Síndrome de Wernicke-Korsakoff: causas y síntomas
El funcionamiento de la memoria en los seres humanos es uno de los aspectos más complejos y difíciles de estudiar en el ámbito de la psicología y las ciencias cognitivas.
Sin embargo, hay una serie de trastornos que sirven para ayudar a entender mejor los fundamentos de la memoria. El Síndrome de Wernicke-Korsakoff es uno de ellos.
¿Qué es el Síndrome de Wernicke-Korsakoff?
Resumiendo, el Síndrome de Wernicke-Korsakoff es un trastorno cerebral debido a la falta de vitamina B1 (también llamada tiamina). También puede entenderse este síndrome como la unión de dos desórdenes mentales diferentes: la encefalopatía de Wernicke y el síndrome de Korsakoff.
Vamos a conocer en qué consiste cada una de estas patologías, así como sus principales síntomas y algunas formas de tratamiento posibles.
Encefalopatía de Wernicke
Se trata de una enfermedad neurológica producida por la falta de tiamina. Sus síntomas tienen que ver con la descoordinación a la hora de realizar los movimientos necesarios para caminar (ataxia), los problemas a la hora de mover los ojos y la aparición de un estado de confusión constante.
Síndrome de Korsakoff
En el Síndrome de Korsakoff, o Psicosis de Korsakoff, sus síntomas están más desarrollados con problemas de memoria, hasta el punto en el que este síndrome suele englobarse en los tipos de amnesia.
Así pues, el Síndrome de Wernicke-Korsakoff es un cuadro de síntomas que engloba los problemas que aparecen tanto en la Encelopatía de Wernicke como los que se asocian a la Psicosis de Korsakoff. Mientras que los síntomas de la primera se manifiestan en un pico sintomático agudo, los del Síndrome de Korsakoff son crónicos.
El espectro de síntomas relacionados con el Síndrome de Korsakoff acostumbra a aparecer a medida que van desapareciendo los síntomas de la Encefalopatía de Wernicke.
Los síntomas del Síndrome de Wernicke-Korsakoff
El diagnóstico del Síndrome de Wernicke-Korsakoff solo lo pueden hacer especialistas con formación médica. Sin embargo, es bueno reconocer los síntomas principales por los que estos expertos se guían a la hora de detectar el síndrome, para saber si una persona debe visitarse en el médico o no.
Los síntomas principales relacionados con la encefalopatía de Wernicke son estos:
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La aparición de temblores en las piernas y de dificultades a la hora de coordinar los movimientos necesarios para caminar.
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La aparición de movimientos oculares extraños que hacen que no se vea bien: nistagmo, visión doble, etc.
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Aparece un estado de confusión o de apatía que no pueden ser explicados de otra manera que no sea por daño neurológico.
Los síntomas del Síndrome de Korsakoff tienen que ver más bien con la memoria, y son estos:
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Amnesia anterógrada, es decir, incapacidad para formar nuevos recuerdos a partir del momento en el que aparece el síndrome. Casi todo lo que se experimenta se olvida al poco tiempo de haber sido vivido.
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Amnesia retrógrada, es decir, incapacidad o serias dificultades para recordar algunos episodios importantes del pasado.
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Fabulación, es decir, invención de historia para "rellenar" esos huecos que no se recuerdan, normalmente de manera inconsciente.
Las causas de este síndrome
La falta de vitamina B1 relacionada con el Síndrome de Wernicke-Korsakoff acostumbra a estar asociada al consumo abusivo de bebidas alcohólicas, pero también puede deberse a un fallo en la absorción de los nutrientes de lo que se ingiere.
Mientras que la Encefalopatía de Wernicke causa daños en el tálamo y el hipotálamo (las dos grandes estructuras de una zona del encéfalo llamada diencéfalo), el Síndrome de Korsakoff está causado por daños en zonas más repartidas relacionadas con la memoria tanto en la memorización de información como en la recuperación de recuerdos.
Tratamientos posibles
Actualmente, el Síndrome de Wernicke-Korsakoff no tiene cura, por lo que el tratamiento de este está dirigido a hacer que el cuadro sintomático no empeore y que sus efectos se pueda controlar en lo posible para hacer que la calidad de vida de la persona empeore lo mínimo.
Los tratamientos, que han de estar dirigidos siempre por un especialista, suelen abordar el síndrome a través de la prevención de la toma continuada de alcohol, la mejora de los hábitos alimenticios de la persona, la atención psicológica individual o en grupos de apoyo, y la inyección de vitamina B1.
Los síntomas que pueden remitir con más facilidad son los que tienen que ver con la coordinación motora y el movimiento de los ojos, pero los que tienen que ver con capacidades cognitivas no suelen mejorar y, si no se tratan adecuadamente, pueden ir empeorando hasta llevar al coma y la muerte.