Inteligencia espacial: ¿qué es y cómo se puede mejorar?
La inteligencia espacial es un concepto que se deriva de la Teoría de las Inteligencias Múltiples propuesta por el psicólogo Howard Gardner. Este tipo de inteligencia puede ser definida como el conjunto de habilidades mentales relacionados directamente con la navegación y la rotación de objetos en nuestra mente (es decir, su visualización imaginaria desde distintos ángulos). Por tanto, la inteligencia espacial se llama así porque está involucrada en la resolución de problemas espaciales, ya sean reales o imaginarios.
De nuestro nivel de inteligencia espacial dependerá nuestro éxito en tareas como conducir y aparcar un coche, construir una maqueta, orientarse, darle instrucciones a otra persona que ve las cosas desde otro ángulo o manejar herramientas más o menos complejas.
Otras actividades menos frecuentes en las que la inteligencia espacial está fuertemente involucrada son, por ejemplo, aquellas en las que se debe esculpir una forma en un material o hacer un plano de una estructura. Por ello, tanto arquitectos como escultores tienden a mostrar buen nivel de este tipo de inteligencia.
Inteligencia espacial y visión
Algo que debemos tener en cuenta a la hora de entender el concepto de inteligencia espacial es que, como tal, no depende de nuestra capacidad para ver a través de los ojos. Lo determinante en la inteligencia espacial es ser capaz de imaginar un espacio tridimensional que mantenga su coherencia con el paso del tiempo independiente del ángulo desde el que se lo visualiza mentalmente.
Desde luego, la vista es uno de los sentidos más importantes a la hora de aprender cómo es nuestro entorno, pero las personas que nacen ciegas también pueden servirse de la inteligencia espacial gracias a la información del entorno que les llega a través del oído, el tacto, etc.
¿Se puede mejorar en inteligencia espacial?
Como muchas veces pasa al tratar el tema de la inteligencia, bastante gente tiende a pensar que este tipo de capacidades mentales son innatas y vienen determinadas por la herencia genética. En el caso de de inteligencia espacial, además, se da el hecho de que varias investigaciones parecen sugerir que los hombres tienen habilidades espaciales algo superiores cuando se los compara con el sexo contrario.
Sin embargo, la inteligencia espacial puede ser mejorada con un cierto entrenamiento, al igual que ocurre con la inteligencia en general.
Se ha demostrado que practicar ejercicios similares a los que se utilizan para evaluar el nivel de inteligencia espacial resulta práctico para mejorar en esta dimensión de las capacidades cognitivas. Estos ejercicios consisten, por ejemplo, en tareas de rotación espacial, comparación de dos objetos colocados en diferente posición que pueden ser iguales o sólo similares, atención espacial a varios estímulos, etc.
Entonces... ¿cómo mejorarla?
Los ejercicios concretos que se han demostrado eficaces para mejorar en inteligencia espacial son difícilmente accesibles desde casa, y pertenecen en todo caso a programas de entrenamiento dirigidos por especialistas. Sin embargo, eso no quita que podamos incluir en nuestro día a día algunas tareas que emulan la lógica utilizada en estas pruebas de laboratorio. Para ello no hay más que tener en cuenta lo que es la inteligencia espacial y echarle creatividad.
Por ejemplo, conducir un coche de manera habitual (y segura) puede ayudar, ya que en él tenemos que tener en cuenta la situación de todas las partes de su superficie. Aprender a planificar la colocación de figuras en dibujos creados por nosotros también supone el reto de distribuir objetos que, aunque bidimensionales, ocupan un espacio. Lo mismo ocurre con tareas algo más exigentes (y costosas), como tallar una figura en un bloque de madera. Cualquiera de estas actividades refuerza nuestras habilidades cognitivas vinculadas a la inteligencia espacial y visual.
Del mismo modo, existen juegos cuyas mecánicas están directamente relacionadas con la puesta a prueba de las habilidades espaciales y, por extensión, de la inteligencia espacial. Entre los juegos tradicionales podríamos nombrar, por ejemplo, los tangrams y los cubos de Rubik. Por otro lado, algunos ejemplos de videojuegos que suponen un reto especial para nuestra inteligencia espacial podrían ser Portal, Antichamber o Q.U.B.E., aunque los clásicos juegos de plataformas en tres dimensiones tales como Super Mario Galaxy también pueden ir bien, dado que hay que tener en cuenta la posición de la cámara, la del personaje y la ubicación en la que se quiere aterrizar en cada salto.
¡Que no se diga que ejercitar la inteligencia es aburrido!
Referencias bibliográficas:
- Gardner, H. (2006). Multiple Intelligences: New Horizons In Theory And Practice.
- Tzuriel, D. y Egozi, G (2010). Gender Differences in Spatial Ability of Young Children: The Effects of Training and Processing Strategies. Child Development. 81(5): 1417 - 1430.