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Bullying: ¿qué pueden hacer los padres del agresor o de la víctima?


Cada vez se están dando más casos de acoso escolar en los centros educativos. Desgraciadamente, muchas veces nos encontramos con que la escuela o el instituto intervienen poco o no intervienen. En estos casos, como padre o madre, es muy natural el sentimiento de impotencia, ya que seguramente es la primera vez con la que nos encontramos con esto y no sabemos cómo debemos actuar.

Es muy importante tener claro todos los agentes que participan en un caso de bullying, ya que no todo se reduce en la relación de agresor - víctima. En un caso de bullying encontraremos la figura de la víctima (es aquella persona que recibe las agresiones del acoso), la figura del agresor (aquella persona quién tiene conductas de acoso hacia la victima), la familia (son relevantes tanto la familia de la figura del agresor como de la víctima), los compañeros (tanto de la figura del agresor como de la victima), el equipo docente y el equipo directivo del centro educativo. Todas estas figuras, pueden y deben contribuir a terminar con la situación de acoso.

A menudo, quienes suelen moverse e intentar encontrar soluciones son los padres de la persona acosada. Debemos tener claro que la familia de la persona que agrede también debe actuar, ya que si su hijo/a está teniendo conductas de acoso, seguramente, también hay mucho malestar emocional en él/ella y además, no podemos permitir que otra persona también este sufriendo por ello injustamente.

A continuación veremos algunas claves para saber cómo actuar, tanto si eres padre/madre de la persona que agrede como si lo eres de la persona agredida.

¿Qué puedo hacer como padre o madre de la víctima en caso de bullying?

Estas son las medidas más efectivas que puedes tomar:

1. No fomentar la agresividad o venganza

Se han dado muchos casos en que la víctima acaba desarrollando conductas de acoso de manera vengativa. Hace falta mostrar empatía con la frustración que sienten y potenciar estrategias de afrontamiento alternativas a la agresión.

2. Comunicación y escucha

Muchas veces no cuentan lo que están viviendo. Es importante ayudarles a romper el silencio y que sepan que esta situación no debe ocultarse. Hace falta escucharles sin juzgarles, hacerles preguntas abiertas para que puedan expresar al máximo y hacerles saber que esa situación podrá arreglarse.

3. Ofrecer apoyo emocional y evitar sentimientos de culpa o vergüenza

Es fundamental ofrecerle este apoyo emocional e incondicional. No le diremos que intente solucionarlo por su cuenta, si pudiera ya lo habría hecho. Como padres debemos evitar sentir culpa o vergüenza por lo que le pueda estar sucediendo a nuestro hijo, ya que nos dificultará poder abordar la problemática de una manera efectiva. Le enseñaremos a hacer valer sus derechos y fomentar su autoestima.

4. Evitar reproches y nervios

Actuemos con seguridad y calma; nuestro hijo/a ahora necesita confianza, seguridad y poder reducir su nivel de ansiedad o angustia. Saber que sus padres no actuaran de manera impulsiva ni sin consultárselo, les aportará justamente la seguridad que necesitan.

5. Actitud firme y positiva de afrontamiento

Sin forzarle a nada ni forzar ninguna situación para no generarle mayor temor, se le tiene que hacer ver la necesidad de abordar la situación, mostrando determinación y positivismo en el proceso.

6. Conocer qué ha intentado hacer hasta ahora y qué quiere hacer

No tomemos ninguna decisión sin decidirla conjuntamente con nuestro hijo/a. Debemos saber qué ha intentado hasta el momento él/ella y qué ha funcionado y qué no.

7. Elaborar un diario personal

Proponerle escribir un diario le ayudará a elaborar y digerir mejor lo que está viviendo. Además, nos ayudará a poder registrar todos los detalles y disponer de pruebas e información en caso de que sea necesario demostrarlo posteriormente.

8. Solicitar intervención del centro educativo

Cualquier centro educativo, delante de un caso o sospecha de acoso escolar, está rotundamente obligado a poner en marcha el protocolo de prevención, detección e intervención del acoso escolar. En el caso de que el centro educativo no pusiera en marcha el protocolo, el siguiente paso es acudir a los servicios de inspección. Y en los casos graves, donde no se encuentre vía de resolución, acudir a Justicia.

9. Buscar apoyo profesional

Si tu hijo/a expresa malestar emocional o en casos muy graves ideaciones de autolesión, hay que acudir a un psicólogo/a para poder ofrecerle un soporte profesional.

10. No adoptar una actitud pasiva

Bajo ningún concepto pensaremos que lo mejor es no hacer nada. Si hacemos algo, no agravará el problema, siempre nos acercará a terminar con esta situación injusta y dolorosa que está viviendo nuestro/a hijo/a.

¿Qué puedo hacer como padre o madre del agresor?

Sigue estos consejos para favorecer que abandone ese tipo de acciones de acoso.

1. Aceptar y asumir la conducta de tu hijo/a

Por mucho que duela aceptar que tu hijo/a esté teniendo conductas de acoso hacia otro compañero/a, asumirlo y aceptarlo no le va a convertir en un agresor toda la vida ni va a ser perjudicial. Si realmente queremos protegerle y cuidarlo, acabemos con las conductas de acoso y abordemos los motivos que le llevan a agredir a un igual suyo.

2. Comunicación

Hay que hablar directamente del tema y sobre lo que está sucediendo. Entendamos por qué nuestro hijo/a está teniendo estas conductas. Sobre todo, actuemos con calma y sin dejarnos llevar por impulsos. Debemos escucharle y él/ella a nosotros también.

3. Consecuencias, control de la conducta, reparación de daños y firmeza

Debe saber que la familia no tolera ni acepta las conductas violentas, hay que explicar las posibles consecuencias de estas conductas y dejarle claro que esta situación debe acabar. Hay que fomentar que el agresor/a pueda pedir disculpas al acosado/a y reparar los daños posibles causados.

4. Estimular la empatía y la conducta prosocial

Enseñarle a practicar conductas positivas y reforzárselas. Que sepa que su familia valora las conductas prosociales y que pueda empatizar con sus compañeros e iguales. Analicemos junto a él/ella las consecuencias dañinas que hay en esta situación tanto para él como para la víctima.

5. Ser modelos de empatía y conducta prosocial

Debemos ser modelos de comportamiento positivo, y es muy importante que se lo podamos ofrecer; ya sea nosotros mismos como otros compañeros u otras personas en las que es positivo que nos fijemos en sus conductas. Recordemos que los padres/madres sois la principal referencia para vuestro hijo/a.

6. Seguimiento de la conducta

Es importante que una vez se haya podido abordar la situación de acoso, se pueda hacer un seguimiento en la evolución de la conducta del agresor. Puede ser beneficioso hablar con la tutora/tutor o psicóloga/o del centro educativo.

7. Solicitar apoyo del centro educativo

Es muy importante que la familia de la persona que acosa pida también que se active el protocolo de prevención, detección e intervención para el acoso escolar en el centro educativo y que la familia pueda participar en él activamente.

8. Buscar apoyo profesional

Puede ser que las conductas de acoso sean fruto de proyección de mucha rabia que lleve acumulada nuestro hijo/a, sentimientos de inseguridad o inferioridad, baja tolerancia a la frustración, falta de empatía, bajas habilidades sociales, que tuviera una experiencia como víctima de acoso escolar. En cualquier, es muy importante que pueda tener un soporte profesional de un psicólogo/a que pueda ofrecerle mejorar su bienestar emocional.

A modo de conclusión:

Recuerda que en cualquier caso de bullying o sospecha del mismo, debemos actuar, seamos quien seamos, ya que el dolor y el sufrimiento no forman parte del currículum académico.