Síndrome de Alejandría y los ojos violetas: ¿existe?
Es posible que no hayas escuchado hablar mucho del síndrome de Alejandría, también conocido como Génesis de Alejandría, una extraña condición a la que se le atribuye la capacidad de hacer que la persona desarrolle ojos de color púrpura, entre otros síntomas.
Los ojos violetas seguramente sean muy atractivos, pero las personas que los tendrían a causa de este síndrome, además, presentan características biológicas muy extrañas, supuestamente a causa de una mutación. Lo cierto es que hay muy poca información acerca de esta condición médica, por lo que más bien parece un mito. En este artículo hablaremos sobre las características del síndrome de Alejandría y sobre si es o no creíble.
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¿Qué es el síndrome de Alejandría?
Teóricamente, el síndrome de Alejandría es consecuencia de una mutación genética que convierte a las personas en seres humanos con unas cualidades extraordinarias.
Como consecuencia de esta mutación, los ojos se volverían violetas, la piel extremadamente clara (que curiosamente no se quema con la exposición solar) y el cabello se torna castaño oscuro, aunque no tienen vello corporal. Lo curioso del caso es que a estas personas se les atribuyen capacidades únicas, pues las mujeres no tienen ciclo menstrual pero pueden tener hijos, sus sistemas inmunológicos son infranqueables, sus cuerpos bien proporcionados nunca ganan peso y encima aparentan 5 o 10 años menos.
Ciertamente, no parece muy verídica esta historia, pero menos verídica parece cuando uno se entera de que esperanza de vida de estas personas estaría en 120-150 años. Y es que gran parte de los mitos acerca de este fenómeno tienen que ver con su evolución.
¿Cómo se desarrolla esta supuesta condición?
Aparentemente las personas con síndrome de Alejandría nacen con ojos azules, pero al cabo de un tiempo (a los seis meses) y debido a la mutación genética, se transforman en violetas. Esta condición se suele dar, sobre todo, en personas caucásicas. Durante la pubertad, el tono se convierte en más oscuro. Pero el color de los ojos, aunque puede ser llamativo, no es lo más perturbador de esta historia. Por ejemplo, que a pesar de la tonalidad pálida de la piel, estas personas no se queman al sol.
Además, resulta que gracias a una mutación genética el envejecimiento se detendría alrededor de los 50 años, y supuestamente no es a partir de los 100 años de edad cuando estos individuos comienzan a parecer personas mayores.
¿Cuál es el origen de este peculiar fenómeno?
El nombre de este desorden aparece en el XIV en el Norte de Europa. Según cuenta la historia, el término se originó debido al caso de Alexandría Agustín, una mujer que nació en Londres en el año 1329. En el momento de su nacimiento, la pequeña Alexandría tenía los ojos azules, pero poco a poco el color cambió a violeta. Un sacerdote de la época afirmaba que este extraño caso no era obra del diablo (menos mal), sino que tenía conocimiento de algún caso similar proveniente de Egipto, y Alexandría tendría todos los síntomas anteriormente descritos.
Esta historia que podría parecer más bien un tema relacionado con la superstición y los temores sobre la brujería que sigue viva en la actualidad. Algunos defensores de la existencia de este síndrome creen que la actriz estadounidense Elizabeth Taylor presentaba este desorden. Resulta que Taylor tenía los ojos de un color azul oscuro, y que dependiendo de cómo la luz incide sobre ellos parecían violetas.
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¿Un caso parecido a los “niños mariposa”?
Para reforzar sus afirmaciones, muchas personas argumentan que hay mutaciones que producen el efecto contrario, es decir, que los niños envejezcan rápidamente: es lo que se conoce como los “niños mariposa”, que se caracterizan por tener una piel frágil y su esperanza de vida se acorta en 30-40 años. En realidad, esta enfermedad hereditaria de mal pronóstico recibe el nombre de epidermolisis bullosa y es muy grave.
La forma más severa de este trastorno se conoce como epidermolisis bullosa distrófica, y está causada por mutaciones en el gen responsable del colágeno VII, una proteína cuya función es dar firmeza e integridad a diferentes tejidos del cuerpo, entre ellos, la piel. El caso de esta enfermedad es conocido y ha sido confirmado por la ciencia. Dado que hay una mutación que causa el envejecimiento prematuro y una vida útil más corta, los defensores del síndrome de Alejandría argumentan que es bastante razonable esperar que exista una mutación con los efectos opuestos.
Síndrome de Alejandría: ¿es real o no?
Aunque esta última afirmación puede tener algo de lógica, los síntomas de este supuesto trastorno son demasiado extravagantes para ser incluso posibles, y mucho menos creíbles.
Hay cosas que no encajan. Por ejemplo, por mucho que una mutación genética estuviese presente, no hay nada que pueda explicar que las las mujeres que sufren síndrome de Alejandría puedan tener hijos sin tener la menstruación. Aunque hay animales que sí que pueden, sería necesario mucho más que una sola mutación para reajustar los genes en los seres humanos con el fin de lograrlo.
Además, según los registros que existen, el récord de longevidad en seres humanos está en los 122 años. Por lo tanto, la afirmación de que las personas con la Génesis de Alejandría pueden vivir hasta los 150 años de edad es infundada. Todo en esta historia carece de fundamento. Así que podemos afirmar que el síndrome de Alejandría no existe.