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Materialismo cultural: qué es y cómo funciona este enfoque de investigación


La antropología, especialmente a lo largo del siglo XX, ha desarrollado toda una serie de perspectivas desde las que abordar los análisis.

Una de las más conocidas es la del materialismo cultural. En este artículo revisaremos dicho concepto, descubriremos cómo surgió y cuáles son las características principales que lo diferencian de otras formas de realizar estudios antropológicos, entendiendo los pros y los contras de esta metodología.

¿Qué es el materialismo cultural?

El materialismo cultural se refiere a una forma determinada de orientar las investigaciones de carácter antropológico, caracterizada por poner el foco precisamente en las cuestiones materiales de una sociedad y poder así determinar, en función de las mismas, el grado de desarrollo que dicho grupo humano habría adquirido.

Se trata de un concepto creado por el autor Marvin Harris, un antropólogo estadounidense que desarrolló su carrera en la segunda mitad del siglo pasado y cuyas ideas siguen en boga hoy en día. De entre todas sus aportaciones, la del materialismo cultural es la que más repercusión tuvo y por la que se le conoce habitualmente dentro de este campo del saber.

Su planteamiento de este sistema se dejó ver por primera vez en el libro El desarrollo de la teoría antropológica, que publicó en el año 1968. Más adelante continuó profundizando en este concepto y lo desarrolló ampliamente, a través del volumen Materialismo cultural, que se editó en 1979.

Para poder crear esta idea, Marvin Harris contó con la influencia de otras corrientes, especialmente de los autores socialistas Karl Marx y Friedrich Engels, y también por la obra Despotismo oriental: un estudio comparativo del poder total, del autor Karl August Wittfogel. También recogió ideas de otros antropólogos, como Lewis Henry Morgan, Sir Edward Burnett Tylor o Herbert Spencer.

Las últimas influencias que tomó Marvin Harris para desarrollar la teoría del materialismo cultural fueron las de la evolución cultural y la ecología cultural de los también antropólogos estadounidenses, Julian Haynes Steward y Leslie Alvin White, aportando el toque evolucionista del que también se nutre su planteamiento.

Materialismo cultural

Componentes del materialismo cultural

Para Marvin Harris, a través del materialismo cultural se puede establecer una distinción por niveles de tres formas diferentes de sistemas de sociedad, que serían la infraestructura, la estructura y la superestructura.

1. Infraestructura

La infraestructura sería la más básica de ellas. Este nivel es el relativo a las necesidades más básicas de la sociedad y la forma en la que se están satisfaciendo. Dicho nivel estaría actuando como cimientos para los demás.

La infraestructura tendría dos grandes vertientes, que serían la producción, en cuanto a la forma de tecnología que dicha sociedad emplea y sus formas de proveerse de recursos alimentarios y energéticos, y la reproducción, referida a todas las cuestiones relativas al nivel poblacional, ya sea con medidas que buscan aumentarlo, disminuirlo o mantenerlo.

2. Estructura

Por encima de la infraestructura, estaría la estructura, el segundo nivel del materialismo cultural. Llegados a este nivel, el análisis antropológico ya estaría contemplando otros rasgos más complejos del grupo social, como pueden ser la forma de organizarse a nivel económico o político.

En esa visión de la organización económica se engloban desde las economías domésticas hasta los sistemas económicos predominantes a nivel global. Se estudiará, por lo tanto, el intercambio de recursos a todos los niveles. Lo mismo ocurre con la estructura política, que irá desde lo particular, analizando los roles de los individuos a nivel familiar, hasta la distribución social del grupo completo.

También se tendrán en cuenta las relaciones entre diferentes grupos o sociedades, las formas de interacción económica y política. Igualmente, se estudiará el modo en el que se distribuye el trabajo entre los habitantes y las jerarquías que se conforman.

3. Superestructura

El tercer escalón en esta serie de niveles que analizan la composición de una sociedad, alcanzamos el de la superestructura. Este es el nivel más complejo de todos, y está sustentado por los dos anteriores. En la superestructura, el materialismo cultural analiza elementos como la ideología del grupo humano al que se está estudiando, así como los elementos simbólicos que utilizan.

Es en este nivel donde se engloban las cuestiones artísticas, los juegos y deportes, los rituales, las religiones, los conceptos tabúes y cualquier otra cuestión cuya índole le haga ser recogida en el conjunto de los aspectos del pensamiento de una sociedad.

Hay que entender que este esquema tiene una estructura de pirámide, por lo que los niveles superiores, aunque sean más complejos, están supeditados a los inferiores. Cada cambio en un nivel, afecta directamente a todos los que queden por encima. En ese sentido, el nivel de infraestructura sería el más importante de todos, según las tesis del materialismo cultural.

Sin embargo, aunque un cambio en la infraestructura suponga una modificación a nivel de estructura y superestructura, esa alteración puede no ser inmediata, sino requerir de un tiempo para hacerse patente. Igualmente, no quiere decir que para que se modifiquen el segundo o el tercer nivel, necesariamente tenga que cambiar el primero, pues los cambios pueden darse sin que obligatoriamente se haya alterado la base.

En cualquier caso, si los cambios vienen a través de esa segunda vía, sí es cierto que las modificaciones, según el modelo del materialismo cultural, deberán ser compatibles con la base existente, es decir, con la infraestructura, pues si no, no será posible que ocurra un cambio de esa tipología, ya que la base no podrá sustentarlo al no estar en concordancia con él.

Su base epistemológica

La epistemología es la forma en la que se llega al conocimiento de un determinado ámbito. En este caso, la epistemología del materialismo cultural se realiza mediante el método científico. Marvin Harris, creador del modelo, sostiene que este medio es el que de alguna manera garantiza el menor número de equivocaciones y sesgos a la hora de obtener el conocimiento, si bien no está exento totalmente de esas problemáticas.

Además, el autor advierte de la problemática que tiene el hecho de que tanto el que realiza el estudio como el propio objeto de estudio sean grupos de seres humanos, pues una persona puede comportarse de manera diferente cuando se está sintiendo evaluada y esta es una variable que hay que tener en cuenta cuando se estudian las diferentes culturas.

A raíz de esta cuestión, Marvin Harris señala que será necesario realizar una distinción entre lo que las personas piensan y lo que hacen, es decir, entre pensamientos y conductas. Estas dos perspectivas se podrían analizar mediante los conceptos emic y etic, que hacen referencia originalmente a la fonología y a la fonética, pero que en este contexto indican si el punto de vista es el del nativo (emic) o bien el del observador (etic).

De esta manera, el materialismo cultural puede contemplar tanto la perspectiva de la propia sociedad que está siendo analizada, como la del antropólogo que está analizando a dicho grupo social, para así obtener las dimensiones de pensamientos y conductas y poder unir ambas visiones en un esquema final, sustentado por dos bases diferentes, que enriquecerá la información con la que contamos.

Críticas a esta perspectiva

Aunque el materialismo cultural ha sido una teoría muy popular, no quiere decir que no haya contado con detractores. Existen diferentes críticas hacia este modelo. Por ejemplo, el autor Jonathan Friedman considera que este sistema es demasiado reduccionista y que pone todo el peso en el contexto ambiental y en las formas de tecnología, haciendo que todos los demás componentes de la sociedad se desarrollen conforme a estos.

Desde el postmodernismo también han llegado críticas al modelo de Marvin Harris, en este caso por la utilización del método científico, que para los defensores de esta doctrina no sería la única manera de alcanzar la verdad y por lo tanto habría otras formas de analizar las sociedades, obteniendo diferentes perspectivas.

Por su parte, James Lett critica el materialismo cultural por cuestiones epistemológicas, al considerar que no puede ser realmente materialista, ya que entre lo material y lo inmaterial no podrían establecerse relaciones de causalidad. En su lugar, indica que se debería hablar de correlaciones.

Finalmente, el autor Stephen K. Sanderson también se muestra escéptico ante los planteamientos del materialismo cultural, ya que considera que Marvin Harris utiliza este modelo para tratar conceptos complejos como pueden ser las divergencias de natalidad o el incesto, cuando dichos fenómenos pertenecen, según el, al campo de la biología social.

Estas son algunas de las críticas a las que esta teoría se ha enfrentado, a pesar de gozar de una gran popularidad para otros autores y sectores de la antropología.