Método Scamper: sus fases y su uso para resolver problemas
El método Scamper es una técnica que consiste en hacer aflorar la creatividad en grupos de personas, en lo que respecta a hallar soluciones a problemas concretos. Scamper es un acrónimo anglosajón, formado por varias palabras para así poder ser recordado con facilidad, y cuyas iniciales muestran las fases de este proceso. Es una idea que se empezó a implementar a mediados del siglo XX y que ahora cada vez más se presenta como un imprescindible en cualquier tipo de organización.
Hay que tener en cuenta que la creatividad es un fenómeno que depende mucho del contexto. Algunas personas la tienen como una cualidad innata, un don natural, pero para una gran parte de la sociedad este elemento está muy escondido o poco desarrollado. Así pues, el método Scamper no es más que una útil herramienta para ordenar y potenciar ese aluvión de ideas que nos pueda servir para resolver un problema, normalmente en el contexto de las empresas y de la resolución de tareas profesionalmente.
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¿Qué es el método Scamper?
El método Scamper es un concepto derivado de uno anterior, la estrategia del “barinstorming” o “lluvia de ideas” del autor y publicista estadounidense Alex Osborn, pionero en el mundo del marketing moderno. Su técnica fue desarrollada mediante la observación, monitorizando y anotando los hábitos cotidianos de las personas, así como el intercambio de ideas entre los mismos. Sin un grupo, no se puede realizar esta actividad.
Tan exitoso fue el trabajo del señor Osborn, que le valió el reconocimiento de empresas multinacionales tan importantes como General Electric, DuPont, American Tobacco o la famosa empresa de neumáticos deportivos BF Goodrich. Después de cosechar tantos logros, decidió crear su propio Centro Internacional de Estudios de la Creatividad, impartiendo clases sobre el “Creative Problem Solving”. De esta manera, fue Bob Eberle quien a mitad del siglo XX creó el método Scamper derivado directamente de la idea de Alex Osborn, con el objetivo de perfeccionar la técnica en el sentido pragmático.
Antes de desarrollar la idea, debemos tener conocimiento de lo que significa cada letra que forman el concepto. Así pues, Scamper responde a: Sustituir, Combinar, Adaptar, Modificar, Proponer otros usos, Eliminar, Reordenar.
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¿En qué consiste la técnica?
Aunque parezca algo dedicado a colectivos de intelectuales, sociedades mercantiles u organizaciones complejas, la verdad es que el método Scamper se puede aplicar en cualquier ámbito o campo social. Incluso en situaciones de emergencia o supervivencia. Es especialmente sencillo de elaborar. A continuación encontrarás los pasos a seguir.
1. Identificar el problema a resolver
Es el paso previo a la resolución de un conflicto. Es altamente importante saber identificar qué es lo que no está impidiendo crecer o avanzar. Muchas empresas fracasan por obviar este punto y, simplemente, aumentar los gastos en las tareas realizadas normalmente.
2. Hacer las preguntas SCAMPER
Una vez detectada la anomalía o las ganas de crear ideas, aplicamos las preguntas SCAMPER para responderlas entre el colectivo. No hay que desestimar ninguna apreciación. En esta fase, no existe el descarte.
3. Organizar las respuestas
En este caso recopilaremos las respuestas que hemos obtenido. Todo esto sin censurar ni desprestigiar ninguna, por improductiva que nos parezca a nivel personal.
4. Evaluar las ideas
Ahora sí, en este paso hay que determinar cuáles son las prioritarias, cuáles son las válidas para la resolución del problema y cuáles son menos importantes. Nos centraremos en el descarte también, pero esas ideas inválidas pueden servir para otro futuro problema.
5. Seleccionarlas
Este último punto es el más importante. Debemos elegir las ideas que más se ajusten para resolver el conflicto, mediante justificación escrita, exponiendo las razones del por qué se deberían aplicar dichas ideas.
La efectividad del método Scamper
Tal y como hemos visto en los puntos anteriores, el método Scamper resulta fácil de aplicar, intuitivo hasta cierto punto, y no conlleva ningún gasto adicional más allá de un cierto coste de oportunidad en caso de fallar. Sí que juega un papel determinante la creatividad de las personas, es evidente, pero hay que esforzarse en implementarlo sea como fuere la naturaleza de las personas.
En un estudio realizado por ESADE recientemente, se demuestra que en un abrumador 80% de los casos en los que se aplica, se mejoran los resultados productivos de la empresa. Cabe destacar que cuanto más recurramos al método Scamper, más mecánico y sencillo será de aplicar.
Empezaremos por coger un papel, bolígrafo y un protocolo para implementarlo, pero con el paso del tiempo lo haremos de forma intuitiva y mental. Esto no implica que a cada problema que salga, surgirá un nuevo desafío, lo que supondrá desarrollar Scamper de una manera más compleja.