Las 14 mejores dinámicas de confianza para gente de todas las edades
Las dinámicas de confianza son actividades ideales para fomentar la cohesión y participación de todos los miembros del grupo, se conozcan de antemano o no.
Las hay de todo tipo, haciendo que los participantes hagan ejercicio, pongan a prueba su imaginación o sus dotes comunicativas, pero, en conjunto, todas ellas sirven para generar un entorno distendido en el que las personas se sienten más seguras.
A continuación veremos unas cuantas dinámicas de confianza útiles para aplicarlas tanto en niños como adolescentes y adultos.
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14 dinámicas de confianza recomendadas
A continuación encontrarás varias dinámicas de confianza útiles para hacer más divertido el conocer a nuevos compañeros o profundizar más sobre gente que ya conocemos.
1. Confianza
El objetivo de esta dinámica es, como su propio nombre indica, aumentar la confianza entre los miembros del grupo.
El tiempo necesario para llevarla a cabo es de entre 15 y 30 minutos. Es importante que el grupo con el que se trabaje sea par, dado que se harán parejas. El lugar en el que transcurra la acción deberá ser amplio.
Pasos a seguir
Se dividen al grupo por parejas. El dinamizador se encargará de hacer que estas parejas estén conformadas por personas que no se parezcan físicamente, que se note que son diferentes.
Los miembros de las parejas se ponen de pie, mirándose. Se agarran de las manos y las puntas de los pies se tocan entre sí.
El facilitador dará la señal de que los participantes se dejarán caer hacia atrás, procurando mantener el cuerpo recto y aguantándose los unos con los otros haciendo fuerza con su propio peso. Así llegarán a un equilibrio que deberán mantener para no caerse al suelo de espalda.
El dinamizador pedirá a los participantes que intenten hacer algunos movimientos, como agacharse, flexionar las rodillas… con tal de poner a prueba la cooperación y confianza de las parejas.
2. El jardinero
Esta dinámica sirve para fomentar un entorno de confianza a la vez que se anima a ser asertivo y no tenerle miedo a chocar o hacerse daño si hay alguien que nos guía.
Es una actividad que durará dependiendo de la cantidad de participantes. Para grupos de 15 personas puede tardarse unos 30 minutos. En cuanto a materiales, se necesitará una regadera o algún objeto relacionado con la jardinería, además de algo para tapar los ojos.
Pasos a seguir
Para esta dinámica los jugadores se deberán colocar formano dos filas, una frente a otra y separadas a dos metros, representando a los árboles de una avenida.
Uno de los participantes empezará la actividad haciendo de jardinero. Este jardinero, que se situará al extremo de la avenida con los ojos vendados, tendrá la misión de buscar una regadera u otro objeto que se encuentre al otro lado.
Este trayecto debe hacerse sin tocar las dos filas de árboles, los cuales pueden decirle al jardinero, antes de que choque contra ellos, que se está acercando o que se está equivocando de dirección.
De forma sucesiva, los árboles se irán convirtiendo en jardineros y se irá repitiendo la tarea una y otra vez hasta que todos la hayan hecho.
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3. Sonidos de animales
Con esta actividad se pretende crear un entorno de trabajo distendido mientras se van conociendo más a fondo los participantes entre ellos.
Se van a necesitar unos 20 minutos para hacer esta actividad, aunque, como ya hemos comentado con otras dinámicas, cuanto más miembros más tiempo se requerirá.
El lugar en el que se va a realizar la actividad debe ser lo suficientemente grande como para que se puedan sentar en círculo, en caso de que sea un grupo grande, o bien en fila, en caso de que sea pequeño.
En cuanto a materiales, vamos a necesitar hexágonos, uno por subgrupo, cortados en seis trozos, y bolígrafos.
Pasos a seguir
Esta dinámica es muy recomendable para trabajar con grupos recientemente formados, pues servirá para que sus miembros se conozcan un poco más a fondo mientras disfrutan de un rato divertido.
El encargado de dirigir la dinámica lo introducirá como una actividad de presentación, con el objetivo de que cada uno se aprenda los nombres de sus compañeros.
El primero en comenzar será el propio dinamizador, diciendo su nombre e imitando el ruido de un animal. Por poner un ejemplo: me llamo Nahum y “guau-guau”.
A continuación, la siguiente persona de la fila o del círculo se presentará, añadirá el sonido del animal que le guste y, también tendrá que repetir el de su compañero anterior. Por ejemplo: Él se llama Nahum y “guau-guau” y yo me llamo María y “miau”. De esta manera, la lista de nombres y ruidos será, cada vez, mayor.
Si una persona se equivoca, todo el grupo deberá empezar desde el principio. Así, los participantes harán el esfuerzo de aprenderse los nombres a la vez que asocian las caras de los participantes con un ruido característico, que al ser gracioso ayuda a destensar los primeros momentos de la formación de un grupo.
4. Compartiendo cualidades
El objetivo de esta actividad es crear un clima positivo y de confianza, a la vez que se refuerza el conocimiento de los demás y el de uno mismo.
Para hacer esta actividad se necesitarán unos 45 minutos, trabajando con un grupo de unas 20 personas. El lugar debe ser lo suficientemente amplio como para que los participantes puedan trabajar en subgrupos. De material se va a necesitar unas hojas en forma de hexágonos, cortadas en 6 trozos, y bolígrafos.
Pasos a seguir
Se dividirá al grupo formando subgrupos de una seis personas. Cada grupo recibirá un hexágono cortado en seis trozos, cada uno de ellos numerado. Cada persona del subgrupo eligirá uno de esos números, pero dejando la hoja de papel en la mesa.
Una vez cada uno tenga su número, el facilitador irá diciendo, al azar, un número del 1 al 6. Entonces, cada persona que tenga el número que se ha dicho serán en ese momento el “foco del grupo”.
Mientras el foco del grupo está acaparando la atención, el resto de compañeros deberán escribir cosas positivas sobre esa persona en el trozo del hexágono. Este proceso se repetirá con todos los números del hexágono.
Una vez se hayan dicho todos los números, se pasará a la reflexión grupal. Se leerá lo que se ha puesto en las hojas, se hablará de cómo se sienten cada uno de ellos, qué piensan de lo que les han escrito los compañeros...
5. Semejantes
Con esta dinámica de confianza se pretende crear un clima adecuado de trabajo, en el que los integrantes muestre confianza hacia sus compañeros.
La actividad se puede hacer con grupos de tamaños variados, teniendo en cuenta que cuanto más grande sea más tiempo se necesitará. De media dura unos 30 minutos. El espacio de trabajo debe ser cómodo y de materiales vamos a necesitar folios y bolígrafos, uno por cada participante.
Pasos a seguir
Se reparte los materiales a cada persona del grupo y se les pedirá que piensen en alguien de ese mismo grupo con el que crean tener alguna semejanza.
Se les deja unos minutos para que vayan escribiendo y, una vez todos hayan hecho la actividad, el dinamizador pedirá que salga un voluntario. Él o ella deberá contar qué compañero cree que se parece más a él, describiendo sus motivos.
Una vez lo haya hecho, el resto del grupo opinará si creen que es acertada su opinión. Todos los demás compañeros harán lo mismo.
El motivo por lo que al principio se pide un voluntario es para romper un poco el hielo y, así, motivar que vayan saliendo el resto de miembros del grupo.
6. Abanico de estimas
Esta dinámica pretende favorecer la confianza, cooperación y cohesión de los miembros del grupo.
El tiempo que se requiere es de alrededor de 30 minutos, y se puede trabajar con un grupo mediano, de unas 20 personas. Se requerirá de un espacio amplio en el que los participantes puedan sentarse en círculo. Se van a necesitar hojas de papel y bolígrafos.
Pasos a seguir
Esta dinámica es adecuada para cuando los miembros del grupo ya se conocen. Se les hace sentar en círculo y cada uno pone su nombre en un papel.
El papel se le pasa a la persona de la izquierda, quien escribirá algo que le guste de esa persona. Esta persona se lo pasa a la persona de su izquierda, quien escribirá lo que crea conveniente y, así, sucesivamente, hasta que el folio haya dado la vuelta entera.
Cuando todo el mundo tenga su papel con su nombre de vuelta, se dejarán unos minutos para leerlo y se comentará qué es lo que les han escrito sus compañeros, cómo se han sentido al leer los comentarios de los demás, si hay algo en lo que no coinciden...
7. Trenes locos
Con este ejercicio se pretende fomentar la confianza entre compañeros, haciendo una actividad dinámica y amena.
El tiempo necesario es de unos 30 minutos aproximadamente y se puede trabajar con grupos de tamaños variados, pero que después serán divididos en grupos de 4 a 5 personas.
Para realizar esta actividad lo más recomendable es hacerla al aire libre, y se va a necesitar de material unas vendas para tapar los ojos.
Pasos a seguir
El dinamizador formará grupos de 4 a 5 personas y les dará a cada uno de ellos vendas, pero solo las necesarias para que uno de los miembros del grupo se quede sin.
Antes de ponerse las vendas se explicará en qué consiste la actividad. Deberán formar un tren en el que, sin hablar, consigan llegar a la estación, estación la cual puede ser un lugar cualquiera elegido por el dinamizador.
Antes de que el tren se ponga en marcha, se les dará unos minutos para que puedan elaborar una estrategia de trabajo conjunto. Todos se ponen en fila y se ponen las vendas menos el que no la tiene, quien será el último vagón del tren y será el encargado de guiar al resto.
El dinamizador irá indicando qué tren debe empezar la actividad. El resto de compañeros los observan, sin comentar nada, para evitar sesgar a sus compañeros. Luego irán saliendo los demás trenes.
Cuando todos los grupos hayan hecho la actividad, se procederá a reflexionar en grupo cuál ha sido la estrategia de cada grupo, qué creen que puede haberles hecho funcionar y qué no.
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8. Secretos
El objetivo que tiene esta actividad es fomentar la empatía entre los compañeros.
Se requiere bastante tiempo, aproximadamente una hora, y es preferible no trabajar con grupos muy grandes, como mucho de 15 personas, que se sentarán formando un círculo. De materiales se van a necesitar bolígrafos, hojas de papel y sobres, uno por cada participante.
Pasos a seguir
El dinamizador introducirá la actividad destacando que cada uno tiene sus propios secretos, que nos los guardamos para nosotros mismos. Ha llegado la hora de liberarlos, aunque de forma anónima, en un trozo de papel. Sentir que se libera un poco la tensión.
Se dan unos minutos a los participantes para que escriban en sus hojas de papel tales secretos. Una vez lo hayan hecho, pondrán las hojas dentro de los sobres, los cerrarán y lo colocarán en una urna, que puede ser una bolsa o cualquier cosa similar.
Después, se dejan pasar unos cuantos minutos para que reflexionen, de manera individual, sobre cómo creen que las demás personas reaccionarán al conocer sus secretos.
La lectura de los sobres debe considerarse en función del propio criterio del dinamizador y si la mayoría del grupo está de acuerdo. Como en los sobres no se habrán puesto nombres los participantes no deberán preocuparse.
9. Lázaro
El objetivo de esta dinámica es comprobar el nivel de confianza que hay entre los compañeros.
Se necesitan como mucho unos 30 minutos y la actividad se desarrollará por parejas. Es preferible hacerla al aire libre. De materiales vamos a necesitar vendas para tapar los ojos.
Pasos a seguir
El dinamizador pedirá que se formen parejas. No importa con quienes las hagan, tanto si es con alguien con quienes se llevan muy bien o a alguien con quien no tienen mucha relación.
A continuación se les entregará a cada pareja una venda, y uno de los dos miembros se tapará los ojos. El compañero que no tenga los ojos tapados actuará de guía.
Al principio, el guía le dará varias vueltas al compañero con los ojos tapados, para que así se sienta un poco desubicado.
El encargado de manejar la actividad irá indicando unas pautas que cada pareja deberá repetir a su compañero de ojos vendados. Por ejemplo, “gira a la derecha”, “más rápido”, “a la pata coja”...
Pasados unos minutos, se intercambiarán los roles. El dinamizador volverá a indicar pautas, pero deberán ser diferentes a las que ha indicado durante la primera parte de la actividad.
Es importante que en el transcurso de la actividad el dinamizador vigile cómo está desarrollándose, para evitar accidentes. Además, deberá observar qué parejas parecen compenetrarse mejor y cuales peor. En este último caso, se hará necesario reforzar las relaciones entre esos compañeros.
10. Cartas
El objetivo de esta dinámica es mejorar las relaciones entre los miembros del grupo.
Será necesaria una hora para llevarla a cabo, y el tamaño del grupo puede rondar entre las 15 y 20 personas, teniendo en cuenta que se van a formar subgrupos de 3 personas.
El lugar en el que se desarrollará la actividad deberá ser un espacio amplio, en el que los participantes puedan trabajar en subgrupos. Van a ser necesarios folios y bolígrafos.
Pasos a seguir
El encargado de gestionar esta actividad va a invitar a los miembros del grupo a que formen subgrupos de 3 personas. Una vez se hayan sentado, se les pedirá que, por turnos, cada uno de ellos hable sobre un tema que le preocupe, teniendo como tiempo máximo unos 3 minutos. Es muy importante que el dinamizador esté pendiente de los tiempos.
Una vez todo el mundo haya hablado, cada persona cogerá dos hojas. En total, por subgrupo se deberán haber repartido unas 6.
Cada uno de los integrantes escribirá una carta a los otros dos, en el que pondrá lo que piensa de esas dos personas y qué palabras le gustaría decirles. Cabe destacar que esta dinámica funcionará especialmente bien si en el grupo ya se conocen un poco, habiéndose formado una confianza previa.
Pasados unos minutos, cuando todas las personas hayan escrito lo que piensan de los demás, por grupos, se irá abarcando la problemática que cada uno ha ido exponiendo. Los compañeros debatirán con esa persona y le darán su opinión, siempre de forma respetuosa y con confianza, mientras ella los escucha.
Una vez hayan intercambiado sus impresiones, se darán las cartas que se hayan escrito. Se les dará un tiempo para que las lean. Al final, se pondrá en común qué es lo que sienten con el resto de compañeros, cómo se han sentido a lo largo de la actividad, el feedback de los compañeros...
11. Lobos y corderos
Con esta actividad se pretende fomentar el trabajo en equipo, además de poner a prueba la confianza y ver si, en grupo, pueden hacer frente a las adversidades.
Se necesitan como mucho 30 minutos, y se puede hacer con grupos de tamaños variados. No se requiere material pero sí un espacio grande, como un campo de fútbol escolar.
Pasos a seguir
Se divide el grupo en dos: los lobos y los corderos. El grupo de los lobos será más pequeño que el de los corderos, de una proporción de 4 a 8, por ejemplo.
Los corderos unirán fuertemente los brazos y las piernas formando una piña, mientras que los lobos se encargarán de desunirlos. A medida que lo vayan consiguiendo, los corderos atrapados por los lobos se convertirán en ellos, ayudándoles a deshacer el rebaño.
12. Estatuas
El objetivo de esta dinámica de confianza es la de favorecer la confianza, la cooperación y la cohesión entre los participantes.
Se necesitan unos 30 minutos para llevarla a cabo. El grupo puede ser de tamaño variado, pero teniendo en cuenta que se harán parejas. Se necesitarán vendas para tapar los ojos.
Pasos a seguir
Se formarán parejas de forma aleatoria o seleccionando a personas que no se conozcan mucho entre ellas.
Uno de los miembros de cada pareja adoptará el rol de estatua, mientras que otro se deberá tapar los ojos con una venda. Una vez se los haya tapado, el dinamizador le dirá a la estatua qué postura tomará. La idea es que el compañero con los ojos vendados deberá tocarlo con el objetivo de adivinar qué postura ha tomado, para después imitarlo.
El de los ojos vendados imitará a su compañero sin que la estatua cambie de postura y, cuando crea haber terminado, el dinamizador le quitará la venda. Así, estatua e imitador compararán hasta qué punto el segundo ha imitado al primero, y se le dirá qué era lo que estaba representando la estatua.
Una vez acabada la actividad, se pregunta a los participantes qué han sentido, si han estado a gusto mientras se les tocaba, cómo el no conocer mucho a otra persona les ha cortado un poco o no han sabido tocar más por miedo a hacerla sentir incómoda.
13. Nariz con nariz
Esta actividad sirve para fomentar la confianza sin necesidad de hablar, solamente confiando en que el otro hará un uso adecuado de su lenguaje no verbal y gestos para guiar al compañero.
No precisa demasiado tiempo y se puede hacer con grupos de tamaños varios, pero que sean pares dado que se van a hacer parejas. De material se necesita algo para tapar los ojos.
Pasos a seguir
Para la dinámica formamos parejas que se situarán a una distancia de un metro. Una persona de cada pareja se tapa los ojos y se va adelantando, poco a poco, intentando tocar con la punta de la nariz la de su compañero, quien estará inmóvil, sin poder hablar pero con los ojos abiertos.
La única forma que tiene el compañero que está inmóvil de guiar a quien tiene los ojos vendados es soplándole, para así indicarle su posición. Cuando hayan conseguido juntar sus narices, se cambiarán los roles.
14. El lavacoches
Esta actividad tiene por objetivo estimular un ambiente distendido mientras que los participantes aprenden a gestionar la confianza, habiendo contacto físico.
Se puede hacer con grupos de tamaño intermedio, entre 15 y 20 personas. Puede durar una media hora. El espacio necesario para llevar esta actividad tiene que ser suficientemente grande como para poder permitir que el grupo se coloque en filas.
Pasos a seguir
Se divide el grupo en dos filas paralelas y se reparte a cada persona unas funciones de lavado de coches, es decir, unos harán como que enjabonan, otros harán de escobillas, otros tirarán el agua y otros secarán.
Una vez dichas las funciones se colocarán formando filas en que cada una represente una función. Una persona se meterá en el papel de ser un coche, y pasará por el túnel de lavado, con los ojos cerrados. Es decir, pasará entre las filas y los demás compañeros se encargarán de hacer sus funciones. Todos acabarán participando.
Una vez lo han hecho todos, se debate sobre cómo se han sentido cuando eran coches. ¿Se han sentido incómodos con el contacto físico? ¿confiaban en que sus compañeros no les iban a hacer daño? ¿han tenido miedo de tropezar?
Referencias bibliográficas:
- Brown, G. (s. f.). ¿Qué tal si jugamos...? Publicaciones populares. Venezuela.
- Al·lès, G. (2006). Juegos para la educación intercultural. Juegos para la educación intercultural. España.