Lenguaje proxémico: el uso de las distancias para comunicar
El lenguaje proxémico es, quizás, una de las modalidades de comunicación que pasan más desapercibidas.
El habla y la escritura reciben casi toda nuestra atención, haciendo que demos por sentado que la mayor parte de la información que debemos expresar e interpretar está contenida allí; y el lenguaje no verbal está muy infravalorado. Sin embargo, dentro de esta última categoría acostumbramos a considerar tan solo el lenguaje gestual y la prosodia. No nos damos cuenta que hay mucho mundo más allá de estos elementos.
En este artículo veremos qué es el lenguaje proxémico y de qué manera influye tanto en nuestras relaciones como en los significados que expresamos.
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Lenguaje proxémico: una definición
Empecemos por lo más básico. Entendemos por lenguaje proxémico un tipo de comunicación no verbal fundamentado en las distancias que se mantienen entre dos cuerpos, así como con la ubicación de las personas en espacios determinados.
A pesar de que es una forma de transmitir significados de manera implícita y apelando a nuestro lado más emocional, eso no hace del lenguaje proxémico una herramienta poco valiosa a la hora de comunicarnos. De hecho, el significado de toda una frase, por larga que sea, puede verse totalmente alterada dependiendo de cómo lo usemos.
Además, el lenguaje proxémico tiene en cuenta los movimientos que son realizados mediante la traslación del cuerpo entero cuando se va de un punto hasta otro. Es decir, que no estudia las distancias como si estas fuesen una simple variable que encontramos en “imágenes congeladas”, sino que se fija en el antes y en el después. No es lo mismo acercarse de una persona recorriendo para ello 20 metros que coincidir en un ascensor.
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La utilidad de esta forma de comunicación
Fundamentalmente, el lenguaje proxémico sirve para expresar ideas que pertenecen a dos ejes di significado diferentes: el grado de intimidad y el grado de hostilidad.
Intimidad
La intimidad es mayor cuanto más pequeña sea la distancia entre dos personas. Además, de la mano de la intimidad va la idea de que se quiere conectar emocionalmente con el otro, de que se empatiza. Es por eso que algunas técnicas de negociación utilizan el recurso de acercarse poco a poco a la otra persona para que esta acepte la idea de que el otro busca el bien de ambos a través del trato que propone.
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Hostilidad
A diferencia de la intimidad, no hay una relación directa entre la distancia entre las personas y el grado en el que esta actitud está presente. De hecho, la hostilidad se comunica mediante distancias inusualmente pequeñas o inusualmente amplias. En el primer caso se quiere expresar la voluntad de dominar al otro, mientras que en el segundo se muestra desconfianza y actitud defensiva.
Espacios y contextos en los que se aplica
El funcionamiento del lenguaje proxémico varía mucho dependiendo del tipo de espacio en el que se encuentre la persona. Y es que ninguna relación se da simplemente en el vacío, siempre hay un contexto que nos condiciona. La proxémica, a fin de cuentas, es algo social: funciona a partir de lo que uno sabe que el otro sabe, y los distintos ambientes generan expectativas tanto en el emisor como en el receptor.
Ahora bien, ¿cuáles son los diferentes tipos de espacios de los que depende el lenguaje proxémico? Los principales son los siguientes.
1. Espacio público
Tal y como su nombre indica, este contexto es aquél en el que cualquier persona puede participar de lo que ocurre. En el lenguaje proxémico, se trata de un espacio en el que hay un hablante y una multitud de gente que atiende a lo que este hace o dice.
La distancia entre el emisor y los receptores suele ser grande, de varios metros si es posible, dado que hay mucha gente participando en el intercambio de la información y es necesario dejar claro que el mensaje va dirigido a todo el mundo.
2. Espacio social
Este tipo de contextos pertenecen al ámbito de lo profesional, lo formal y los encuentros con finalidades comerciales. La distancia típica entre las personas involucradas suele ser de uno a tres metros.
3. Espacio personal
El espacio personal está definido por su carácter informal, en el que se hace evidente que hay al menos una significativa conexión emocional o afectiva. Se da entre amigos, familiares o compañeros de trabajo que se conocen bien. Las situaciones que propicia se caracterizan por el hecho de que la distancia entre las personas son menores a un metro.
4. Espacio íntimo
Quienes utilizan este tipo de espacio como forma de lenguaje proxémico (además de por otras utilidades) son personas cuya relación es íntima, como por ejemplo parejas, familiares cercanos o amigos de siempre.
Aquí, la distancia típica puede ir desde unas pocas decenas de centímetros hasta el contacto físico directo.
Las variaciones culturales
Las distancias mantenidas entre personas según el tipo de espacio en el que se encuentran pueden variar mucho dependiendo del tipo de cultura a la que se pertenezca.
Así, por ejemplo, los países del norte de Europa y del sureste de Asia se caracterizan por utilizar una proxemia sesgada hacia las distancias interpersonales relativamente grandes.
Sin embargo, los países que bordean el Mediterráneo, los que pertenecen a Iberoamérica y muchos de los que pertenecen al Oriente Medio y a África, se caracterizan por normalizar espacios interpersonales mucho más pequeños, así como por recurrir mucho al contacto físico incluso entre relativos desconocidos.