La tetera de Russell: ¿cómo pensamos en la existencia de Dios?
Ciencia y religión son dos conceptos que a menudo han sido vistos como contrarios, siendo dos maneras de intentar explicar la realidad que nos rodea y la misma existencia. Cada una de ellas tiene sus propias características, que aunque a pesar de no ser per se contrarias hacen que sus perspectivas y maneras de funcionar pueden llegar a diferir en elementos básicos.
Una de ellas es la postura respecto a la existencia de Dios, algo de lo que diversos autores han debatido largo y tendido a lo largo de la historia. Y dentro de dicho debate, ha destacado la discusión respecto a si su existencia es o no probable y en cualquier caso si lo que debería aportarse son pruebas de su existencia o de su no existencia. Uno de los conceptos que se han empleado al respecto es el de la tetera de Russell, siendo este el concepto sobre el que vamos a hablar a lo largo de este artículo.
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¿Qué es la tetera de Russell?
En 1952 la revista Illustrated Magazine encargó al famoso filósofo, matemático y escritor y ya por entonces galardonado con el Premio Nobel de Literatura Bertrand Russell la escritura de un artículo en el cual reflejara su opinión respecto a la existencia de Dios y los argumentos utilizados para debatir dicha existencia.
Sería en dicho artículo, el cual finalmente no fue publicado, en el que el reconocido autor utilizara la analogía que hoy en día es conocida como la tetera de Russell. Esta última reza lo siguiente:
Si tuviera que sugerir que entre la Tierra y Marte existe una tetera china girando alrededor del sol en una órbita elíptica, nadie sería capaz de rechazar mi afirmación si hubiera tenido la precaución de añadir que la tetera es demasiado pequeña para ser observada incluso por nuestros telescopios más potentes. Pero si yo dijera que, dado que mi afirmación no puede ser rechazada, es intolerable la presunción por parte de la razón humana dudar de ella, se pensaría que estoy diciendo tonterías. Sí, sin embargo, la existencia de dicha tetera estuviera afirmada en libros antiguos, se enseñara como sagrada verdad cada domingo y se inculcara en las mentes de los niños en la escuela, la vacilación para creer en su existencia sería signo de excentricidad, y quien dudara merecería la atención de un psiquiatra en un tiempo ilustrado o de un inquisidor en tiempos anteriores.
Así, la tetera de Russell es una analogía o símil que el autor utiliza de cara a presentar una perspectiva escéptica en lo referente a la discusión y al sesgo que se comete al considerar como argumento de la existencia de Dios el hecho de no poder probar su no existencia.
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¿Qué es lo que defiende realmente este argumento?
Hay que tener en cuenta que si bien puede parecer un argumento contrario a la religión o la creencia en Dios y de hecho a menudo se utiliza en este sentido, lo cierto es que el argumento de la tetera de Russell no resulta determinista y no establece que realmente no pueda existir una deidad: únicamente pretende hacer ver que la argumentación de su existencia no puede basarse en la imposibilidad de negarla absolutamente.
Dicho de otro modo, lo que nos indica el concepto de la tetera de Russell no es que Dios exista o no (si bien el propio Russell era escéptico en cuanto a su existencia en el momento en que escribió el argumento del que tratamos en este artículo), sino que no tiene sentido definir decir que sí lo hace porque no hay pruebas de lo contrario o pretender que sea necesaria dicha prueba para poder negarlo.
Así, estaríamos ante una postura escéptica que más bien estaría en contra de una postura dogmática que demanda la necesidad de demostrar que algo no existe para poder decir que no lo hace.
Y es que dicha manera de pensar no puede tener un resultado distinto del ofrecido al dogma: tal y como ocurre con la anterior tetera, si Dios no existiera no sería posible saberlo con total seguridad si tenemos en cuenta que tal vez nuestra tecnología y capacidad para buscarlo no fuera por el momento suficiente.
Así, define la existencia o inexistencia de la deidad como algo que no resulta ni comprobable ni falsable dado que no resulta posible realizar comprobaciones con parámetros que puedan probar cualquiera de las dos posturas.
No solo aplicable a la religión
El argumento o analogía de la tetera de Russell fue planteada originalmente de cara a valorar el hecho de que algunas posturas religiosas ortodoxas plantean que el dogma y la propia existencia de Dios queda demostrada por la no posibilidad de aportar pruebas que la nieguen.
Pero más allá del ámbito religioso en sí la analogía seguiría siendo aplicable en toda aquella situación en que se demandara de una prueba que dadas las condiciones presentadas en la hipótesis o creencia asumido no fuera imposible realizar una verificación o falsación del asunto. Ello sirve de base por ejemplo a aspectos subjetivos como las creencias y prejuicios que hacemos sobre los demás, determinados preceptos morales o aspectos organizativos como el liderazgo o el poder.
Referencias bibliográficas:
- Russell, B. (1952). Is there a God? Illustrated Magazine (no publicado). [Online]. Disponible en: https://web.archive.org/web/20130710005113/http://www.cfpf.org.uk/articles/religion/br/br_god.html