¿Cómo protegerse del chantaje emocional?
Recurrir al chantaje emocional para lograr algún propósito es un fenómeno que ocurre con relativa frecuencia en la vida.
Obviamente, no todas las personas se valen de esta técnica con la misma frecuencia ni con la misma pericia. En este artículo hablaremos sobre las implicaciones que tiene este mecanismo pero sobre todo, cómo podemos protegernos para tratar de no caer víctimas del chantaje emocional, o hacerlo lo menos posible.
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¿En qué consiste el chantaje emocional?
Si alguien quiere saber cómo protegerse del chantaje emocional, es primordial que en primer lugar conozca exactamente a qué se refiere esta expresión, pues en ocasiones puede dar lugar a confusión o no tratarse con la exactitud con la que se debería para así identificarlo sin lugar a dudas.
El chantaje emocional es una conducta por la cual, el chantajista trata de hacer que la persona chantajeada ceda a sus presiones para realizar una determinada acción debido al sentimiento de culpa, de miedo o de obligación que le ha generado. De esta manera, el sujeto que acaba por ceder al chantaje, está llevando a cabo un comportamiento que en realidad no deseaba realizar y que únicamente satisface los intereses del chantajista.
Esta se considera una forma de control y en algunos casos incluso de maltrato, en función del tipo de acciones que se obligue a realizar y del contexto y relación entre ambas personas. Por eso es fundamental saber cómo protegerse del chantaje emocional, cuestión que analizaremos más adelante.
Miedo, obligación y culpa son las herramientas psicológicas de las que se valen aquellos que utilizan el chantaje emocional. Por sus siglas en inglés, FOG (fear, obligation, guilt), que significa niebla, lo cual sirve para ilustrar la forma en la que estos individuos logran nublar el juicio de sus víctimas para lograr que hagan lo que ellos quieren, incluso cuando saben que no deberían hacerlo, que no tienen por qué hacerlo o que no quieren hacerlo.
Nada de eso importa cuando un chantajista logra coaccionar a un individuo y le convence de lo que debe hacer. Algunas personas tienen una facilidad especial para valerse de esta técnica, y ningún escrúpulo para hacerlo. Por otro lado, algunos sujetos serán más vulnerables a ser víctimas de este hecho, por lo que son ellos los que deben prestar especial atención a cómo protegerse del chantaje emocional.
6 consejos para protegerse del chantaje emocional
No siempre se está a salvo de los chantajes emocionales, pero existen ciertos métodos que, en cierta medida, reducen las posibilidades de caer en ellos. A continuación exploraremos diferentes técnicas y recursos para aprender cómo protegerse del chantaje emocional.
1. Establecer límites
Está claro que el primer dique de contención frente al chantaje no es otro que el establecimiento de unos límites claros y firmes. No todas las personas tendrán la misma capacidad, obviamente, para realizar esta tarea y mostrarse tajante a la hora de marcar unas líneas rojas que el chantajista no va a poder traspasar, por mucho que se valga del miedo, la culpa y la obligación.
Saber cómo protegerse del chantaje emocional implica darse cuenta de la importancia de estos límites. Además, deben ser consistentes, pues si se muestra debilidad en un momento dado o se hace alguna excepción, se habrá sentado un precedente que será la excusa perfecta para que el chantajista continúe perpetrando sus obras de manera reiterada.
Es por eso que, una vez decidido el límite que no queremos traspasar de ninguna forma frente a la acción que se nos está intentando forzar a realizar, puede hacerse explícito y comunicar que de ninguna manera se va a ceder la posición, por lo que la persona que pretende chantajearnos, puede dejar de perder el tiempo en una que no va a dar fruto alguno.
2. Declaración de poder
Otra de las claves acerca de cómo protegerse del chantaje emocional es precisamente realizar una declaración de poder. Esta cuestión va íntimamente ligada al establecimiento de límites, pero no es exactamente lo mismo. A lo que se refiere la declaración de poder es a la demostración de que el individuo va a ser firme en los límites que ha decidido poner y por lo tanto no va a ceder al chantaje.
Se trata de una manera de hacer ver al chantajista que, por mucha presión que decida ejercer, aludiendo a argumentos de miedo, obligación y culpa, uno se va a mantener fuerte y por lo tanto todo el esfuerzo va a ser en vano, pues no va a lograr las intenciones que tenía al tratar de hacerle caer en un chantaje emocional.
La capacidad para hacer esa declaración de firmeza no es la misma en todas las personas, por lo que algunos tendrán más facilidad que otros. Al igual que ocurría con los límites, si queremos que la técnica sea eficaz, debemos tener consistencia y acompañar a la declaración de poder de la actitud adecuada, manteniéndonos, efectivamente, tan firmes como hemos declarado que íbamos a hacer.
3. Entrenar la asertividad
Como decíamos, no todos los individuos tienen la misma facilidad para valerse de estas estrategias, en la línea de cómo protegerse del chantaje emocional. Pero una vía para facilitar su uso es precisamente el trabajo de la asertividad. Si aprendemos a comunicar un mensaje, por firme que sea, de una forma respetuosa y natural, habremos ganado mucho terreno al respecto.
A través de la asertividad, podremos validar los sentimientos del propio chantajista pero también los nuestros, y hacerle saber que no es posible acceder a sus peticiones, por muy insistente que sea, respondiéndole desde la calma y con una actitud respetuosa, pero absolutamente firme.
La asertividad es válida para muchas otras situaciones, por lo que es una habilidad especialmente valiosa, que por lo tanto merece la pena entrenar.
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4. Trabajo de autoestima
Al igual que la asertividad, también es una gran idea el trabajo sobre la autoestima. Muchos chantajistas conocen las vulnerabilidades de sus víctimas y se aprovechan de ello para lograr sus objetivos. Una de las más evidentes es precisamente una baja autoestima. Por ello, un entrenamiento adecuado puede servir, entre otras muchas cosas, para saber cómo protegerse del chantaje emocional.
Lógicamente, entrenar la autoestima no es una tarea sencilla. Si no se tienen las herramientas adecuadas para ello, la mejor opción es acudir a un psicólogo, que será el acompañante en ese proceso y le enseñará las vías por las que puede lograr su objetivo.
Tal y como ocurría con la asertividad, la autoestima es enormemente valiosa para infinidad de situaciones, no solo para ganar fortaleza de cara a evitar los chantajes emocionales. Por lo tanto, todo el trabajo que se realice con la intención de reforzarla, será siempre un acierto y merecerá la pena.
5. Técnica del espejo
Siguiendo con las técnicas que nos ayudan a saber cómo protegerse del chantaje emocional, llegamos al espejo. Se trata de una estrategia relativamente sencilla, pero poderosa. La idea es devolverle al chantajista el argumento de culpa, obligación o miedo que nos está lanzando.
En ese sentido, si nos pide realizar una determinada conducta, que no queremos hacer, ya que si no ocurrirán ciertas cosas, podemos hacerle ver que en realidad esas cosas desagradables podrían ocurrir si decidimos hacer la tarea que nos pide. Mediante la táctica del espejo, podemos devolverle una y otra vez el intento de chantaje, hasta lograr que se dé por vencido.
6. Negociación
Aunque hasta ahora, las técnicas acerca de cómo protegerse del chantaje emocional que hemos visto han ido en la línea de mostrarse tajante en la tarea de no ceder y no realizar en ningún caso la tarea que se nos ha exigido, la realidad es que existen otras vías que responden a puntos intermedios.
Si no queremos hacer esa tarea en concreto, pero sí una parecida, o parcial en lugar de totalmente, se puede tratar de negociar con el supuesto chantajista. Evidentemente, este tipo de táctica solo debería realizarse si realmente tenemos un interés en la conducta que se nos ha pedido, ya que si no, la mejor opción sería la de marcar los límites y no ceder.
Si la situación concreta hace que ambas personas extraigan un beneficio, aunque sea en cierta medida, puede resultar interesante negociar, y no aceptar desde el chantaje emocional sino desde el propio deseo de participar en la actividad solicitada, en busca de esa recompensa que se obtendrá.
Esta lista no incluye todas, pero sí algunas de las tácticas más importantes para que, en lo sucesivo, las personas que lo necesiten sepan cómo protegerse del chantaje emocional.
Referencias bibliográficas:
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