Alianza terapéutica: qué es, cómo influye en la terapia y cómo se crea
Los conocimientos del profesional y las ganas de mejorar y esforzarse por parte del paciente son aspectos que influyen en el éxito de la psicoterapia. No obstante, en terapia esto no lo es todo, pues la relación entre el psicólogo y el paciente adquiere un peso muy grande a la hora de inducir a mejoría en el paciente.
La alianza terapéutica es el vínculo interpersonal que se da entre el paciente y el terapeuta, una relación basada en la confianza, la aceptación y la comprensión que facilita que quien acude a la consulta de un psicólogo exponga su mundo interior con la esperanza de que el profesional lo va a ayudar sin juzgarlo.
La forma en cómo se establece este vínculo es crucial para que el paciente mejore, siendo por ello un aspecto muy investigado en los últimos años y habiendo gran interés en hacer todo lo posible para que se establezcan alianzas terapéuticas sólidas. Descubramos más a fondo en qué consiste.
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¿Qué es la alianza terapéutica?
La alianza terapéutica es el punto de encuentro entre el paciente y el terapeuta, un vínculo único que se establece en el seno de la terapia. Sobre este vínculo se basará la confianza y el entendimiento necesarios para abordar el proceso de cambio que el paciente ha comenzado al recurrir a terapia en primer lugar.
La alianza terapéutica es sumamente importante, especialmente en psicoterapia. Si bien en otras relaciones entre paciente y terapeuta (por ejemplo, médico, fisioterapeuta, cirujano…) la alianza terapéutica es un componente muy importante, el valor que adquiere en la relación entre paciente y psicólogo es crucial, tanto que llega a determinar el éxito de la psicoterapia. Si el paciente no tiene una buena relación con su psicólogo, no siente ese “feeling” o confianza con su psicoterapeuta, la terapia puede arrastrar un importante lastre que dificultará la recuperación y mejoría del paciente.
Los psicólogos no trabajamos con trastornos, sino con personas que padecen algún problema o patología que requiere intervención especializada. El tratamiento o terapia no se puede concebir al margen del establecimiento de una relación interpersonal entre el paciente y el psicólogo. El encuentro entre el profesional y el paciente hace que estas dos personas se conviertan en elementos significativos las unas para las otras, y no meros desconocidos o instrumentos para alcanzar unos objetivos. La alianza terapéutica es tan importante que predice el éxito de la terapia.
Para que se asiente una buena alianza terapéutica, es necesario que tanto el terapeuta como el paciente haga un esfuerzo de cara a la terapia, aunando su experiencia y conocimientos. Deben ser capaces de adoptar distintos puntos de vista, entenderlos y aceptarlos, además de estar predispuestos al cambio. El paciente debe hacer un esfuerzo por cambiar, pero es fundamental que el psicólogo también salga de su zona de confort si es necesario y que comprenda a la persona a la que le está haciendo psicoterapia.
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Un punto de encuentro entre dos personas en psicoterapia
La alianza terapéutica empieza a establecerse desde el momento en el que el paciente establece contacto con el terapeuta. Desde el momento de encuentro entre estas dos personas, se intenta conseguir que la terapia se convierta en un clima de confianza, de cercanía, en el que el paciente se sienta cómodo y sienta que está en un entorno seguro, donde podrá abrirse para exponer sus miedos y necesidades sin temer ser juzgado.
Es fundamental entender que en la terapia el psicólogo no juzga, sino que acepta. Los psicoterapeuta no son personas encargadas de solucionar los problemas del paciente o de decirle qué tiene que hacer, sino que le ayudan a ver por su propia cuenta qué es lo más adecuado para su vida. Se pretende conseguir que el paciente abra los ojos y comprenda cuál es su potencial y capacidad para inducir el cambio en su vida.
El terapeuta no es un amigo, pero sí una persona que ofrece apoyo. Acompaña al paciente en su largo y turbulento viaje exploratorio, ayudándole a identificar aquellos recursos que tiene a su alcance pero que, por diferentes barreras psicológicas como pueden ser la falta de autoestima o un locus de control demasiado exteriorizado, no utiliza.
La alianza terapéutica es el punto de encuentro entre dos mentes, dos universos. Dos personas muy distintas entre sí coinciden en el tiempo y en el espacio en contexto terapéutico, un lugar donde no importa quién ni por qué. El psicólogo se encarga de ofrecer ayuda al paciente, descubriendo qué es lo que acongoja a quien ha acudido a su ayuda y analizando qué es lo que puede servirle para superar su problema.
Pero para que esto se dé, es necesario que el paciente vea a su terapeuta como esa persona con la capacidad de recogerle en los momentos en los que se vaya a derrumbar y confíe en él.
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Componentes de la alianza terapéutica
Como decíamos, la alianza terapéutica es un aspecto muy importante de la psicoterapia. Al ser un vínculo único y tan importante entre paciente y terapeuta, esta vinculación ha sido estudiada en numerosas investigaciones. No obstante, cabe decir que el abordaje científico serio de este vínculo es relativamente reciente, siendo uno de los primeros en investigarlo Lambert en 1992. De acuerdo con él y sus investigaciones, esta alianza terapéutica es una variable capaz de predecir hasta un 30% del éxito de la terapia.
Su peso es mayor que el de las técnicas que use el terapeuta, el modelo teórico del que se parta o las propias expectativas de cambio que tenga el paciente acerca la psicoterapia. De hecho, en los propios estudios de Lambert, la alianza terapéutica es el factor más determinante en el éxito de la terapia, siendo solamente superado por factores extraterapeúticos, es decir,m variables que no están a mano del psicólogo, que no suelen ser controlables y que su influencia en el proceso puede que sea mayor.
Se pueden identificar tres componentes básicos que conforman la alianza terapéutica.
La relación que se establece con el paciente
Como cabría esperar, un componente fundamental de la alianza terapéutica es la relación que se establece con el paciente. Esta se establece mediante lo que el psicólogo estadounidense Carl Rogers describe como la aceptación incondicional del paciente.
Se puede entender también como la aceptación positiva incondicional, en la que el psicoterapeuta tiene una actitud de absoluto respeto y aceptación de las experiencias, vivencias, sentimientos y opiniones del paciente.
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Grado de acuerdo de los objetivos a alcanzar entre paciente y terapeuta
Una tarea fundamental en la psicoterapia es que el terapeuta ayude al paciente a definir los objetivos que se quieren alcanzar a lo largo de la psicoterapia. Además de ello, se pretende alcanzar con él un acuerdo para conseguirlos.
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Grado de acuerdo con los medios o tareas para conseguir tales objetivos
Antes de empezar con el proceso terapéutico, es fundamental que el psicólogo explique al paciente qué técnicas va a usar y qué pretende conseguir con ellas. En caso de que el paciente tenga alguna duda, el inicio de la terapia es el momento perfecto para responderlas puesto que, una vez sean aclaradas estas dudas, la implicación del paciente en la terapia será mayor.
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¿Cómo se consigue una buena alianza terapéutica?
Llegados hasta aquí podemos comprender la importancia de la alianza terapéutica. Como hemos comentado, es un factor que incrementa las posibilidades de éxito de la terapia, pues hace que el paciente se sienta más cómodo compartiendo su mundo interior y ve al psicólogo como la persona capacitada para ayudarle a reencaminar su vida y ganar bienestar psicológico y emocional.
Visto esto, llega el momento de conocer cómo se consigue una buena alianza terapéutica. Los pasos que veremos a continuación pueden ser de gran ayuda a los psicólogos interesados en mejorar la relación con sus pacientes e incrementar el éxito de los tratamientos que les aplican. Algunos de ellos pueden parecer muy evidentes para la carrera profesional de todo psicólogo pero cabe decir que los psicólogos no dejamos de ser personas y en ocasiones nos olvidamos de tener en cuenta estos pasos.
1. Usar la escucha activa
Todo psicólogo debe aplicar la escucha activa cuando está con sus pacientes. Se trata de escucharlo sin juzgarlo, estando al tanto de todo lo que dice. Es fundamental, pues si queremos que se abra completamente es necesario que confíe en nosotros, que sepa que, diga lo que diga, no vamos a dejar de escucharle.
Además, suele ocurrir que los pacientes necesitan escucharse a sí mismos, darles voz a sus pensamientos y entenderlos. Por ello, como psicólogos, tampoco debemos tener miedo a citar literalmente al paciente, ya que esto le servirá para ver que le estamos escuchando y le valdrá para analizar sus propias palabras.
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2. Ser empático
Otro aspecto fundamental en toda psicoterapia, pero que no está de más recordarla: usar la empatía. No solamente debemos escuchar al paciente, sino que también debemos ponernos en su piel, entender qué es lo que siente y demostrarle qué le comprendemos.
Esto no quiere decir que sintamos compasión o lástima de él o ella, sino que entendemos cómo se siente. Decirle como nos sentiríamos nosotros, que no lo que haríamos, en su misma situación puede ayudar porque genera confianza. Cuando el psicólogo muestra empatía hacia el paciente este último no ve al primero como un frío desconocido con el rol de profesional, sino como una persona que de verdad lo entiende y en quien puede confiar.
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3. Adaptarse a cada paciente
Otro aspecto fundamental de toda psicoterapia y que influye notoriamente sobre la alianza terapéutica. Cada persona es un mundo, con una forma de percibir la realidad, opinar sobre él y relacionarse muy variado de individuo en individuo. También es distinta su forma de explicar las cosas, usando su propio lenguaje. Como psicólogos nos debemos adaptar a ellos, un gesto que le sirve al paciente para sentirse comprendido.
4. Explicar cómo va a desarrollarse la terapia
Una buena forma de asentar la alianza terapéutica es ser transparentes con el paciente en cuanto a lo que va a suceder con la terapia. Se trata de reducir la incertidumbre del paciente con respecto a cómo está yendo, en el sentido de que sepa si se están dando progresos.
Es importante explicarle al paciente que, en caso de que se dé, hay un problema o proceso disfuncional, pero que este puede ser más común de lo que cree y que es normal que se sienta frustrado por ello. Es pertinente explicar cómo vamos a trabajar su problema y marcar los objetivos que pretendemos conseguir con él para consensuarlos, haciéndole ver que es partícipe del proceso de mejora.
5. Ser sincero acerca el desarrollo de la terapia
Debemos ser sinceros y no transmitir falsas esperanzas de recuperación rápida. El psicólogo también debe ser sincero consigo mismo y con el paciente, aceptando que hay cosas que no conoce y ofrecerse, si es necesario, para buscar la información o para derivar en caso de si supera sus habilidades y conocimientos.