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Te conviertes en lo que piensas la mayor parte del tiempo


Sin importar si aquello en lo que piensas es algo que quieres o si es algo que no quieres, cuando piensas en ello le abres la puerta. Y lo haces con mayor intensidad cuanto mayor sea la carga emocional con la que piensas en ello.

Por ejemplo, pongamos que quieres ganar más dinero; entonces puedes pensar que no tienes dinero, que nunca lo has tenido, en cómo de difícil es conseguirlo, en cuánto tiempo llevas deseándolo sin obtener resultados, en todo lo que has probado, sin tener grandes avances… Y mientras haces esto te sientes triste, frustrado, enfadado.

Las emociones son ondas de radiofrecuencia que emiten un mensaje, es como si le dijeras al universo: quiero más de esto que estoy sintiendo. Y el universo responde siempre.

Un ejercicio práctico: el ejercicio de “sería estupendo”

Practica esto: piensa o incluso di en voz alta, frases que empiecen con “sería estupendo”. Te invito a practicarlo ahora mismo: elige un tema que te gustaría mejor y di frases relacionadas con ello que comiencen por “sería estupendo”

Por ejemplo:

  • Sería estupendo poder ganar más dinero,
  • Sería estupendo tener un mejor nivel de vida
  • Sería estupendo aprender cosas nuevas con las que obtener fuentes de ingresos
  • Sería estupendo poder ahorrar
  • Sería estupendo aprender a gestionar mi dinero
  • Sería estupendo conocer un mentor financiero
  • Sería estupendo acudir a cursos y seminarios sobre inteligencia financiera
  • Sería estupendo conocer personas inspiradoras con las que crecer financieramente

¿Ves lo que pasa? ¿Notas como tu estado emocional ha crecido hacia uno más dichoso? Al menos un poco. De eso se trata.

Te conviertes en lo que piensas la mayor parte del tiempo

Te conviertes en aquello que piensas la mayor parte del tiempo

Así que cuida mucho lo que estás pensando, y más aún, cuida de cómo te estás sintiendo.

Y si no te estás sintiendo bien, entonces tu trabajo es solo sentirte un poco mejor, no bien, sino un poco mejor.

Es imposible pasar de sentirse enfadado a sentirse alegre, pero sí es posible pasar de sentirse enfadado a sentirse indiferente, de ahí a sentirse ligeramente optimista y así ir pasando a un estado un poco mejor.

Así que si quieres que tu realidad mejore, presta atención a aquello que piensas, enfócate en lo que quieres, no en lo que no quieres, ni en la ausencia de lo que quieres.

Herramientas que ayudan a mantenerte enfocado en lo que quieres

Estos dos recursos te pueden ayudar mucho.

1. Un cuadro de visualización

Es un lugar en la pared, en un corcho o en cualquier sitio que veas a menudo, donde pones fotos de aquello que deseas, pueden ser cosas (un coche, una casa, ropa nueva) o tal vez atraer nuevos amigos, un nuevo trabajo etc. Para darle una mayor potencia, coloca fotos en las que aparezcas tú con eso que deseas: Si es un coche, ve al concesionario y hazte fotos con él, tócalo, siente tu sueño. Lo mismo si es una casa.

El cuadro de visualización te dará visión a largo plazo. Por supuesto puedes ir cambiándolo a tu gusto según vayan cambiando tus preferencias o vayas logrando tus sueños.

2. Una tarjeta con el próximo paso

Esta tarjeta tiene que tener escrito el/los siguientes pasos concretos hacia tu visión. Puede ser apuntarme a una nueva actividad para conocer gente, encontrar un buen coach o terapeuta que me ayude, elegir una buena formación para aprender algo nuevo, conseguir un nuevo trabajo, ahorrar una cierta cantidad de dinero… Es algo tangible y realista, que se puede lograr en las próximas semanas o como mucho uno o dos meses. Esto te dará concreción y “aterrizará” tus sueños.

Concluyendo…

Por tanto, mira a menudo tu cuadro de visualización y tu tarjeta con el próximo paso. Coloca una nota en tu teléfono, lleva la tarjeta en el bolsillo, pon tu visión board en varios lugares (o al menos alguna foto).

Sé consistente y ten paciencia, haz las cosas correctas durante el tiempo necesario. No esperes hacerlo un día, o de vez en cuando, y tener resultados.

Convierte el cuidado de lo que piensas y lo que sientes en un hábito que hagas todos los días. Y disfruta del proceso.