
Mariposa del aire
¡que hermosa eres!
Mariposa del aire
dorada y verde.
Luz de candil…
Mariposa del aire,
quédate ahí, ahí, ahí.
No te quieres parar,
pararte no quieres…
Mariposa del aire,
dorada y verde.
Luz de candil…
Mariposa del aire,
quédate ahí, ahí, ahí.
quédate ahí.
Mariposa ¿estás ahí?
Bonito poema para niños que trata el tema de la belleza.