El conductismo teleológico de Howard Rachlin
Dada la popularidad del conductismo, especialmente medio siglo atrás, no resulta sorprendente que exista un gran número de variantes de este paradigma. Así, encontramos modelos clásicos, como el conductismo radical de B. F. Skinner y el interconductismo de Kantor, junto con aportaciones más recientes, entre las que destaca el contextualismo funcional de Hayes.
En este artículo describiremos los aspectos principales del conductismo teleológico de Howard Rachlin, que enfatiza la importancia de la voluntad humana y de nuestra capacidad para el autocontrol de la conducta. Presentaremos también las críticas más significativas que se han realizado hacia esta perspectiva teórica.
Biografía de Howard Rachlin
Howard Rachlin es un psicólogo estadounidense que nació en el año 1935. Cuando tenía 30 años, en 1965, se doctoró en Psicología en la Universidad de Harvard. Desde entonces ha dedicado su vida a la investigación, a la docencia y a la redacción de artículos y libros, entre los que destacan “Conducta y mente” y “La ciencia del autocontrol”.
Rachlin es considerado uno de los autores determinantes en el surgimiento de la economía conductual; algunas de sus investigaciones han examinado fenómenos como el juego patológico o el dilema del prisionero. También es conocido por el conductismo teleológico, en el que se centra este artículo.
Durante su carrera profesional este autor ha estudiado principalmente la toma de decisiones y la conducta de elección. Según afirma, su objetivo principal como investigador es entender los factores psicológicos y económicos que explican fenómenos como el autocontrol, la cooperación social, el altruismo y las adicciones.
En la actualidad Rachlin es profesor emérito de Ciencia Cognitiva de la State University of New York, Stony Brook. Sus investigaciones en curso se centran en analizar los patrones de elección a lo largo del tiempo y sus efectos en la cooperación interpersonal y en el autocontrol individual.
Principios del conductismo teleológico
El conductismo teleológico sigue los principios fundamentales de la orientación conductual clásica. Rachlin defiende que el objeto de estudio de la psicología debe ser el comportamiento observable y se adhiere a las tesis que conciben los contenidos mentales (pensamientos, emociones, etc.) como formas de conducta en lugar de como factores causales.
El aspecto central que caracteriza a esta disciplina es su focalización en el comportamiento voluntario o propositivo. Este principio lleva a Rachlin a enfatizar la relevancia de cuestiones como el libre albedrío de los seres humanos, nuestra capacidad de autocontrol o la colaboración entre diferentes individuos.
En este sentido la teoría de Rachlin se puede relacionar con las aportaciones de autores como Edward Tolman, cuyas propuestas son conocidas como “conductismo propositivo”, o Albert Bandura, que afirmó que las personas podemos controlar nuestra propia conducta a través de procesos de autorregulación (que incluyen la autoobservación o el autorrefuerzo).
Conducta voluntaria, autocontrol y libre albedrío
Con la popularización del conductismo radical de Skinner, que intenta predecir el comportamiento exclusivamente a través de la manipulación de estímulos ambientales, la vieja cuestión del libre albedrío pasó a ser central en la psicología científica. Según Rachlin, determinar si una conducta es voluntaria o no es fundamental desde un punto de vista social.
Este autor afirma que las acciones que la mayoría de personas consideran voluntarias también están motivadas por factores ambientales, pero esto resulta menos obvio que con otro tipo de comportamientos. En este punto se introduce el concepto del autocontrol, que Rachlin definió como la capacidad individual para resistir tentaciones pensando a largo plazo.
Para Rachlin, para las personas con buen autocontrol el objetivo de la conducta no es siempre satisfacer una necesidad presente, sino que también puede ser buscar un refuerzo o la evitación de un castigo a largo plazo. Este interés en las consecuencias demoradas y en la visión de futuro es otro de los aspectos más característicos del conductismo teleológico.
La capacidad de autocontrol es entendida como una habilidad que puede entrenarse; Rachlin afirma que el hecho de que una persona la desarrolle adecuadamente o no depende de la consistencia de sus esfuerzos para guiar su conducta en función de la gratificación a largo plazo, y no de la inmediata. Esto puede aplicarse a problemas como las adicciones.
Críticas a la teoría de Rachlin
El conductismo teleológico de Rachlin defiende que el libre albedrío es un constructo social cuya definición depende exclusivamente del contexto. Este planteamiento ha recibido críticas por su carácter relativista.
Muchos conductistas opinan que las aportaciones de Rachlin se apartan del camino que debería seguir esta disciplina. Un aspecto especialmente criticado ha sido su focalización en el autocontrol, que algunos equiparan con el fenómeno de la psicología de autoayuda, denostado por considerarse que busca de forma obvia el beneficio económico.
Referencias bibliográficas:
- Rachlin, H. (2000). The science of self-control. Cambridge, Massachussets: Harvard University Press.
- Rachlin, H. (2007). Free Will From the Viewpoint of Teleological Behaviorism. Behavioral Sciences and the Law, 25(2): 235–250.
- Rachlin, H. (2013). About Teleological Behaviorism. The Behavior Analyst, 36(2): 209-222.