Tópicos Testimonio Familia Comunicación Empatía

María Hernández Mendoza: «El mediador es experto en apaciguar los ánimos»


Las relaciones personales adquieren una dimensión más compleja y profunda cuando hablamos de las relaciones familiares. Aspectos como el hecho de haber convivido durante años, de haber atravesado múltiples discusiones con mayor o menor acierto o las expectativas generadas a partir de los roles de "padre", "madre" o "hijo/a" son elementos que, muchas veces, facilitan la aparición de conflictos que permanecen durante semanas, meses o incluso años.

Por suerte, existen servicios especializados para ayudar a las personas a resolver conflictos familiares. En esta entrevista hablamos con una profesional de este ámbito, la terapeuta familiar María Hernández Mendoza.

Entrevista a María Hernández Mendoza: la mediación familiar y la resolución de conflictos en la familia

María Hernández Mendoza es trabajadora social y terapeuta familiar especializada en terapia familiar sistémica, además de formar parte del equipo directivo de Centro Familiar MOMA, el cual está ubicado en Madrid. En esta entrevista nos habla sobre la resolución de conflictos en el ámbito familiar a través de la mediación.

¿Qué es exactamente la mediación familiar y cómo se diferencia de otras formas de intervención psicológica?

La mediación familiar es el proceso por el cual a través del diálogo y la negociación se busca la resolución de los conflictos surgidos entre los miembros de la familia. Se basa, gracias a la intervención de un profesional experto en mediación, en el acuerdo entre todos los afectados para lograr una finalidad conjunta que satisfaga a todas las partes.

Pongamos por caso que hay que resumir el objetivo principal de la mediación familiar en una sola frase. ¿Cuál sería?

Gestionar y resolver de manera equitativa y satisfactoria un conflicto familiar con la ayuda de una figura mediadora.

¿Cuáles son los tipos de conflictos familiares que se ven con más frecuencia entre quienes acuden a las sesiones de mediación familiar?

Los conflictos más habituales se derivan de los procesos de divorcio y/o separación, especialmente cuando hay hijos en común.

Cuando una pareja decide separarse existe una fuerte carga emocional, dado que con la otra persona se han compartido muchos aspectos íntimos y cotidianos de la vida (además de materiales), por lo que puede convertirse en un camino difícil de transitar. Si además hay hijos u otros miembros de la familia implicados en el conflicto, el proceso se vuelve más complejo al entrelazarse muchas creencias, actitudes y alianzas o sentimientos de rechazo entre todos ellos.

Otro gran conflicto lo encontramos en las relaciones entre padres e hijos, sobre todo en la etapa de la adolescencia. En realidad en cualquier momento puede necesitarse una intervención mediadora, puesto que la familia se ve sometida a cambios inherentes a las etapas vitales. Si dicha familia no tiene la capacidad de adaptarse a los cambios, surgirán los conflictos.

¿De qué manera se favorece que en las sesiones no surjan peleas que impidan la correcta comunicación entre las partes?

El mediador es un experto en apaciguar los ánimos; la primera tarea que lleva a cabo es la de bajar la tensión existente entre los miembros de la familia para que estos puedan desahogarse y estar en situación de razonar, pues cuando uno se encuentra en un estado de agitación la pasión manda y, en cierto modo, esto nos incapacita para pensar de forma serena.

Este desahogo ha de realizarse de la mejor forma posible, sin caer en generalizaciones, insultos, humillaciones o desprecios. No es fácil hacerlo, pero se puede aprender, hemos de expresar nuestras necesidades y gustos de manera eficaz, debemos saber cómo tener una buena comunicación con nuestros seres queridos, la asertividad es la clave. Ello no sólo repercutirá en nuestro bienestar personal, sino que hará que mejore nuestra manera de relacionarnos con el resto del mundo.

¿Y cómo se logra que todas las personas involucradas tengan la oportunidad de expresarse libremente, sin ceder a las presiones?

El mediador facilita un tiempo para que cada miembro pueda expresar sus sentimientos con honestidad evitando que se enzarcen en discusiones o no respeten su turno, el espacio de la mediación es un espacio de tranquilidad y de encuentro en el que no hay cabida para las batallas personales, todos se comprometen desde el principio a remar en la misma dirección buscando un objetivo común.

Tengamos en cuenta que la participación en un proceso de mediación es de carácter voluntario, por lo que nadie está obligado a asistir, partiendo de esta base la disposición a colaborar está más presente .

Más o menos, ¿cuál es el momento en el que la mediación familiar consigue hacer que la relación entre los familiares dé un cambio cualitativo a mejor?

El momento en el que asumen su parte de responsabilidad en el conflicto, comprenden cómo se están sintiendo los otros miembros de su familia y se comprometen a cambiar para lograr una mejora común en la resolución del problema. En la mayoría de las ocasiones todos están sufriendo, pero nadie lo sabe, porque no se dice.

¿Hay principios o ideas clave de la mediación familiar que pueden ser usados por las personas sin formación en el ámbito para gestionar las discusiones que viven en sus vidas privadas?

Sí, por supuesto. La clave está en comunicarse mediante la empatía, la escucha activa, el respeto y la colaboración mutua. En definitiva, saber ponerse en la piel del otro.

Tenemos que aprender a comportarnos de manera madura en nuestras relaciones. Nos cuesta porque no nos han enseñado a hacerlo desde pequeños; sin embargo, esa habilidad se va aprendiendo. Cuando hay buena voluntad se avanza mucho en las relaciones cambiando radicalmente nuestro panorama.

¿Qué aspectos de la mediación familiar resultan más satisfactorios desde el punto de vista de los profesionales que la dirigen y la dinamizan?

Lo más satisfactorio para el mediador es comprobar que su trabajo puede producir un efecto positivo en la familia, ver cómo sus actitudes cambian y la convivencia en el hogar mejora sustancialmente. Lo mejor de este trabajo es la satisfacción de ver cómo ha desaparecido la tensión en sus caras, que finalmente reflejan tranquilidad y bienestar, y te transmiten que su vida ha dado un giro importante en muchas facetas.