Las 5 principales causas de la dificultad para tomar decisiones
Muchas veces, la capacidad para hacer frente a los retos del día a día no viene explicada tanto por los conocimientos, sino por la fluidez a la hora de tomar decisiones. Es por eso que tener problemas en este aspecto puede constituir un importante obstáculo a la hora de adaptarnos al entorno, tanto en lo profesional como en lo personal.
Por suerte, con apoyo psicológico es posible superar esta clase de problemáticas, pero para intervenir en ellas ayuda mucho comprender sus causas y desencadenantes. Por eso, en este artículo haremos un repaso a las principales causas de la dificultad para tomar decisiones.
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5 causas de las dificultades para tomar decisiones
Prácticamente no hay ningún problema de carácter psicológico cuyas causas puedan ser totalmente descritas en un listado breve; además, lo normal es que existan varias de ellas interactuando entre sí. Por ello, lo que encontrarás a continuación es más que nada un resumen de las causas de las dificultades para tomar decisiones que resultan muy frecuentes, aunque ten en cuenta que algunas de ellas pueden solaparse parcialmente.
Eso sí, en el caso de que vayas a acudir al psicólogo a causa de los problemas relacionados con la toma de decisiones y el rendimiento al afrontar tareas y responsabilidades en general, ten en cuenta que no es necesario que sepas de antemano qué es exactamente lo que te pasa. Parte del trabajo de los profesionales de la psicología que atienden pacientes pasa por estudiar cada caso concreto y averiguar las causas que hay detrás de su malestar.
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1. Perfeccionismo extremo
El perfeccionismo puede llegar a tener un efecto contrario al deseado, al paralizar a las personas, dado que muchas veces no se deciden a dar el paso de las ideas a la práctica.
El motivo es que esto implicaría exponer las imperfecciones del plan trazado, por lo que siguen dándole vueltas a su proyecto de manera indefinida. Como resultado, para cuando ponen en marcha lo que quieren hacer, es habitual que ya no dispongan del tiempo suficiente para hacer lo que querían en un inicio, dando lugar a la frustración.
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2. Falta de asertividad
Algunas decisiones tienen que ver con dar el paso de comunicar algo incómodo o potencialmente conflictivo a otra persona: por ejemplo, que aún no hemos empezado a trabajar en un proyecto porque no hemos tenido tiempo, que queramos romper con la relación de pareja, etc. Por eso, la falta de asertividad es una de las posibles causas de las dificultades para alcanzar una decisión definitiva frente a algo que involucra también a los demás. En estos casos es importante trabajar las habilidades sociales y la gestión del miedo al rechazo.
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3. Dependencia
El hecho de acostumbrarnos a depender de otra persona se plasma de muchas maneras en nuestra manera de pensar, de comportarnos y de sentir, y algunas de ellas son bastante sutiles.
Por ejemplo, en esta clase de situaciones es habitual no sentirnos bien con ninguna decisión que tomamos por nosotros mismos, lo cual nos incita a pedir siempre la orientación u opinión de esa figura de referencia. Esto no solo limita nuestra libertad, sino que además alimenta el problema, ya que hace aún más excepcional el hecho de decidir por nosotros mismos.
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4. Rumiación psicológica
La rumiación psicológica consiste en ser incapaz de parar nuestro “tren de pensamientos” cuando trae a nuestra mente una y otra vez el mismo tipo de imágenes, ideas, preocupaciones… Por ello, es un fenómeno asociado a los pensamientos intrusivos y a la ansiedad, ya que es aquello que más nos estresa lo que tiene una mayor capacidad de colarse sin permiso en nuestra consciencia.
El no saber regular correctamente la rumiación psicológica hace que muchas personas empiecen a divagar y a notar cómo su mente “se dispersa” antes de llegar a una conclusión firme sobre aquello en lo que piensan.
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5. Mal manejo de los distractores
Aunque las causas de la dificultad a la hora de tomar decisiones que hemos visto hasta ahora son sobre todo de tipo introspectivo al estar basadas en procesos mentales, no hay que olvidar que el modo en el que interactuamos con el entorno también forma parte de la psicología. En este sentido, parte del problema puede estar en el hábito de trabajar y tomar decisiones en entornos llenos de elementos que nos distraen.
Teniendo en cuenta que valorar entre pros y contras para finalmente “arriesgarnos” tomando una decisión exige concentración, el lugar en el que nos dediquemos a realizar estas actividades influye mucho. Además, en situaciones laborales suele ser común estar siempre en el mismo sitio al tener que elegir entre diferentes alternativas, por lo que realizar pequeños cambios en ese entorno puede marcar la diferencia de una manera bastante notable desde la primera semana.
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Soy psicólogo experto en el modelo de intervención cognitivo-conductual y atiendo a adultos y adolescentes en áreas como la mejora de la regulación emocional, la adopción de mejores hábitos de trabajo, la gestión del tiempo, las técnicas para mitigar el estrés y la ansiedad, y más. Las sesiones pueden ser realizadas presencialmente en mi consulta de Madrid, o bien pueden ser hechas en la modalidad online por videollamada.