Las principales causas de los trastornos del sueño
Todos sabemos la importancia que tiene dormir bien y aun así muchos hemos perdido sueño con frecuencia. A veces de forma premeditada y otras simplemente de manera involuntaria. Los trastornos del sueño son, hoy por hoy, uno de los más comunes, teniendo una crecida considerable en la población.
El 40% de la población española padece uno de estos trastornos y el 10% sufre afección crónica. Existen cien tipos de trastornos del sueño registrados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre ellos se encuentra el insomnio (reducción de la capacidad de dormir), la hipersomnia (sueño excesivamente prolongado y profundo), las parasomnias (trastorno de la conducta durante el sueño con episodios breves de despertar), el sonambulismo (actividades motoras automáticas mientras se permanece inconsciente), la parálisis del sueño (incapacidad transitoria para realizar cualquier tipo de movimiento voluntario durante el periodo de transición entre el estado de sueño y vigilia), etc.
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¿Qué son los trastornos del sueño?
Los trastornos del sueño, como bien indica su nombre, son problemas significativos para dormir. Pueden ser alteraciones para conciliar el sueño y permanecer dormido, problemas para permanecer despierto e irrupciones del sueño, de manera que no se permite un ritmo normal de sueño.
¿Cuáles son las causas de los trastornos del sueño?
Existe una estrecha relación entre los trastornos del sueño y la calidad de vida, la salud física y psiquiátrica. Algunos de estos trastornos del sueño son causados por enfermedades cardiovasculares, hormonales, metabólicas, neurológicas y aquellas que causen dolor. Además, hay que añadir los causados por enfermedades psiquiátricas como son la ansiedad y la depresión. El embarazo y la menopausia también pueden causar problemas de sueño, como por ejemplo el insomnio un trastorno que como hemos comentado antes, reduce la capacidad de dormir.
Entre otras causas que imposibilitan un adecuado sueño, están el abuso de medicamentos, los malos hábitos de sueño, excesivo trabajo y uso de aparatos electrónicos antes de ir a dormir. Sin embargo, las predisposiciones genéticas siempre juegan un papel significativo.
1. Abuso de medicamentos
Existen medicamentos que afectan al sueño, como es el betabloqueante (sirve para tratar la hipertensión y las arritmias), al inhibir la secreción nocturna de la melatonina hormona encargada de la regulación del sueño y reloj circadiano del mismo, produce pesadillas y despertares nocturnos. Los corticoesteroides (sirven para tratar la inflamación de los vasos sanguíneos y los músculos, la artritis reumatoide, el lupus, reacciones alérgicas…) agota las glándulas suprarrenales manteniendo así el cuerpo despierto y la mente estimulada, además de los antidepresivos ISRS, alfabloqueantes, estatinas…
2. Malos hábitos de sueño
Poseer una buena higiene del sueño es fundamental para poder llevar una vida saludable y productiva, por ello hay que aprender a llevar un buen hábito de sueño. Debemos evitar acostarnos muy tarde y no dormir el suficiente tiempo para recuperar las energías gastadas. Las consecuencias de no llevar un buen hábito de sueño son la fatiga y el cansancio, llegando a desencadenar en algunos casos un estado de preocupación a la hora de querer dormir que nos imposibilita conciliar el sueño.
3. Excesivo trabajo y nuevas tecnologías
Una de las causas que cada vez aparece con más frecuencia en nuestras vidas es el exceso de trabajo, lo que provoca mayor estrés, afectando a la calidad del sueño y causando más dificultades para poder conciliarlo. No solo el excesivo trabajo nos despoja de un sueño de calidad si no que el uso excesivo de las nuevas tecnologías (como los móviles, Tablet, televisores y ordenadores) excitan tanto nuestro sistema nervioso durante el día a día que pueden llegar a desajustar el reloj interno y alterar las hormonas que ayudan a conciliar el sueño.
Autora: Natalia Matusiak