Criminología clínica: qué es y cuáles son sus funciones y métodos
Las penas de privación de libertad, al menos en los países donde se respetan los derechos humanos, tienen como objetivo el de hacer que el individuo que ha cometido un delito aprenda de ello, aprendiendo que no lo debe volver a hacer y salir de prisión para reinsertarse en la sociedad.
Sin embargo, si bien la comisión de un delito puede tener detrás muchas causas, a veces detrás de ello hay un problema de salud mental, un patrón de personalidad disfuncional y un comportamiento antisocial que, de no tratarse, impedirá la correcta reinserción del individuo al núcleo social.
La criminología clínica tiene por objetivo el establecer el diagnóstico criminológico que explica la conducta antisocial de un delincuente, a fin de poder elaborar un tratamiento que contribuya a que se adapte a la sociedad una vez cumpla su condena. Entremos más a fondo en esta rama de la criminología.
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La criminología clínica
La criminología clínica es la rama de la criminología general que tiene por objeto estudiar a las personas que han cometido un delito a fin de establecer un diagnóstico sobre su conducta, plantear el pronóstico de cómo va a evolucionar a corto y largo plazo y elaborar un tratamiento a fin de conseguir que la persona no vuelva a cometer el mismo delito. Esta disciplina parte del estudio clínico e individual del delincuente, entendiendo que todo acto delictivo es una conducta anormal, resultado posiblemente de una personalidad conflictiva o una determinada problemática de violencia.
La finalidad principal de las penas privativas de libertad, esto es, las penas de cárcel, es la de la reinserción. Se aplican este tipo de penas con el objetivo de conseguir que el sujeto que ha cometido un delito aprenda de sus actos y no los vuelva a cometer una vez goce de libertad, esperando que se comporte de forma socialmente adecuada. Este objetivo no es posible si no se tiene en cuenta la patología del delincuente en caso de haberla, dado que requerirá de un tratamiento específico, siendo esta la utilidad de la criminología clínica en el ámbito penal.
Entre los referentes dentro del campo de la criminología clínica podemos encontrar a figuras tales como César Lombroso, Rafael Garólofo y Enrico Ferri y dentro de este campo se tiene la intención de emprender la tarea de diagnosticar y tratar a las personas que han cometido delito con el fin de aplicar las medidas de profilaxis criminal necesarias para evitar que vuelvan a cometerlo. En palabras de Benigno Di Tullio, el tratamiento de personas que han cometido delitos se centra en la rehabilitación físico-psicosomática, social, ética, educacional y moral.
Metodología de la criminología clínica
Dentro de la metodología de la criminología clínica se pueden destacar los siguientes puntos:
- Entendimiento directo con el delincuente
- Examen médico
- Examen psicológico, incidiendo en la personalidad del individuo
- Encuesta social acerca el medio en el que se desarrolló el individuo
En el método clínico aplicado en la criminología se implican múltiples disciplinas científicas, con lo cual se puede afirmar que esta rama de la ciencia criminológica es pluridisciplinar. El trabajo clínico abordado en la escena del crimen, comisión del acto e individuo quien lo ha realizado es una investigación científica que implica biología, neurología, psiquiatría y medicina general.
Todos los datos obtenidos a partir de estas ramas se aplican a la explicación de las posibles causas detrás de la comisión del delito o de la criminalidad del individuo, orientándose a obtener los datos e informes relativos al funcionamiento orgánico, estado neurológico, fisiológico, endocrinológico, somático y mental aplicados a la investigación criminológica. Esta misma información es la que nos puede revelar qué causas anómalas o patógenas han predispuesto que el individuo presente la personalidad y conducta antisociales que ha mostrado.
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Diagnóstico criminológico
El diagnóstico criminológico clínico se realiza con el fin de determinar el grado de peligrosidad del infractor. En este punto de la evaluación se tienen en cuenta 4 fases importantes en la comisión del acto delictivo.
- Consentimiento mitigante: concibe y no rechaza la posibilidad del delito del delincuente.
- Consentimiento formulado: donde la persona decide cometer el delito.
- Estado de peligro
- Paso al acto: la comisión del delito.
Cada individuo es una entidad diferente, esto es, una persona con su individualidad biológica, psicológica y social, y por lo tanto los motivos que han empujado a alguien a cometer un delito son muy variados. Es por ello que es necesario conocer con la máxima profundidad posible al sujeto, estudiarlo y abordarlo teniendo en cuenta su historial familiar, personal y social, datos que nos facilitarán el diagnóstico criminológico en caso de haber un trastorno o patrón conductual patológico, determinar el perfil de personalidad criminológica y la génesis del delito.
Aun así, cabe mencionar que aunque se conozcan los antecedentes personales y familiares de un individuo antes de la comisión del delito y que se determine el tipo de personalidad que tiene no ofrece una solución al problema, pero sí da datos de cómo se podría proceder a partir de este punto, contribuyendo en la elaboración de un plan de reinserción en el tratamiento.
Tratamiento criminológico
El tratamiento criminológico es el conjunto de elementos, normas y técnicas que se aplican con el fin de reestructurar la personalidad y comportamiento de una persona, con el fin de volverlo en un individuo funcional para con la sociedad, esto es, reinsertarse plenamente y no volver a cometer delito de ningún tipo. Así pues, se puede definir el tratamiento criminológico como el medio para evitar que el individuo vuelva a delinquir.
El tratamiento a aplicar variará mucho en función del tipo de delito, el tipo de personalidad que tenga el individuo que lo hizo y el diagnóstico fundamentalmente. El tratamiento debe ajustarse a lo preestablecido por ley, no vulnerar derechos fundamentales y debe ser objeto de investigación criminológica, con tal de conseguir prevenir el delito y también evitar la extensión desmedida del tratamiento.
Tratamiento individual-familiar
En la criminología clínica no se ignora el efecto que puede ejercer la familia sobre el individuo y su relación en la comisión del delito, puesto que la familia es la célula primaria y fundamental en la sociedad. Su influencia es muy poderosa en la mayoría de las personas, hasta tal punto de que puede ser la responsable del comportamiento errático de quien ha cometido un delito, sobre todo si hay dinámicas disfuncionales en el núcleo familiar.
Son muchas las formas en la que la familia nos influye, incluso siendo ya adultos. La influencia de las características íntimas en la dinámica del grupo familiar, la personalidad de los padres, las relaciones con los parientes, el historial delictivo de algún miembro cercano y otros varios aspectos más marcan profundamente en la formación del ser humano, influyendo mucho en el individuo. Todo ello puede dar como resultado una persona que cometa delitos, en caso de darse las condiciones adecuadas para el desarrollo de una personalidad patológica y disfuncional.
Es por todo ello que, en caso de que se dispongan de las herramientas necesarias para ello y la familia del implicado tenga interés en colaborar, se deberá proceder también a intervenir sobre la familia, modificando las dinámicas patológicas que ahí puedan haber y mejorando la funcionalidad tanto del individuo una vez haya cumplido la pena como del resto de miembros de su núcleo familiar. Interviniendo en la familia se puede evitar no solamente que el que ha cometido el delito lo vuelva a hacer, sino que también se evita que un pariente suyo cometa también un acto delictivo.