¿Cómo llevar una vida saludable después de un infarto?
El infarto es un tipo de cardiopatía isquémica relacionada con un riego sanguíneo insuficiente que puede estar provocado por múltiples causas. Sin embargo, este tipo de problemas de salud tienen una dimensión psicológica que no hay que pasar por alto.
Por ello, en este artículo haremos un repaso a los principales consejos a tener en cuenta para llevar una vida saludable tras haber sufrido un infarto.
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Consejos para llevar una vida sana después de haber sufrido un infarto
Aquí encontrarás las principales recomendaciones y consejos generales a tener en cuenta para llevar una vida saludable y activa, pero sin caer en el estrés, tras sufrir un infarto, aunque siempre pesan más las indicaciones específicas del médico que haya atendido a la persona estudiando su caso particular. Y por supuesto, hay que seguir de manera disciplinada los planea de medicación recetados por el médico.
1. Evitar el consumo de drogas
Una de las principales recomendaciones que hacen los profesionales de la salud una vez se ha padecido un infarto es la de evitar a toda costa el consumo de drogas de todo tipo, especialmente de psicoestimulantes.
Los psicoestimulantes como las anfetaminas, la cocaína o las metilxantinas están altamente relacionados con los accidentes cardiovasculares y aumentan el riesgo de padecerlas tras un consumo reiterado de las mismas.
Además de eso, también debe evitarse el consumo de alcohol, droga cuyo consumo también aumenta el riesgo de padecer miocardiopatías alcohólicas y muchos otros tipos de enfermedades cardiovasculares.
El tabaco es otra de las sustancias adictivas más nocivas para nuestra salud para quienes tienen un alto riesgo de sufrir un infarto, y la investigación científica al respecto ha demostrado que su consumo aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y todo tipo de alteraciones en el corazón.
Las personas que fuman de manera habitual son más proclives a desarrollar a lo largo de su vida todo tipo de enfermedades relacionadas con el corazón, entre las más habituales destacan los trombos, que pueden producir infartos y también la arteriosclerosis o deterioro de las arterias.
Es por eso que a las personas que han padecido un infarto se les recomienda encarecidamente eliminar por completo el tabaco de sus vidas y estar en todo momento en un ambiente libre de humo, tanto dentro como fuera de casa.
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3. Tener un horario fijo
Establecer horarios semanales detallados y fijos sobre las actividades que debemos realizar cada día y a cada hora nos permitirá realizar con tiempo todas las tareas y ocupaciones a las que debemos atender.
Además de eso, seguir rutinas claras y tener claro en todo momento qué debemos hacer nos ayudará a no improvisar ni situarnos en situaciones estresantes por falta de tiempo o de planificación que puedan afectar a nuestra salud cardiovascular.
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4. Hacer ejercicio físico moderado
El ejercicio físico es una de las actividades más saludables que existen tanto para nuestra salud física como mental también tras haber tenido un infarto, siempre que lo ajustemos a los esfuerzos que podemso realizar; es por eso que una de las recomendaciones más habituales en personas que han sufrido una crisis de salud de este tipo es la de realizar rutinas que mantengan activados nuestros músculos.
El ejercicio semanal debe hacerse con el nivel de intensidad que haya recomendado el médico para mantener en buen estado el sistema circulatorio y no llegar a niveles de exigencia física que puedan poner en peligro nuestra salud convaleciente.
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5. Evitar los atracones
Los atracones acostumbran a darse en situaciones de ansiedad o estrés, incluso sin tener hambre real. Pero si se convierte ne algo frecuente, daña a la salud física y mental.
Es por eso que tras un accidente de este tipo es importante prevenir sobre todo la posibilidad de darnos atracones de comida que puedan presentar problemas para nuestro sistema circulatorio. Esto se puede lograr poniendo en práctica una serie de estrategias diarias.
Algunas de estas estrategias que podemos usar para evitar los atracones pueden ser: Evitar ir al supermercado con hambre, dejar de tener snacks ultraprocesados que son fácilmente accesibles en todo momento y comer siguiendo un horario diario rígido.
6. Dormir bien
Dormir las horas necesarias para descansar también previene la aparición de todo tipo de problemas cardiovasculares y nos ayuda a no ser vulnerables al estrés y la ansiedad por fatiga.
Mantener unos buenos hábitos de sueño nos ayudarán a superar con éxito nuestra recuperación, así como también lo hará tener un ritmo de vida tranquilo y sin sobresaltos.
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7. Comer bien
Comer bien significa iniciar una dieta saludable con alimentos recomendables para nuestro caso específico, que pueden ser indicados por un médico o nutricionista, y también seguir un horario estable de comidas, para realizarlas siempre a la misma hora y no ceder tanto a la tentación de picar entre horas.
La alimentación saludable es un pilar fundamental sobre el que edificaremos nuestra recuperación, por eso es recomendable dejar de consumir alimentos procesados, grasos, fritos o muy dulces y empezar a comer más fruta, verdura, legumbres y alimentos ligeros.
8. Ejercicios de relajación
Con el objetivo de ahondar en los hábitos relajantes en nuestra nueva vida, también podemos realizar todo tipo de ejercicios de relajación una vez al día, con el objetivo de superar el posible estrés que podamos estar sintiendo.
Los ejercicios de relajación que podemos poner en práctica diariamente pueden ser el Mindfulness, el yoga o los distintos tipos de relajación oriental que existen y que pueden ser fácilmente entrenados.
9. Acudir al psicólogo
Otra de las recomendaciones que podemos seguir tras sufrir un infarto es cudir a un profesional de la psicología para tratar todos aquellos problemas o alteraciones que podamos seguir sintiendo a nivel psicológico sociados con la salud, y que pueden ser causa y/o consecuencia de situaciones de riesgo para nuestro corazón.
Un psicólogo escuchará todo lo que necesitemos compartir y nos dará pautas y estrategias de todo tipo para llevar una vida más relajada y sana acorde con nuestras necesidades de salud.
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