Las personas "feas" deben aguantar estas 8 discriminaciones
Se suele hablar mucho del racismo o el sexismo como forma de discriminación, y estos fenómenos reciben una gran cobertura mediática.
Sin embargo, un tipo de discriminación muy habitual y que está socialmente aceptado es la discriminación por el aspecto físico, conocido como “aspectismo". Las personas no atractivas sufren una serie de consecuencias discriminatorias que vamos a repasar en este artículo.
La discriminación por aspecto físico y sus consecuencias
La discriminación por el aspecto fÍsico o aspectismo es un fenómeno muy extendido en la actualidad. En una cultura que premia la belleza física, la fealdad es castigada en distintos ámbitos de la vida de las personas: relaciones interpersonales, el trabajo, en los eventos sociales...
Algunos expertos como el psicólogo norteamericano David Marks coinciden al afirmar que “las personas feas sufren aspectismo (lookism en inglés), es decir, la discriminación por cuestión del aspecto físico, que ocurre con más frecuencia que el racismo o el sexismo del que se habla mucho hoy en día y que está socialmente muy penado”. El aspectismo pasa desapercibido y no parece que la cosa vaya a mejorar, pues ni hay un interés ni conciencia social por solucionarlo.
Actitudes discriminatorias hacia los feos
Hace un tiempo, Juan Antonio Herrero Brasas, profesor de Ética y Políticas Públicas en la Universidad del Estado de California (EEUU), que suele impartir clases en algunas multinacionales estadounidenses, contaba al diario El Mundo que: “cuando voy a dar charlas para ejecutivos en estas grandes compañías, todos los asistentes tienen un aspecto físico imponente. No hay casi individuos a los que se les pueda catalogar de feos”.
Entonces. ¿son discriminados los individuos menos atractivos? ¿Qué actitudes discriminatorias sufren? En las siguientes líneas puedes encontrar una lista de consecuencias discriminatorias que sufren las personas feas.
1. Tienen más posibilidades de sufrir bullying y mobbing
Es frecuente escuchar noticias sobre el acoso que pueden sufrir algunos niños o adolescentes en el colegio o el instituto (bullying) o algunos empleados en el lugar de trabajo (mobbing). Este acoso no tiene por qué ser ser físico, sino que suele ser psicológico.
Un caso muy conocido de cyberbullying por este motivo es el de Lynelle Cantwell, una adolescente canadiense que fue elegida como la chica más fea del instituto por un grupo de perfiles anónimos que difundieron este hecho por las redes sociales. Por suerte, Lynelle no se quedó callada y ha aparecido en varios medios de comunicación para exponer lo ocurrido, con la misión de concienciar a todos de esta dura realidad que sufren muchos niños no precisamente agraciados en cuanto al aspecto físico.
- Artículo relacionado: “Ciberbullying: analizando las características del acoso virtual”
Pero este fenómeno no solo es exclusivo de los más jóvenes, sino que los adultos también discriminan y acosan debido al aspecto físico. Según un estudio llevado a cabo por un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Michigan y la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos), que fue publicado en la revista Human Performance, los feos tienen más posibilidades de ser acosados en su lugar de trabajo. Los sujetos del estudio fueron 114 empleados de un centro de salud situado en el sur de Estados Unidos.
2. Ganan menos dinero que los guapos
Algunos científicos también afirman que los feos ganan menos dinero que los guapos.
La Universidad de California llevó a cabo un estudio que fue publicado en la Journal of Economic Psychology, y los resultados muestran que las personas menos atractivas ganan que 12% menos de media que los individuos guapos. Tal y como explica el grupo de científicos: “estas conclusiones son aplicables en distintas sociedades y en diferentes lugares de trabajo”.
3. Menos oportunidades laborales
Pero no solamente a la hora de cobrar padecen discriminación las personas menos atractivas, sino que, además, tienen menos oportunidades de trabajar. Esto concluye un estudio realizado en en 2010 y dirigido por Ze´ev Shtudiner y Bradley J. Ruffle de la Universidad Ariel en Israel y la Universidad de Ontario en Canadá. Según los resultados, una persona normal ha de enviar el doble de curriculums vitae que las personas atractivas para conseguir empleo.
Asimismo, un estudio de Sergio Urzúa y Florencia Bóo Martín llevado a cabo en 2011 concluyó que los guapos, en comparación con los feos, reciben un 36% más respuestas de las empresas en las que solicitan trabajo.
4. Son vistos como conversadores, no objetos de deseo
Los feos son víctimas de una serie de estereotipos. Un ejemplo de esto es el gran impacto que ha tenido la agencia “Ugly Models” por no contratar a modelos atractivos sino feos.
Hollywood seguramente tenga algo que ver con este hecho, pero lo cierto es que los feos son vistos más bien como conversadores que como objetos de deseo. En las relaciones con otros sexos, suelen ser relegados al papel de amigos, por lo que tienen menos posibilidades de llegar a algo más.
5. Y tienen menos oportunidades de ligar
Por tanto, esto causa que los feos sean menos aceptados por los demás en cuanto a las relaciones de pareja y, en consecuencia, ligan menos. De hecho, causa bastante impacto cuando alguien ve a una persona fea con una persona atractiva. En estas ocasiones, frecuentemente se piensa que debe haber detrás un interés económico. Como si los feos no tuvieran cualidades para enamorar a los demás.
En realidad, los feos tienen una serie de armas seductoras y cualidades que pueden ser muy valoradas por otras personas. Si quieres saber cuáles son, puedes leer nuestro artículo: “¿Por qué ligan los feos? 7 claves para entenderlo”
6. Pasan desapercibidos en los eventos sociales
Y es que también se ve raro cuando un feo es popular. Generalmente, las personas feas no son las personas populares en el instituto o las personas “guays” de las fiestas.
Los feos suelen quedar en segundo plano y suelen ser rechazados en muchas ocasiones por la gente que no se toma ni dos minutos para conocer lo mucho que esconden en su interior. Ser guapo o guapa te abre muchas puertas, ser fea o feo te las cierra.
7. Son menos recordados
La gente guapa es más recordada que la gente fea. Esto es lo que demuestra una investigación liderada por Michael Baker, de la Universidad estadounidense de East Carolina, que fue publicada en la revista científica Evolutionary Psychology.
Según las conclusiones, el hecho de mirar caras de personas atractivas puede ser agradable para el organismo humano y mejorar la memoria, por lo que las personas feas son menos recordadas que las guapas. No solo eso, sino que la misma investigación descubrió que las personas guapas aumentan la motivación y la concentración de las personas con las que se relacionan.
8. Reciben menos ayuda
Son muchos los estudios que demuestran que las personas guapas reciben más ayuda que las personas feas. Por ejemplo, una investigación que fue publicada en Frontiers in Neuroscience demostró que los varones están dispuestos a aceptar tratos nada ventajosos para ellos si una mujer guapa se lo pide.
Asimismo, son muchos los experimentos sociales que se han llevado a cabo en los últimos años y que muestran esta realidad. A continuación puedes visualizar dos vídeos que ejemplifican cómo tratan los hombres a las mujeres guapas y cómo tratan a las mujeres feas:
Como puedes ver, la mujer atractiva fue acompañada al lugar que pretendía ir e incluso fue invitada a comer. Y en el caso de las mujeres feas, ¿cuál es la reacción de las personas? Pues ocurre todo lo contrario. Aquí puedes verlo: