Los 4 tipos de autoestima: ¿te valoras a ti mismo?
Existen diferentes tipos de autoestima según si es alta o baja y estable o inestable. La autoestima es uno de los factores más relevantes para el bienestar personal y una clave para relacionarnos con el entorno que nos rodea de una manera positiva.
Ya que los diferentes tipos de autoestima tienen sus peculiaridades, en el artículo de hoy vamos a repasar sus características.
Autoestima y su relación con el bienestar
Pese a que el concepto de autoestima ha sido uno de los más confusos, cuestionados y analizados a lo largo de la historia de la psicología, la mayoría de expertos indican que se trata de un elemento que se halla de manera innata en cada individuo y que está expuesta a múltiples modificaciones a lo largo de nuestra vida.
La autoestima evoluciona y se desarrolla debido a la relación con el mundo, y cambia constantemente ya que está ligada al cambio de la sociedad. Diferentes contextos sociales y culturales corresponderán con distintas percepciones sobre lo que consideramos que es una autoestima sana.
Los 4 tipos de autoestima
Como hemos comentado, la autoestima necesita ser alimentada, en grados diversos, desde el exterior. Aunque las bases se construyen durante la infancia, la autoestima no es inalterable en otras etapas de la vida.
Es importante destacar que no es lo mismo autoestima que la autoconfianza. La autoconfianza (también llamada autoeficacia) está relacionada con los objetivos y metas específicas que nos proponemos, mientras que la autoestima se refiere a la valoración global que hacemos de nosotros mismos.
Ya que la autoeficacia se refiere a la confianza en la capacidad de uno mismo por una meta tarea específica, alguien puede pensar que es muy bueno practicando el tenis, sin embargo puede tener una autoestima baja: igual le gustaría ser más alto o tener mejor físico, por el contrario, confía en su habilidad para batir a sus rivales en un campo de tenis. La autoeficacia podría afectar de manera positiva a la autoestima del individuo si considera que es una prioridad en su vida.
- Para saber más sobre la autoconfianza, podéis visitar nuestro artículo “La Autoeficacia de Albert Bandura: ¿crees en ti mismo?”.
Factores que explican una buena (o mala) autoestima
Parece ser que existen 4 factores relevantes que afectan a la autoestima, son los siguientes:
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La historia de triunfos y la posición alcanzada a través del reconocimiento que los triunfos brindan.
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Las áreas asociadas a los distintos triunfos, siempre y cuando sean significativos para la persona.
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El respeto, aceptación e interés que el individuo recibe de las personas que considera importantes en su vida.
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El control y la defensa ante consecuencias e implicaciones negativas. Es decir, la atribución interna o externa que hace la persona de los eventos negativos.
En su libro Autoestima e identidad. Narcisismo y Valores sociales, Luis Hornstein propone 4 tipos de autoestima. Según el autor, los tipos de autoestima varían debido a que la valoración de uno mismo puede ser más o menos alta y más o menos estable.
A continuación os presentamos cuáles son los cuatro tipos de autoestima que existen, y sus características.
1. Autoestima alta y estable
Las circunstancias externas y los acontecimientos de vida tienen poca influencia sobre la autoestima. Las personas con este tipo de autoestima se desenvuelven de manera abierta ya que no necesitan defender su imagen, se defiende sola. Además, la persona es capaz de defender su punto de vista sin desestabilizarse.
2. Autoestima alta e inestable
Las personas con este tipo de autoestima, tienen una elevada autoestima pero son incapaces de mantenerla constante. Los contextos competitivos pueden tener un efecto desestabilizador. Responden con actitud crítica ante el fracaso, ya que estos son percibidos como amenazas. El individuo mostrará convicción al defender su punto de vista, pero no aceptará otros puntos de vista y tenderá a monopolizar la palabra en una discusión.
La inestabilidad de la autoestima conduce a situar la autoestima como preocupación central y exige preservarla a cualquier precio y apelar a una actitud agresiva (para promoverla) o bien pasiva (para protegerla).
3. Autoestima baja y estable
En los casos en los que hay una autoestima baja y estable, los eventos externos (sean favorables o no) no alteran la autoestima del sujeto, que no se esfuerza por promover su imagen personal y se infravalora.
Los individuos con este tipo de autoestima son indecisos y tienen un gran temor a equivocarse. Estas personas no defienden sus puntos de vista ya que la valoración de sí mismos es siempre negativa, creen que no están a la altura.
Este tipo de autoestima es muy frecuente en personas con tendencias depresivas, que a causa de su mentalidad pesimista no suelen percibir sus logros personales como tal, asumiendo que son fruto de la suerte o la casualidad.
4. Autoestima baja e inestable
Las personas con este tipo de autoestima suelen ser sensibles e influenciables por eventos externos. En cuanto se enfrentan a un evento exitoso, su autoestima sube, pero en cuanto termina la euforia del momento, su nivel de autoestima vuelve a bajar.
Es decir, que este tipo de autoestima está definido por su falta de solidez y la inestabilidad que presenta, la cual hace que se altamente sensible a todo tipo de eventos, por irrelevantes que puedan parecer desde un punto de vista racional.
Ciertas clases de personas narcisistas, por ejemplo, se caracterizan entre otras cosas por tener una autoestima baja y muy dependiente de la opinión que perciben de los demás.
- Para saber más sobre esta clase de autoestima, te recomiendo que leas este artículo: "¿Autoestima baja? Cuando te conviertes en tu peor enemigo"
Bonus: Autoestima inflada
Otros autores también hablan de un tipo de autoestima perjudicial para el bienestar, la autoestima inflada. Pero, ¿qué es la autoestima inflada?
La persona con la autoestima inflada es incapaz de escuchar a los demás, mucho menos de aceptar o reconocer un error. La percepción de sí mismos está tan inflada que se creen mejor que el resto. Cuando las cosas se complican, no reconocer los errores y enseguida culpan a los demás. Este tipo de actitud genera conductas negativas ya que no son capaces de hacer autocrítica y corregir los errores. En general, estos individuos menosprecian a los demás y adoptan un comportamiento hostil hacia ellos.
Referencias bibliográficas:
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Twenge, Jean M. (2007). Generation Me: Why Today''s Young Americans Are More Confident, Assertive, Entitled — and More Miserable Than Ever Before. Free Press.