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Terapia de redecisión de Goulding: ¿cómo funciona y qué métodos usa?


La Terapia de redecisión de Goulding es una de las principales escuelas (o corrientes) del Análisis Transaccional. Se trata de una aplicación del mismo, y se basa sobre todo en las decisiones del individuo para conseguir el cambio terapéutico.

En este artículo te contamos cómo nació esta terapia, quiénes son sus autores, cuáles son sus características fundamentales y cómo funciona.

La Terapia de redecisión de Goulding

La Terapia de redecisión de Goulding (1979) fue creada por Robert (Bob) L. Goulding MD y Mary McClure Goulding, dos reconocidos psicoterapeutas estadounidenses. Cuando se creó, entre los años 60 y 70, estos psicoterapeutas trabajaban en el Western Institute for Group and Family Therapy de Watsonville (California, USA) como co-directores del centro.

Esta terapia integra técnicas propias de la Terapia Gestalt y del Análisis Transaccional. Técnicamente, es una aplicación del Análisis Transaccional (un sistema de psicoterapia de filosofía humanista), y también incluye técnicas de Psicoterapia Existencial y de Modificación de Conducta.

Resulta ideal su utilización para terapias de grupo. Sin embargo, también puede adoptar otros formatos o modalidades, como por ejemplo la terapia breve, o formar parte de una terapia más profunda y a largo plazo.

Así, la Terapia de redecisión de Goulding se fundamenta en dos pilares básicos (supuestos o ideales): que el poder del cambio está en uno/a mismo/a, y que el sentido del humor resulta fundamental para todo proceso de cambio terapéutico.

Dicha terapia se centra en tomar conciencia de ciertas decisiones explícitas llevadas a cabo, sobre todo aquellas tomadas en la infancia, a fin de poder tomar conciencia y entender cómo dichas decisiones han afectado la vida de uno/a mismo/a años más tarde.

Análisis Transaccional: fundamentos

Antes de explicar con más detalle en qué consiste la Terapia de redecisión de Goulding, vamos a ver los tres principios centrales del Análisis Transaccional (AT), ya que dicha terapia es una aplicación del mismo. De forma muy sintetizada, el Análisis Transaccional se basa en tres principios fundamentales:

  • Todos nacemos “bien”, pero en función de nuestras relaciones podemos cambiar.
  • Todos tenemos un potencial humano por descubrir y explotar.
  • Todos podemos cambiar para ser más autónomos, y disponemos de los recursos para conseguirlo.

Características de este tipo de terapia

Ahora que ya conocemos las premisas básicas del Análisis Transaccional, vamos a hablar de la Terapia de redecisión de Goulding. En relación a sus características, la Terapia de redecisión de Goulding se centra en la visión del guión de vida que adoptamos las personas, influenciadas por factores externos (del entorno), sobre todo el entorno familiar.

Uno de los grandes objetivos de la Terapia de redecisión de Goulding es que el paciente pueda tomar decisiones de cambio en su vida. Como en toda psicoterapia, el terapeuta guía al paciente en este “camino de cambios y decisiones”.

Los autores de esta terapia resaltan la importancia de las decisiones que tomamos cuando somos niños; estas decisiones responden a las diferentes órdenes y “mandatos” que recibimos por parte de los padres, madres y otras personas importantes, y pueden ser respuestas verbales o no verbales (es decir, comportamientos, acciones, sentimientos, palabras, etc.).

A través de estas decisiones (que son en realidad respuestas adaptativas), sobrevivimos a nuestro entorno de forma subjetiva, siempre según los Goulding, y lo hacemos con los recursos que tenemos, que en esas etapas de la vida son más bien limitados y escasos. Los recursos pueden ser de diferentes tipos: afectivos, conductuales y cognitivos.

Dichas decisiones (que los autores de la Terapia de redecisión de Goulding denominan “decisión temprana”) influyen y marcan, en gran medida, nuestra futura vida, y definen cómo nos relacionamos con los demás. En la terapia de redecisión se trabaja todo esto.

Funcionamiento

En cuanto a su funcionamiento, la Terapia de redecisión de Goulding se inicia con la siguiente pregunta: “¿Qué quieres cambiar ahora?”. Es decir, esta terapia se basa en el cambio y en la toma de decisiones, por parte del paciente, para que éste convierta su vida en aquello que realmente desea.

En la primera sesión se define la situación problema; el terapeuta escucha y busca unas determinadas conexiones entre temas, intentando responder a las siguientes dos cuestiones:

  1. “¿Cuál es la principal queja?”
  2. “¿Qué se estaba haciendo este paciente a sí mismo cuando decidió buscar asistencia?”

A medida que avanza la terapia de redecisión de Goulding, el terapeuta se propone responder a las siguientes cuestiones sobre el paciente, abordando los temas como considere (a través de diferentes técnicas psicológicas).

Algunas de estas cuestiones son: “¿Cuáles son sus sentimientos?”, “¿Qué comportamientos no le gustan de sí mismo?”, “¿Se obsesiona en lugar de pensar?”, “¿Está deprimido?”, “¿Está enfado, o aburrido, o fóbico la mayor parte del tiempo?”, “¿Es infeliz en su matrimonio?”, “¿Es infeliz en su trabajo?”, etc.

Es evidente que si el paciente ha acudido a terapia es porque algo quiere cambiar, algo que le hace infeliz, ya sea de sí mismo o de su situación. Para ello, el terapeuta deberá averiguar una de las cuestiones más importantes en la Terapia de redecisión de Goulding, a fin de acordar el contrato de la terapia junto al paciente; esta cuestión es: “¿Qué es lo que quiere cambiar?”. Así, ya tenemos un objetivo (deseo) específico, y ya podemos empezar a trabajar en él.

Metodología y papel del terapeuta

Según los propios autores (en su libro: Changing Lives Through Redecision Therapy. New York: Brunner/Mazel, 1979), la metodología que utilizan en la terapia de redecisión es simple, clara y concisa. El papel del terapeuta es el de escuchar “con cuidado” (escucha activa), observar “con cuidado” y confrontar también “con cuidado”.

El método que utiliza el terapeuta dentro de la Terapia de redecisión de Goulding se basa en no culpar al paciente ante los fallos, y en buscar dentro de él las respuestas que necesita para avanzar. Estas respuestas, además, servirán para que el propio paciente pueda crear un entorno que facilite su cambio terapéutico.

Por otro lado, la terapia de redecisión se fundamenta en un enfoque basado en el “aquí y ahora” (es decir, en el momento presente). ¿Cómo se consigue trabajar en el momento presente a partir de esta terapia?

Lo vemos a través de una serie de acciones que el terapeuta deberá ejecutar, y que permitirán que el paciente conecte sus recuerdos con sus afectos, y que pueda abordar sus luchas internas y sus tensiones de forma más directa (el objetivo es que el paciente se sitúe en las escena de lo que explica, y no tanto que se limite a hablar de ella).

Acciones del terapeuta

Hemos resumido una serie de acciones que deberá realizar el terapeuta para que la terapia resulte exitosa, siempre basándonos en las ideas originales de los Goulding para desarrollar su terapia. Estas acciones responden a una serie de situaciones previas, tales como…

1. Cuando el terapeuta escuche al paciente...

El terapeuta deberá pedirle al paciente que se centre en el momento presente a la hora de explicar lo que desea comunicar.

2. Cuando el paciente ofrezca información del pasado…

En el caso de que el paciente cuente datos sobre su pasado, el terapeuta le pedirá que imagine que se encuentra en dicha escena en ese preciso momento, y que intente explicarla como si la estuviera viviendo ahora mismo.

3. Cuando el paciente quiera hablar sobre alguien…

En estos casos, el terapeuta le pedirá al paciente que imagine que dicha persona (o personas) se encuentra/n ahora mismo en el despacho; así, deberá imaginarse que habla con ella (o ellas) en ese preciso instante.

Aplicaciones

¿Para qué puede utilizarse la Terapia de redecisión de Goulding? En cuanto a sus aplicaciones, se puede utilizar para tratar una gran diversidad de problemas psicológicos y emocionales, entre ellos: trastornos depresivos, de ansiedad, trastornos de estrés post-traumático, duelos, secuelas del maltrato físico, sexual o emocional, problemas en las relaciones sociales y/o afectivas, etc.

Eso sí, el terapeuta que trabaje a través de esta terapia se deberá haber formado debidamente en ella, con profesionales con experiencia y demostrable formación consolidada.