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Cómo conseguir que tu pareja y tú disfrutéis juntos de las vacaciones


Año tras año escuchamos que tras las vacaciones de verano aumenta el número de separaciones. Las estadísticas son claras en este sentido, una vez pasado el mes de agosto, las solicitudes de divorcio se acumulan en muchos Juzgados a la espera de ser tramitadas.

¿Realmente la culpa la tienen “las vacaciones”, ese período en el que nos dedicamos al descanso y al ocio? No exactamente, más bien lo que de verdad ocurre es que convivimos más horas al día, tanto fuera como dentro de casa y realizamos más actividades juntos, por lo que los roces son más frecuentes y, sobre todo, se ponen en evidencia los conflictos ya existentes en la relación. Esto quiere decir que cuanto más consolidado sea el vínculo entre los miembros de la pareja, mejores resultados se obtendrán. Una relación con una base sólida y fuerte resiste mejor ante las dificultades.

Hay que tener en cuenta también que el resto del año andamos enfrascados en mil tareas y la rutina del día a día apenas nos permite pasar tiempo juntos; en el caso de las parejas con hijos pequeños, las necesidades de estos absorben mucho tiempo y espacio entre semana, lo cual añadido a las responsabilidades laborales y domésticas hace que vivamos en una vorágine que nos impide reparar en el otro, en sus necesidades, así como en las nuestras propias.

Consejos para disfrutar de las vacaciones en pareja

Antes que nada, hemos de sentarnos a decidir qué nos gustaría hacer durante ese tiempo de vacaciones y planificarlo de manera consensuada, teniendo en cuenta los gustos de todos los implicados.

Teniendo en cuenta eso, aquí encontrarás algunas recomendaciones.

1. Trabajar en el autoconocimiento

Es importante no centrarnos en esas pequeñas manías o costumbres que tiene nuestra pareja y que nos irritan sobremanera; en este punto sería bueno hacernos responsables de nuestros sentimientos y comprender que cuando alguna actitud ajena nos saca de nuestras casillas se debe a que consigue remover algo en nuestro interior, por lo que sería bueno reflexionar sobre esto a nivel individual.

El autoconocimiento es la mejor técnica de la que disponemos para relacionarnos con los demás y con nosotros mismos.

2. Reservarse momentos para uno/a mismo/a

Entender que, aunque nos vayamos de vacaciones juntos, es recomendable dedicar algunos ratos a realizar actividades de forma individual o independiente de nuestra pareja, por ejemplo, con familiares o amigos; de ese modo damos espacio al otro y la relación se nutre de otras experiencias externas. Una buena alternativa sería dedicar unas horas a alguna afición o pasatiempo que nos haga disfrutar, quizá alguno que tenemos aparcado hace años por falta de tiempo.

3. Mejorar la comunicación con el otro empleando la empatía

Si nuestra pareja se muestra muy reacia a llevar a cabo algún plan que hemos propuesto, sería interesante preguntarle para averiguar el motivo que hay detrás de esa negativa, profundizar en las razones, tal vez haya un miedo a algo, tal vez desconfianza o vergüenza.

Vacaciones en pareja

Como siempre, el mejor recurso en toda relación es establecer una buena comunicación, así que en lugar de enfadarnos diciendo: “es que nunca quieres hacer lo que yo quiero”, podemos preguntarle con genuino interés por qué no le apetece hacer eso.

Debemos estar dispuestos a escuchar al otro y no buscar “salirnos con la nuestra a toda costa”, sino encontrar el punto intermedio. Habitualmente nos encontramos en consulta con muchos conflictos de pareja derivados de una mala comunicación. Trabajando este aspecto logramos cambios muy importantes.

4. La equidad es clave

Hay que planificar y repartir de forma equitativa las tareas que sean necesarias, como el cuidado de los niños o hacer la comida.

5. Ser flexibles a la hora de aceptar los cambios de planes

Hay que estar dispuestos a adaptarnos con comprensión y generosidad. En los viajes, al igual que en la vida, surgen imprevistos y obstáculos y la mejor actitud que podemos tener es asumirlos como parte del camino. No sirve de nada enfadarnos y menos aún por circunstancias que se escapan a nuestro control.

6. Experimentar cosas nuevas

Aprovechar el disponer de tanto tiempo para hacer cosas diferentes y novedosas, aquellas que se salen de lo habitual, de lo estipulado, sacar al terreno de juego a nuestro niño o niña interior, nuestra parte juguetona y divertida, soltarnos la melena en lugar de agobiarnos por tener que “matar el tiempo”, en conclusión, echarle imaginación a la vida.

7. Recordad que la relación de pareja es la más compleja de todas

En parte elegimos a esa persona de manera inconsciente (no entendemos bien qué nos motiva a acercarnos a ese tipo de persona), porque implica una entrega emocional que en ocasiones nos hace sentir vulnerables, porque suele ser el espejo en el que nos reflejamos a nosotros mismos. Por todo ello es una gran oportunidad para conocernos a fondo y mejorar como personas. Cuanto más a gusto nos encontremos con nuestro Yo, mejores relaciones estableceremos con los demás.

En definitiva, si consideráis que vuestra relación está atascada, bien por algún conflicto o malestar, o bien por la inercia de la rutina y el aburrimiento, sed honestos con vuestra pareja y explicadle cómo os sentís al respecto, es posible que él o ella esté pasando por algo parecido y le reconforte escuchar vuestra postura.

Pasar por un proceso terapéutico nos va a permitir lograr ese autoconocimiento del que hablábamos antes y recorrer el camino de la vida, evolucionando y obteniendo el máximo aprendizaje. Por otro lado, nuestras relaciones serán más satisfactorias y lograremos mayor bienestar y disfrute. La figura del terapeuta nos servirá de guía para poder encontrar por nosotros mismos las respuestas a nuestras propias preguntas. Es interesante saber que existen profesionales especializados en terapia de pareja o de familia, así como en otros ámbitos de la psicología, por lo que en caso de que te estés planteando hacer terapia encontrarás buenos y expertos profesionales en los que apoyarte.