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Las empresas que invierten en Mindfulness son más productivas


¿Qué tienen en común empresas internacionalmente reconocidas como Nike, Heineken, Apple, Procter & Gamble, Google, Coca Cola, Starbucks o Deustche Bank? Entre otras cosas, que han incorporado a su manera de trabajar programas basados en Mindfulness con el objetivo de optimizar su productividad y tener un impacto positivo en el bienestar de sus trabajadores.

Además, las universidades más admiradas del mundo, como Harvard, Oxford Yale o Cambridge también ofrecen un interesante repertorio de programas de Mindfulness para mejorar el bienestar y rendimiento de sus alumnos y prepararlos así para su salto al mundo laboral.

¿Por qué el Mindfulness está ganando tantos adeptos en el mundo de las empresas?

Un entorno caótico y lleno de distracciones

A medida que pasa el tiempo, cada vez está más claro que las empresas y las organizaciones en general se mueven en un entorno muy volátil en el que prima la incertidumbre, el no saber qué ocurrirá mañana. Esta ambigüedad constante tiene un impacto psicológico significativo en los trabajadores (independientemente de su posición gerárquica en la empresa), dado que hay que permanecer siempre al tanto de los últimos cambios, tanto en lo referente a la planificación entratégica como en lo concerniente a sus procesos productivos, tanto en empleados como en directivos y líderes.

Así pues, prima la necesidad de volverse multitarea: dejar de redactar un documento para atender a una llamada telefónica, informar al supervisor de una incidencia, seguir redactanto mientras se presta atención a las indicaciones de un colega, etc. Esto hace que si no se sabe manejar el flujo de trabajo, este se acumule encima de la mesa (en forma de columnas de documentos) y esto favorezca la aparición de problemas de estrés y todo lo que esto conlleva (dificultad para concentrarse, descoordinación, cansancio, etc.).

Como resultado, esta dinámica insana de trabajo lleva a no terminar tareas y a ejecutarlas de un modo deficiente, con errores.

En este contexto, son muchas las investigaciones científicas que han arrojado evidencias de que el uso de programas de Mindfulness en las organizaciones ayuda significativamente a sobrellevar mejor la presión en el puesto de trabajo, mantener una disposición de atención al detalle, preservar la capacidad para ser creativo y adaptarse a los retos en tiempo real y con rapidez, además de reforzar la cohesión entre los equipos de trabajo.

Además, de esta manera se promueve la formación de líderes conscientes, capaces de atraer la atención hacia las partes del trabajo que de verdad importan, y proclives a afrontar los problemas manteniendo la serenidad y sin dejarse llevar por las decisiones arbitrarias.

Gimnasia mental

El Mindfulness, que puede ser traducido al castellano como atención plena, es un proceso por el cual nos adaptamos a las circunstancias para centrar nuestro foco de atención en el momento presente, sin realizar valoraciones morales que nos lleven a prejuzgar, y relacionándonos con la realidad a la vez que adoptamos la posición de observadores, sin dejarnos llevar por los impulsos.

La atención plena puede potenciarse a través de programas de entrenamiento hasta llegar a ser toda una herramienta de desarrollo personal que permite hacer frente a los problemas propios de la vida, mitigando los efectos de la ansiedad y del estrés y favoreciendo el aumento de la productividad.

Dicho de otro modo, el hábito de utilizar el Mindfulness nos lleva a hacer disminuir la frecuencia de aparición de ciertos procesos mentales automáticos fundamentados en la huella emocional que nos dejaron experiencias del pasado que si no son gestionadas nos pueden bloquear en el presente.

Por ello, la atención plena ha llegado a convertirse en **uno de los recursos más utilizados en los países occidentales (a pesar de basarse en la meditación tradicional de ciertas regiones de Asia) y con resultados más interesantes y prácticos tanto en el trabajo como en la vida personal.

Eso sí, en España, la práctica de Mindfulness es aún algo relativamente minoritario y sólo se ha puesto en marcha en ciertas empresas que valoran mucho la salud de los trabajadores, o en las que quieren adaptarse a los nuevos tiempo haciendo del entorno laboral un lugar mucho más cómodo.

Mindfulness en la empresa: sus ventajas

Según una encuesta realizada por Adecco Training y cuyos resultados reflejan datos de 2016, sólo un 5% de los trabajadores españoles tiene el hábito de practicar Mindfulness, a pesar de sus ventajas y del impacto positivo que tiene en el desempeño laboral.

Entre las ventajas más significativas que se reportan, está el incremento de la productividad, que se estima que es del 20%. Además, se calcula que de media, cada trabajador de una empresa pierde más o menos una hora y media por culpa de las distracciones, lo cual se traduce en unas ocho horas perdidas a la semana. Se desaprovecha aproximadamente el 20% de la jornada laboral.

Así pues, quien practica Mindfulness tiene muchas más posibilidades de utilizar de manera óptima todo el tiempo dedicado al trabajo, y no perder ese 20%. Por ello, a pesar de que por el momento es una práctica poco extendida en este país, 8 de cada 10 empresas que conocen lo que es el Mindfulness reconocen que tienen la necesidad de implementar programas de formación en atención plena.

Por otro lado, el 80% de las organizaciones consultadas se plantea formar a sus trabajadores en Mindfulness durante los próximos años. Es natural, pues entre los trabajadores que ya lo practican, el 65% afirma tener mayor sensación de calma en el trabajo. Esto también ha conducido a una reducción del 78% en los días de baja por ansiedad o depresión en las empresas que impulsan iniciativas de práctica de Mindfulness.

Una de las respuestas a la falta de satisfacción laboral

Un informe de la consultora Accenture muestra que el índice de satisfacción en el trabajo en España ha bajado, pasando del 52% en 2013 al 44% en 2014; la insatisfacción es ya el estado psicológico mayoritario entre los trabajadores. Por supuesto, ese factor supone un desafío importante para los equipos directivos de las empresas, que se ven la necesidad de configurar su modo de trabajo de un modo en el que los trabajadores se sientan cómodos para poder retener talento.

Por otro lado, fenómenos como el presentismo laboral propician climas organizacionales en los que la desmotivación, el estrés y la desesperanza son la norma, pues aparece la sensación de estancamiento e incapacidad de desligarse de un modo de trabajo que desgasta la salud mental. Esto, evidentemente, no encaja bien con el giro que ha ocurrido en las últimas décadas en la filosofía de empresa, según la cual el ámbito profesional puede ser considerado un componente más de la vida laboral, con unos valores en consonancia con los que seguimos en el ámbito privado.

Se ha visto también que quienes se someten habitualmente a contextos que generan estrés lo tienen muy complicado para ser creativos o estar positivamente predispuestos hacia el trabajo en equipo, dado que en esas situaciones el cerebro humano está lleno de cortisol (la hormona del estrés) cuyos efectos juegan a la contra de la hormona de la confianza, la oxitocina.

Además, el informe de 2016 de la Agencia Europa para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA) arrojó datos preocupantes: el coste económico que el estrés genera en el ámbito de las empresas es de 136.000 millones de euros al año sobre todo a causa de las bajas laborales que propicia. Esa cantidad supone entre el 2,6 y el 3,8% del PIB comunitario, lo cual implica que desde esta perspectiva las alteraciones psicológicas dañinas son en el segundo problema de salud laboral más habitual en el continente europeo.

Invertir en salud emocional merece la pena

Invertir en la salud psicológica desde el contexto del trabajo es en sí una meta a la que aspiran todas las grandes empresas, tanto para generar espacios adecuados de desempeño profesional como para ser más competitivas y retener talento. Los estudios llevados a cabo en varios países de diferentes continentes demuestran que los programas de salud en el trabajo llevan a una reducción de los costes directos asociados a la asistencia sanitaria, así como la siniestralidad laboral y la rotación laboral.

Todos los datos invitan a las empresas consideren la importancia de las políticas de bienestar en el entorno organizacional, y el uso del Mindfulness es una excelente manera para potenciar el bienestar psicológico de quienes forman parte del equipo.

Esta necesidad ha sido tomada muy en serio por organizaciones de asistencia psicológica como el centro de psicología barcelonés PsicoTools, que desde hace tiempo lleva ofreciendo el servicio de formación en Mindfulness a empresas. Iniciativas como esta hacen que expertos en salud mental cambien dinámicas de trabajo dejando efectos duraderos en las organizaciones. A fin de cuentas, los pioneros del uso del Mindfulness en el trabajo en España lo tienen fácil: solo han de contar con el punto de vista de quienes llevan años dedicándose a ello en su gabinete de psicología.