Rabdomiólisis: síntomas, causas y tratamiento
El culto al cuerpo es algo común en nuestros días. Una gran parte de la población hace algún tipo de deporte. Y en muchos casos, en el gimnasio.
Sin embargo, a veces hacemos ejercicio de manera excesiva. Y en dichas ocasiones se pueden producir alteraciones severas como la rabdomiólisis.
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¿Qué es la rabdomiólisis?
Se entiende por rabdomiólisis el síndrome causado por la degeneración y destrucción de fibras musculares, una destrucción que provoca que algunos de los componentes de dichas fibras pasen al torrente sanguíneo. Concretamente, destaca la mioglobina y diversas enzimas como la CPK, LDH y la GOT, las cuales en concentraciones altas resultan tóxicas para el riñón.
Si bien los síntomas presentados por las personas con rabdomiólisis pueden variar, suelen coincidir síntomas como presencia de debilidad y fatiga generalizada, dolor muscular, disminución del número de micciones y la presencia de orina de color roja o amarronada.
En general esta afección suele verse en profesiones muy demandantes a nivel físico, tales como las pertenecientes al ámbito militar, bomberos, policías o atletas. Aunque cada vez se dan más casos derivados de entrenamientos físicos excesivos.
Causas
La rabdomiólisis es un trastorno muy poco usual, pero puede darse por diversos motivos. Los tres motivos más habituales que llevan al padecimiento de la rabdomiólisis son el consumo de alcohol, la presencia de traumatismos derivados de accidentes y, por último el ejercicio físico intenso.
Otras causas de la rabdomiólisis son las enfermedades musculares genéticas, las convulsiones e aspectos como un exceso de temperatura en el cuerpo, déficit de fósforo o deshidratación.
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Complicaciones del cuadro
Los efectos y la gravedad pueden depender de factores como la cantidad de músculo destruido. Puede llegar a no ser sintomático o bien puede provocar fallos renales severos e incluso el deceso.
Lo más frecuente que suele ocurrir como complicación del cuadro suele ser la insuficiencia renal aguda, generada por la presencia excesiva de mioglobinuria. Se puede detectar por la presencia de orina de tonos oscuros, generalmente amarronados y con aspecto de refresco de cola. Esta afectación es producida generalmente cuando se destruyen más de cien gramos de músculo, lo que libera tanta mioglobinuria que el riñón no es capaz de filtrar y queda obstruido. Curiosamente, en este caso se ha visto reflejado que a mayor masa muscular del sujeto, mayor la posibilidad que se presente esta complicación.
Otras posibles complicaciones son la presencia de arritmias derivadas de los cambios y el vertido de células en la sangre. También la puede provocarse excesos y déficits de otros componentes, como el potasio, el fosfato y el ácido úrico, los cuales pueden generar desequilibrios químicos que pueden poner en peligro la vida del sujeto al tener el potencial para provocar fallos cardíacos.
¿Cómo se trata?
El tratamiento de la rabdomiólisis puede permitir la recuperación completa del cuadro, pero es imprescindible que se inicie con la mayor premura posible. Se prioriza la hidratación continuada del paciente para prevenir los problemas renales, inyectando suero. Asimismo, restaurar la diuresis o micción normal.
También se inyecta glucosa para evitar elevaciones peligrosas de potasio que pueden provocar problemas cardíacos. En caso de que no se responda al suero o el paciente manifiesta insuficiencia renal, se aplica la hemodiálisis.
El pronóstico con tratamiento temprano es muy positivo, recuperándose la gran mayoría de los afectados y restableciéndose el funcionamiento habitual del sistema y de los riñones. Sin embargo, de no tratarse a tiempo puede causar la muerte del sujeto.
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Recomendaciones a nivel de deporte
Como se ha mencionado a lo largo del artículo, una de las causas más frecuentes de este trastorno es la realización de ejercicio físico desmedido.
En este último aspecto podemos remarcar que puede aparecer en aquellas personas que hacen un ejercicio excesivo para su condición física. Especialmente destacan casos de personas que se inician en el deporte realizando esfuerzos excesivos durante un período muy prolongado. En general, se provoca una ruptura excesiva del músculo debido a que no se permite a la musculatura el tiempo suficiente para adaptarse al ejercicio.
Pero también ocurre en sujetos acostumbrados al ejercicio, tras periodos en los que no se han ejercitado o cuando las exigencias a las que están sometidos exceden lo que sus músculos pueden soportar.
Ello no implica que no se deba hacer ejercicio de intensidad elevada, pero sí que debería tenerse en cuenta que resulta recomendable ajustar el ejercicio a la propia forma física y reconocer los propios límites. Se debe empezar poco a poco e ir avanzando progresivamente. Calentar la musculatura previamente con ejercicios sencillos y no excesivamente demandantes puede ser esencial para evitar este problema.