¿Cuáles son los efectos psicológicos de las anfetaminas?
Las anfetaminas son sustancias muy conocidas tanto en medicina como en el ámbito de las drogas usadas ilegalmente.
Es por eso que resulta importante conocer las implicaciones de su uso y, entre otras cosas, sus efectos emocionales y comportamentales. Este es precisamente el tema en el que nos centraremos en las siguientes líneas, en las que encontrarás un resumen de los efectos psicológicos de las anfetaminas.
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¿Qué son exactamente las anfetaminas?
Las anfetaminas son un conjunto de sustancias psicoactivas utilizadas en contextos médicos y también como drogas de uso recreativo, y que se caracterizan por actuar en el sistema nervioso como agonistas adrenérgicos, es decir, que sus efectos en las neuronas es similar a los de la adrenalina, un neurotransmisor naturalmente presente en nuestro cuerpo.
Así pues, del mismo modo en el que la adrenalina (también llamada epinefrina) activa nuestro sistema nervioso, las anfetaminas son consideradas sustancias estimulantes que, una ve las hemos consumido, nos llevan a un estado de alta activación cerebral en cuestión de minutos. Es por eso que en el ámbito de la medicina es relativamente frecuente usar algunos psicofármacos basados en anfetaminas para tratar a las personas con alteraciones psiquiátricas cuyas causas se cree que están vinculadas a una falta de adrenalina en ciertas partes del Sistema Nervioso Central.
Así, estos fármacos actuarían como una especie de sustituto parcial de la epinefrina que, a diferencia de esta, ha sito sintetizado en un laboratorio e incluido en raciones de fármaco para permitir su uso en tratamientos seguros.
Sin embargo, las anfetaminas existen más allá de su utilización en psiquiatría, y por desgracia muchas personas caen víctimas de su utilización sin indicación médica. Tal y como veremos, esto trae muchos problemas e implica exponerse a serios riesgos para la salud tanto a corto como a largo plazo.
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Principales efectos psicológicos delas anfetaminas
El uso ilegal de las anfetaminas, o bien su utilización desobedeciendo las indicaciones médicas, puede dar lugar a situaciones muy peligrosas. Estas van desde el desarrollo de brotes psicóticos con alucinaciones hasta la muerte por accidentes vasculares tras una sobredosis. Sin embargo, incluso en los casos en los que el cuerpo no experimenta un desgaste físico inmediato tras la consumición, el consumo de estas sustancias puede dar lugar a efectos psicológicos indeseados a medio y largo plazo y pueden resultar muy problemáticos o incluso peligrosos si no se cuenta con monitorización y asesoramiento médico. Veámoslo a continuación.
1. Desarrollo de adicción
Tal y como hemos adelantado antes, muchas de las anfetaminas tienen una faceta como psicofármaco con potencial que puede ser aprovechado por psiquiatras y pacientes, y por otro lado una faceta vinculada a la compraventa ilegal de drogas, con todos los peligros y efectos dañinos para la salud que esto conlleva. Una de las consecuencias de este uso descontrolado de las anfetaminas es la posibilidad de caer en una fuerte adicción.
Esto ocurre cuando el sistema nervioso de la persona va desarrollando tolerancia a esta sustancia introducida desde fuera del organismo y empieza a funcionar como su el fármaco siempre estuviese ahí, con lo que se necesita tomar cada vez más para lograr el mismo efecto.
Así, cuendo se deja de consumir la anfetamina, aparece la abstinencia y la persona empieza a sentirse mal, sintiendo el deseo urgente de seguir con el consumo. Esta predisposición a seguir tomando la droga es uno de los efectos psicológicos de las anfetaminas más notables, y un elemento que se intenta mitigar cuando esta sustancia es utilizada en un tratamiento.
2. Mayor sensibilidad a los estímulos
Como las anfetaminas activan más el cerebro, las personas que las consumen se vuelven más sensibles a los estímulos que les llegan de su alrededor. con lo que se muestran más predispuestas a implicarse en diferentes actividades y también a mostrarse irritables cuando algo les molesta.
3. Aumento de la capacidad de concentración
Tal y como hemos visto, las anfetaminas hacen que quienes las consumen se sientan más activos/as, pero eso no implica que todo lo que haya a su alrededor les distraiga.
De hecho, algunas sustancias de este tipo son consumidas precisamente porque ayudan a las personas a concentrarse en sus estudios o en su trabajo. Lo que predomina es ese efecto psicológico asociado a la energía mental, la capacidad de hacer que las personas se involucren en una actividad psicológicamente demandante durante periodos relativamente largos.
4. Problemas de insomnio
Como las anfetaminas mantienen muy activadas las neurona del cerebro, esto complica la posibilidad de ponerse a dormir, como si se tratase de una versión mucho más intensa de la cafeína.
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5. Aumento del estado de ánimo y de la sociabilidad
Muchas personas caen en el uso recreativo de las anfetaminas porque les aporta más confianza en uno mismo y les ayuda a mostrarse sociables con los demás en las fiestas. Sin embargo, tal y como hemos mencionado, esto conlleva muchos riesgos e incluso podría tener un efecto contrario al deseado en momentos clave, porque también aumenta la predisposición a enfrentarse a los demás debido al estado emocional alterado.
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