Juan Antonio Varela: «Toda interpretación lleva siempre a un complejo»
Pasamos buena parte de nuestras vidas durmiendo, y de todas estas horas que pasamos en aparente desconexión de la realidad, un porcentaje importate de ese tiempo lo dedicamos a soñar. Es decir, a estar conscientes, pero de una manera diferente a la que caracteriza al estado de vigilia.
Pero los sueños o tienen por qué ser vistos como una simple curiosidad que afecta a la subjetividad de cada uno y poco más. También pueden ser vistos como un ámbito con potencial para la intervenció psicológica. De ello nos hablará en esta entrevista el psicólogo Juan Antonio Varela.
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Entrevista a Juan Antonio Varela: el trabajo con los sueños en la psicoterapia
Juan Antonio Varela Raby es psicólogo con consulta en la ciudad de Providencia, Chile, desde donde atiende a pacientes de edad adulta y a adolescentes. En esta entrevista nos habla sobre el mundo onírico y sus implicaciones en terapia.
¿Cuál es la relación entre los sueños y la salud mental?
La relación que existe, desde mi perspectiva como psicólogo clínico, es que para la salud mental el mundo de los sueños ofrece una gran posibilidad de estar completo existencialmente.
Aceptar la realidad del mundo onírico e integrándolo a la vida diaria permite tomar conciencia y conectar con las necesidades más profundas provenientes del inconsciente, ayuda a amplificar y comprender el significado de situaciones o asuntos inconclusos en la vida, permite conocer y aceptar los aspectos rechazados de la personalidad, ayuda a resolver conflictos creativamente, tomando mejores decisiones para la vida diaria y a descubrir símbolos e imágenes arquetípicas que pueden orientar el autodescubrimiento y proceso de individuación...
Teniendo en cuenta que existen los sueños lúcidos, ¿el mundo onírico tiene potencial como “campo de entrenamiento”?
Pienso que el potencial que tienen los sueños puede ser mucho más que un campo de entrenamiento. Yo soy de la idea de que en la enseñanza escolar debería incluir como recursos educativos el uso de los sueños para aprender a considerarlos desde edades tempranas, especialmente cuando es en la infancia, donde lo simbólico se da con una gran espontaneidad.
Considero que se potenciaría el investigar y desarrollar en el alumno un crecimiento integral que involucre de manera creativa los contenidos de las otras asignaturas. El acto de soñar puede tener múltiples implicaciones en las aulas de clases, no existiendo respuestas malas ni buenas, sino pura fenomenología.
Sería una excelente herramienta para la autoestima y el respeto por la individualidad del otro. Se podría usar los contenidos oníricos de cada niño en sus clases de literatura, arte, matemáticas, filosofía, ciencias, educación física, teatro, etc.
Por ejemplo: escribir un sueño permitiría acceder a un entrenamiento de manera más directa y vivencial para el estudiante, conociendo habilidades que tienen y no que no han descubierto o destrezas que no tienen y anhelan desarrollar. El aprender a mejorar su capacidad de redacción, ampliando el uso de conceptos y vocabulario para narrar lo soñado, generaría un material que puede ser ocupado posteriormente para dibujar, además de poder ser analizado y de representarlo en una escena de teatro.
Más allá de la experiencia de un sueño lúcido, la riqueza del mundo onírico entrega material relevante para integrar el contenido inconsciente en la consciencia de las personas.
¿Cómo se puede trabajar desde la psicoterapia a partir de los sueños?
Existen diversas maneras para trabajar los sueños en psicoterapia; personalmente me adhiero a las técnicas desarrolladas por los médicos psiquiatras Carl Gustav Jung y Frederick Fritz Perls.
Desde la psicología analítica, Jung fue un gran analista de los sueños, y se le atribuye haber analizado más de 80.000 en su vida, sistematizando de manera seria y profunda cada uno de ellos. El análisis de los sueños era su método de trabajo, siendo la vía regia al inconsciente.
La interpretación de los sueños ofrece tanto al paciente como al terapeuta un nuevo punto de vista para la psicoterapia; lo más importante es que la co-interpretación, es decir, que se construya y elabore entre el paciente y terapeuta.
El sentido y significado final de la interpretación del sueño debe tener sentido principalmente para el paciente y no al analista, el terapeuta debe ser humilde con sus asociaciones teóricas. Jung decía que no hay un método, pero debe haber una necesidad de máxima apertura.
La psicología jungiana ha sistematizado los siguientes pasos prácticos para trabajar un sueño en psicoterapia. En primer lugar, reconstrucción del contexto: lo que está viviendo el soñante en su existencia (preocupaciones principales); se escribe el sueño describiendo todo lo soñado.
Luego se describen en palabras una cadena de asociaciones, amplificando los símbolos que se escogieron a partir de lo escrito del sueño.
Finalmente se da el seguimiento de la serie onírica: toda interpretación lleva siempre a un complejo, por lo que hay que circunvalar el sueño, buscando un significado sin perder de vista el sueño.
Fritz Perls, por su parte, propone una manera de trabajar con los sueños a partir de varias técnicas más vivenciales, asumiendo que los sueños son parte de la existencia de los seres humanos; la vida también se desarrolla y ocurre en el mundo onírico. Perls toma del psicodrama algunas técnicas para personificar los contenidos y símbolos que surgen en los sueños, donde se le pide al paciente narrar en primera persona y tiempo presente su sueño.
De esta manera se desencadenan una serie de experiencias y significados al paciente en su psicoterapia, que ayudarían a resolver sus conflictos que están pendientes, logrando hacer cierres de estas gestalt en el organismo psíquico.
¿Los problemas de ansiedad y estrés tienen una plasmación clara en las cosas en las que la persona sueña?
Pueden tener una plasmación clara; en ese caso estaríamos frente a una función reductiva del sueño, donde se muestran hechos obvios del soñante respecto a sus síntomas. La ansiedad y estrés también pueden surgir en sueños prospectivos, que es lo que mostraría la vida que estamos llevando y a dónde vamos a llegar.
También es bueno recordar que existen sueños traumáticos o reactivos, en los que las pesadillas muestran al soñante situaciones difíciles una y otra vez.
¿Es imprescindible conocer cómo funciona el cerebro humano para entender los sueños?
Desde una perspectiva psicoterapéutica, donde lo relevante es analizar el contenido del sueño en su contexto, no resulta imprescindible buscar razones en el funcionamiento neurofisiológico, ya que se trata de una actividad con un propósito exploratorio y de autodescubrimiento.
Hasta la fecha la ciencia no ha podido explicar ni afirmar si el inconsciente y la conciencia existe en alguna zona específica del cerebro; se han podido describir las zonas que se activan con la fase REM o sueño paradójico (tronco encefálico, núcleo talámico, área límbica e hipocampal), donde se alcanza el sueño más profundo y con un tono muscular relajado, presentando rápidos movimientos oculares, observándose una disminución de la actividad en la zona frontal, parietal y occipital del cerebro.
Es en este estado de profundo sueño cuando podemos acceder al contenido inconsciente y soñar.
¿Cuáles son los temas acerca de la investigación sobre sueños en los que crees que se realizarán más progresos en los próximos años?
Personalmente encuentro que sería muy interesante en que se realizaran más investigaciones donde lo fenomenológico y neurobiológico tengan un diálogo más convergente respecto a los sueños en infantes.
Los sueños son menos investigados en los niños, no hay mucho consenso general sobre su curso psicológico y de la función que tienen a nivel neurobiológico. Pienso que se debería estudiar más las experiencias cognitivas y emocionales en esta etapa para generar una mayor conexión y significación con lo simbólico desde las edades tempranas.