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Resentimiento familiar: posibles causas, efectos psicológicos, y qué hacer


No cabe duda de que la familia es uno de los principales puntos de apoyo en la vida de las personas, teniendo normalmente un papel esencial en el correcto desarrollo de sus diferentes miembros. Además la familia nos brinda seguridad y nos permite aprender a enfrentarnos a diversas situaciones. Sin embargo, la familia no está exenta de problemas y disputas entre sus miembros, pudiendo llegar a desarrollarse el resentimiento.

El resentimiento familiar es un patrón de actitudes de rencor y odio por parte de uno o más miembros de una familia hacia otro familiar o varios que han cometido algún acto negativo y/o perjudicial hacia ellos, por lo que queda un dolor a nivel moral y sentimental que se ha mantenido a lo largo del tiempo y, por ello, no han podido perdonar al familiar que les perjudicó.

En este artículo explicaremos con más detalle en qué consiste el concepto conocido como resentimiento familiar y cómo afecta a las relaciones entre los miembros de una familia, así como también daremos algunos ejemplos que podrían desencadenarlo.

¿Qué es el resentimiento familiar?

Como bien sabemos, la familia es un núcleo fundamental y de gran trascendencia para el correcto desenvolvimiento de cada uno de los miembros y grupos que componen una sociedad. La familia es el sustento y apoyo de todos y cada uno de sus miembros, especialmente los más pequeños, de forma que los lazos familiares son importantes en el correcto desarrollo de la personalidad y la manera de comportarse en sociedad, siendo también un punto de apoyo esencial en la vida de las personas.

Sin embargo, en la familia también pueden surgir disputas y diversos problemas que podrían llegar a causar el rencor o el resentimiento entre sus distintos miembros, por lo que es un aspecto a tener en cuenta desde un punto de vista psicológico.

El resentimiento familiar podría definirse como un patrón de actitudes de rencor, odio y dolor a nivel moral que suele estar mantenido a lo largo de un tiempo prolongado por parte de uno o más miembros de una familia hacia otro o más miembros de la misma, de manera que las relaciones entre ellos quedan agrietadas, por lo que si las personas que están resentidas no logran perdonar lo sucedido y cerrar las heridas es probables que no vuelvan a tener una relación sana con sus familiares a los que guardan ese rencor.

Desde las investigaciones en psicología y la terapia familiar sistémica en las que se trabaja con los problemas familiares se ha podido observar que cuando existe resentimiento familiar, normalmente no suele haber solamente un miembro de la familia resentido, con un rencor que no es capaz de eliminar hacia otro y otros miembros, sino que suele causar alianzas, de forma que se desarrollan unos lazos entre dos o más miembros de la familia en torno a ese resentimiento.

Resentimiento en la familia

De esta forma, entre todos los miembros que sienten ese resentimiento familiar refuerzan esas actitudes negativas hacia otros familiares por algo perjudicial que les pudieran haber hecho en el pasado. Así refuerzan la experiencia negativa sufrida y el odio o rencor se retroalimenta más todavía, por lo que es más difícil perdonar y olvidar lo sucedido.

Cuando hay un resentimiento familiar es común que los miembros resentidos sientan que han sido traicionados por la acción de algún familiar o familiares que les hicieron sufrir en un momento dado por diversos motivos como haberse sentido ninguneados en algún momento por parte de otros familiares, a causa de alguna disputa económica, porque un familiar no les ayudó cuando más lo necesitaban, etc. Ante tales casos se alimenta una emoción de resentimiento que perdura en el tiempo y es difícil erradicar.

Ejemplos de actos que podrían causar un resentimiento familiar

Por extraño que parezca en primera instancia, el resentimiento familiar es bastante común, y es que como dice la siguiente expresión “en todas las casas se cuecen habas”, lo que es lo mismo, en todas partes o en todas las familias existen los problemas y nadie está exento de ellos, siendo lo más importante la forma en que se afronta, ya que aunque no nos guste hay veces que es inevitable que sucedan.

Es posible que nosotros mismos hayamos sido víctimas o verdugos del resentimiento familiar, habiéndose producido por causas justificadas, o incluso injustificadas, de forma que alguien de la familia se convierte en el foco de decepción de sus familiares, y así, quien se convierte en la víctima del resentimiento familiar termina siendo denostado y señalado por otros miembros de su familia. En los casos más graves puede que esa persona se convierta en la oveja negra de la familia y llegue a ser un foco de odio y resentimiento, cuyo nombre deje de pronunciarse por parte de sus familiares.

El resentimiento familiar puede desencadenarse por diversas causas, por lo que vamos a ver algunos ejemplos en los que podría darse el caso de que seamos nosotros lo que sintamos ese resentimiento:

  • Sentirnos como un hijo infravalorado.
  • Sentir que somos el hijo que pasa desapercibido, teniendo un hermano que es el foco de los halagos.
  • Sentirnos como si fuéramos la oveja negra de la familia.
  • Sentir que hemos sido humillados por parte de otros familiares en alguna o incluso diversas ocasiones.
  • Cuando sentimos que nuestros padres y hermanos nos han fallado cuando más lo necesitábamos.
  • Sentir que no podemos confiar en nuestra familia.
  • No sentirnos lo suficientemente respetados, valorados y/o queridos por uno o varios familiares.
  • Sentirnos traicionados por uno o varios miembros de nuestra familia.

También hay ejemplos de situaciones en las que podríamos haber causado ese resentimiento familiar en nuestros familiares, como pueden ser las siguientes:

  • No haberles prestado suficiente atención a nuestros hijos.
  • Haber halagado a un hijo más que a otro.
  • No haber apoyado lo suficiente a un hermano cuando estaba pasando por un mal momento.
  • Haber dejado en evidencia a un familiar en algún momento.
  • No respetar lo suficiente a algún familiar.
  • No haber dado el valor que merece a alguno de nuestros familiares.
  • No haber demostrado nuestro cariño a algún familiar, como puede ser un hijo.
  • Haber traicionado o engañado por algún motivo a alguno o varios miembros de nuestra familia.

Como hemos podido ver, el resentimiento familiar puede desencadenarse por diversos motivos del día a día, siendo algunos de ellos bastante más comunes que otros y desencadenados a veces sin que haya sido a propósito, por lo que es importante tomar consciencia de nuestros actos para con nuestros familiares con el fin de que no demos pie a que esto se produzca en nuestra familia, procurando prestar la atención y reconocimiento que merecen nuestros seres más allegados intentando que haya una comunicación fluida que permita un correcto entendimiento por parte de todos.

Consecuencias del resentimiento familiar

El resentimiento familiar es ese patrón actitudinal orientado al odio que causa unos sentimientos negativos que perviven con el recuerdo del suceso que propició en un inicio ese rencor que sentimos. Cuando esto se da en una familia en la que hay integrantes de corta edad, ese resentimiento lo que puede causar es que los más jóvenes aprendan un patrón actitudinal de odio de forma temprana, lo que podría ser poco adecuado para alguien que aún no ha alcanzado la suficiente madurez.

Por ello, en caso de que el resentimiento familiar nos esté causando sufrimiento a nosotros, a ese miembro o miembros de nuestra familia a los que guardamos rencor o por los perjuicios que esta situación podría causar en nuestros hijos, conviene tener en cuenta una serie de pautas que podrían servir como referencia para comenzar a suturar la herida que nos causó el rencor que sentimos de forma que así consigamos perdonar lo sucedido y, a ser posible, restablecer la relación con nuestros familiares que habíamos dado por perdida.

¿Qué hacer?

El resentimiento familiar suele crear un ambiente de negatividad, hostilidad e incluso sufrimiento dentro del hogar familiar, por lo que solamente el perdón sería la herramienta que podría paliar ese sufrimiento tan duradero que se ha quedado atascado. Con el perdón se podrían recuperar esos vínculos que habían quedado resquebrajados y así los miembros de la familia podrían sentirse liberados de una losa tan pesada que durante tanto tiempo habían cargado a sus espaldas como es el rencor o el resentimiento.

No obstante, perdonar no es una tarea sencilla y mucho menos lo es olvidar algo que nos ha causado mucho sufrimiento, aunque tampoco es imposible si se ponen empeño en lograrlo para reparar esas relaciones con esos familiares con los que en el pasado habíamos tenido algunas rencillas.

Por otro lado, en caso de que nos resulte imposible recuperar la relación que había antes de que sucediera lo que nos causó ese sentimiento, una alternativa podría ser perdonar a ese familiar con el fin de acabar con ese resentimiento familiar y de esta forma pasar página, pudiendo avanzar cada uno hacia adelante en su propio camino, ya que el rencor no va a permitir que nos quitemos de encima el odio ni tampoco el sufrimiento.