Paz Holguín: «En la dependencia siempre hay escondido un miedo»
Las redes sociales gran desarrollado una capacidad extraordinaria para aportarnos información y estímulos constantes; estímulos que, además, tienden a sernos ofrecidos teniendo en cuenta nuestras características, gustos e intereses.
Sin embargo, esta capacidad para ofrecernos al instante todo tipo de contenidos adaptados a lo que nos gusta va de la mano de unas mecánicas de funcionamiento pensadas para "engancharnos" a la pantalla. Y los jóvenes son especialmente proclives a caer en estas dinámicas de dependencia del uso de ordenadores, smartphones, tablets...
Por ello, en esta entrevista con la psicóloga Paz Holguín hablamos sobre el modo en el que las cualidades de las redes sociales nos llevan a buscar constantemente el "subidón" de los likes y las interacciones virtuales.
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Entrevista a Paz Holguín: ¿Qué efectos nos causan los likes en las redes sociales?
Paz Holguín es psicóloga con consulta en Las Rozas de Madrid, donde ofrece psicoterapia y asesoramiento para padres y madres partiendo de los modelos cognitivo-conductual y sistémico (aunque también atiende de manera online). En esta entrevista nos habla sobre la influencia de las mecánicas de las redes sociales en la mente de los jóvenes que usan a diario plataformas como Instagram, Facebook, TikTok...
¿Qué aspectos del diseño y las mecánicas de las redes sociales más usadas les dan esa capacidad para “engancharnos”?
El ser humano es social por naturaleza, necesita de los demás para su supervivencia. Por lo tanto, el sentimiento de pertenencia, de conexión a un sistema social, es una de sus mayores motivaciones. Las redes sociales han sido y son diseñadas con esta finalidad de conectividad entre nosotros, y a partir de ahí desarrollan todos los mecanismos necesarios para crear y abastecer a esta necesidad de manera virtual.
El uso de la imagen como información rápida, la posibilidad de enviar y recibir audios y estar conectados todo el tiempo que queramos, de conocer a gente de todo el mundo, las notificaciones, los likes, los algoritmos creados para mostrar solo el contenido que puede interesarte y desechar el que no... Son algunos de los mecanismos de los que se nutren las redes para mantenernos enganchados a ellas.
¿Cuál es el objetivo real de que las redes sociales den la posibilidad de darle un “like” a ciertos contenidos?
Como he comentado antes, la pertenencia a la comunidad y al grupo es una necesidad para nosotros, pero es difícil sentirse parte de un grupo o de una comunidad si los demás miembros no demuestran su aceptación hacia nosotros.
Y aquí es donde radica uno de los puntos importantes en el diseño de las redes sociales; un like es un mecanismo de interacción, y la interacción que generemos en los demás usuarios es percibida como nivel de aceptación por parte de la comunidad. Si me siento muy aceptado, si tengo muchos likes o comentarios, voy a seguir realizando aquellas conductas que generan aceptación.
A nivel neurobiológico, ¿los efectos de recibir likes son comparables a los efectos que tomar ciertas drogas tiene en el cerebro?
Bueno, esto es complicado de responder porque realmente, aún no hay investigaciones que avalen esta comparativa pero parece haber indicios de que sí. Sabemos que al consumir drogas aumenta la liberación de dopamina, una hormona involucrada en las sensaciones de placer y que también se libera ante la aparición de likes tanto en nuestras publicaciones como cuando hacemos like en una publicación de otra persona. Ambas activan también el núcleo accumbens, que funciona como sistema de recompensa.
Básicamente, lo que experimentamos son momentos instantáneos de placer, que no de felicidad, cada vez que recibimos un like.
El problema del funcionamiento de esta estructura es que ante el consumo continuado de esas experiencias placenteras lleva a que la persona se termine acostumbrando a lo que le dan, y para llegar a esos pequeños momentos de placer va a necesitar más cantidad de ese estímulo placentero. Así que si tenemos 20 likes en una publicación, nuestro momentito va a ir necesitando 21, 22, 23 likes... en las próximas publicaciones para aparecer con tanta fuerza.
Además, parece que ambas también están relacionadas con algunas dificultades en los procesos de atención y concentración.
Cuando las personas valoran la cantidad de likes que reciben sus publicaciones, fotos y vídeos, ¿tienden a compararse con el resto de personas de su entorno, o con las personas más populares?
Compararse con el resto de personas es un mecanismo habitual para la valoración de la aceptación social que sucede en nosotros cada día. Según la Teoría de la Comparación Social de Festinger, la tendencia natural es compararnos con nuestros iguales, aunque existe también la comparación ascendente y descendente, es decir, nos comparamos con personas que creemos que están mejor posicionados en un campo concreto y con aquellas que consideramos menos exitosas en ese ámbito. Así que podemos asumir que en las redes sociales también se da este comportamiento.
Los algoritmos de muchas de las redes sociales provocan y facilitan esta comparación en ascendente, ya que nos muestran aquellas publicaciones que generan más likes y más interacciones con los usuarios. De todas formas, hay muchos factores que intervienen en los procesos de comparación social dentro de las redes sociales: la edad del usuario, el fin con el que utilice las RRSS, el tipo de red social que se utiliza, y por supuesto factores personales del propio usuario como su autoestima, su red de apoyo, su estado anímico, etc.
¿De qué manera se relaciona la búsqueda de aprobación en las redes sociales con lo que se ha llamado FOMO, es decir, “fear of missing out”?
El fenómeno FOMO es, en parte, consecuencia de la búsqueda de aprobación. Básicamente este fenómeno se describe como el miedo a perderse algo de lo que suceda.
Como en las redes el bombardeo de sucesos es inagotable, si no estoy conectado siento que me pierdo algo, y si me pierdo algo no estoy al día con la sociedad y por lo tanto, pierdo oportunidades de socializar y de encontrar la aprobación del grupo.
Por otro lado, el estar conectados de forma continuada aumenta las situaciones en las que nos vemos expuestos a la comparación social ascendente que he mencionado antes y puede hacer que tengamos la sensación de que nuestra vida es aburrida o vulgar, por ejemplo.
¿Qué se puede hacer desde la Psicología para ayudar a las personas que dependen demasiado de las redes sociales?
En el plano individual, en la dependencia siempre hay escondido un miedo; el miedo en estos casos suele estar relacionado con no conectar con los demás y estar o sentirse aislado socialmente. Así que el trabajo suele comenzar por ahí.
A nivel de sociedad creo que los psicólogos tenemos un papel fundamental en la divulgación de los efectos psicológicos nocivos derivados un mal uso de las redes sociales así como en la educación en su correcto uso y es importante que hagamos hincapié en la educación no solo informática sino también emocional de las redes.