¿Cómo superar el miedo a hablar por teléfono?
Para mucha gente, hablar por teléfono es una interacción especialmente compleja. Además, en la actualidad muchas personas demuestran una preferencia por emplear otro tipo de canales de comunicación distintos al teléfono, como las aplicaciones de mensajerías instantáneas.
Esta preferencia por los mensajes y la evitación de hacer llamadas no significa necesariamente que se sufra de un problema de ansiedad, aunque en algunos casos ambas cosas pueden estar relacionadas. Si esta aversión al teléfono se acompaña de otros síntomas como náuseas, sudoraciones, palpitaciones u otros signos de ansiedad, es posible que se trate de una fobia social. Así pues, veamos cómo superar el miedo a hablar por teléfono.
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Características del miedo a hablar por teléfono
El miedo a hablar por teléfono, en su forma más grave, está reconocido como una rama del trastorno de ansiedad social. Las personas que sufren el trastorno de ansiedad social tienen un pánico atroz a diferentes situaciones sociales donde pueden sentirse juzgados, estas situaciones desencadenantes de la ansiedad incluyen hacer llamadas telefónicas.
El miedo a hablar por teléfono no es algo nuevo derivado de los nuevos comportamientos de comunicación, aunque estos sí han enmascarado muchas veces el problema, y ha afectado a diferentes personas de todos los países en distintas épocas.
El miedo concreto a hablar por teléfono tiene en psicología un término específico: telefonofobia, y en este caso forma parte de las fobias específicas.
La telefonofobia
Una fobia específica se define como un miedo patológico intenso y persistente que aparece frente a situaciones concretas. En el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) al igual que el resto de fobias sociales relacionadas con hablar en público, estaría dentro de la categoría de “fobia social no generalizada”.
Sin embargo, el miedo patológico a hablar por teléfono suele presentarse como un síntoma de la fobia social generalizada. Este trastorno es un trastorno más grave y se manifiesta como una ansiedad extrema frente a diferentes situaciones sociales, que pueden ir desde hablar en público, hasta evitar el uso de baños públicos, pasando por conducir o ir de compras. Cualquier situación donde la persona con fobia social sienta que puede ser evaluada de cierta forma puede ser desencadenante de la ansiedad y todos sus síntomas.
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Otras causas
En algunas situaciones, la ansiedad por hablar por teléfono puede provenir de otros trastornos diferentes a un trastorno de ansiedad, como los trastornos del habla; una persona que sufre de tartamudez, puede no sentirse cómoda al hablar por teléfono y evitar a toda costa una llamada. Por otro lado, hay ocasiones en las que esta ansiedad o fobia puede provenir de creencias irracionales, como las consecuencias negativas para la salud de la exposición a las ondas electromagnéticas.
Sea cual sea su origen, la incapacidad de hablar por teléfono está directamente relacionada con la salud mental, provocando ansiedad y conductas de evitación.
En sus formas menos graves, es común que muchas personas se sientan incómodas o sufran un poco de ansiedad ante este tipo de interacción social.
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¿Qué hacer para superar el miedo al teléfono?
La forma más eficaz de combatir el miedo a llamar, al igual que en otro tipo de situaciones, es la exposición. La terapia de exposición es una técnica usada comúnmente por los psicoterapeutas para ayudar a las personas a superar sus miedos y ansiedades, rompiendo el patrón de miedo y evitación que les provoca el objeto o la situación. Se crea un entorno seguro para el paciente en el que "exponerlos" a las cosas que temen y evitan. Esta exposición ayuda a reducir el miedo y a disminuir la evitación.
En este caso habría que pensar la llamada telefónica como el objeto de exposición, cuantas más llamadas realices, más seguro te sentirás para hacer otra.
También se puede utilizar la técnica de reestructuración cognitiva, que consiste en que el paciente, con la ayuda del terapeuta, identifique y cuestione los pensamientos que le provocan la conducta ansiosa. Estos se sustituyen por pensamientos más apropiados con el objetivo de reducir o eliminar la alteración emocional.
En este caso, el objetivo es modificar estratégicamente la forma de pensar en la llamada, y todos los pensamientos sobre sentirnos juzgados, o ser entrometidos, también restarle importancia al miedo, a equivocarnos o cometer un error, no seríamos los últimos, ni los primeros.
La estrategia de afrontamiento puede ser progresiva, podemos empezar manteniendo llamadas con personas a las que conocemos y son conscientes de nuestro problema, o con desconocidos que no volveremos a ver; a algunas personas les genera menos problema hablar con servicios de atención al cliente y hacer llamadas formales y estructuradas. La dificultad también puede tener que ver con la duración, podemos empezar con llamadas cortas de no más de tres minutos y poco a poco ir subiendo el tiempo. La clave es empezar poco a poco y trabajar de menor a mayor nivel de ansiedad.
¿Por qué las llamadas generan ansiedad?
Las llamadas de teléfono presentan una serie de características que las convierten en elementos susceptibles de provocar miedo y ansiedad en ciertas personas. Conocerlas es importante para afrontar este temor.
1. Son difíciles de interpretar
Las llamadas telefónicas forman parte de las interacciones sociales. La diferencia con otro tipo de comunicación cara a cara es que las llamadas telefónicas son comunicaciones no verbales, y es difícil interpretar lo que la otra persona está pensando. Como sabemos, un gran porcentaje de la comunicación es no verbal, según Albert Mehrabian, la comunicación encargada de transmitir estados y actitudes ocuparía un 65% de la comunicación entre dos personas.
En las llamadas telefónicas solo existe la voz, ¿cómo saber si alguien nos está gastando una broma o nos está haciendo una crítica si no tenemos la sonrisa que acompaña a la locución? No solamente es una cuestión de percepción, ya que en el caso de la llamada también pueden existir interferencias en el sonido, también es una cuestión de interpretación. En una llamada es más difícil captar lo que dice la otra persona, pero también es más difícil saber lo que opina la persona de lo que decimos.
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2. La interacción telefónica exige respuestas inmediatas
Si lo pensamos, los mensajes de texto también presentan todas las deficiencias de la comunicación no verbal, pero no generan tanta ansiedad, es un problema de tiempo. Las llamadas telefónicas exigen una respuesta instantánea. Para mucha gente, hablar por teléfono es una interacción especialmente compleja, tienes que pensar en cosas sobre la marcha y tienes que responder a lo que alguien te está diciendo en ese mismo momento, a diferencia de los mensajes de texto donde tienes tiempo para pensar. En la llamada telefónica cada palabra cuenta, te puedes retractar de lo dicho, pero no borrarlo. Los silencios pueden ser malinterpretados por las personas que padecen de ansiedad.
3. Las llamadas son intrusivas
Relacionado con el problema de la inmediatez, está el problema de la intrusividad. Mientras que con un mensaje suponemos que la persona nos contestará cuando quiera, con una llamada sientes que interrumpes y hay que encontrar el momento para hacerla. Las personas con miedo a hablar por teléfono pueden sentir que están molestando antes siquiera de realizar la llamada.
4. En la llamada somos el centro de atención
Por una parte, podemos sentir el foco de atención más en nosotros mismos o en las personas de alrededor que en la persona con la que estamos hablando por teléfono, en el caso de hacer la llamada delante de otras personas. Al estar en una llamada telefónica no podemos poner la atención visual en la persona con la que estamos hablando.
Sin embargo, lo más frecuente es que la ansiedad derivada de hablar por teléfono no sea la responsabilidad de la gente que nos rodea, porque en ese caso bastaría con llamar desde algún lugar privado. Al igual que para otro tipo de fobias sociales, el problema está en sentirnos juzgados por nuestro interlocutor.
No nos gusta ser evaluados por otras personas. Es la misma ansiedad que sentimos al hablar en público, tener una conversación con un superior, o enfrentarnos a alguna otra situación que exija una evaluación o que pensemos que la exija, ya que en realidad estamos constantemente evaluando situaciones y siendo evaluados. La gente que tiene miedo a hablar por teléfono siente que no puede no ser capaz de desenvolverse bien en esa situación y teme acabar bloqueándose o balbuceando.
Las personas con ansiedad social tienden a prestar mucha atención a sí mismas y a sus comportamientos y se aseguran de forma obsesiva de no estar haciendo algo que sienten como vergonzoso. Este comportamiento autocentrado tiene consecuencias en la conversación, haciéndola más difícil, si me concentro en mí mismo y lo que me pasa, en lugar de lo que me preguntas, evidentemente, me costará más responderte.
5. No estamos acostumbrados a hacer llamadas
La explicación más fácil para que nos cueste llamar, es que no estamos habituados a hacerlo. Esta es la razón más sencilla, pero no está mal. Como ya hemos dicho las conversaciones telefónicas han sido sustituidas por otro tipo de comunicación, sobre todo entre los más jóvenes. Los datos muestran que los tipos de patologías que implican el miedo a hablar por teléfono han aumentado considerablemente de boomers a millennials.
Parte del problema de enfrentarse a una llamada es simplemente la inexperiencia. Se conocen los códigos de los mensajes de texto y lo que significan los emoticonos, pero se desconoce el código de la conversación telefónica. Esto parece poco importante, pero sería ponerse en la situación de una persona mayor que utiliza Instagram por primera vez, no sabe como hacerlo, lo mismo pasa con la llamada telefónica. Hay que saber saludar, cuándo es nuestro turno de hablar, cómo sintetizar la información o cómo expresar un sentimiento concreto solo con la voz. Como vemos, es algo más complejo de lo que pensamos cuando lo tenemos integrado, al igual que Instagram.