Bilingüismo e inteligencia, personalidad y creatividad
Aunque a lo largo de la historia muchas culturas han difundido el mito de que el bilingüismo tiene efectos negativos a nivel psicológico, las investigaciones científicas de las últimas décadas apuntan claramente a que en realidad el dominio de más de un idioma tiene consecuencias positivas.
En este artículo describiremos la relación del multilingüismo con la inteligencia, la personalidad y la creatividad. Como veremos, hablar más de una lengua produce cambios a nivel mental principalmente a través de la mejora de la flexibilidad cognitiva y del razonamiento abstracto.
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Definiendo el bilingüismo y el multilingüismo
Se dice que una persona es multilingüe cuando se puede comunicar de forma natural en más de un idioma, especialmente en caso de que haya adquirido las competencias a una edad temprana. Cuando alguien domina dos idiomas hablamos de bilingüismo, quienes conocen tres lenguas son trilingües, etcétera.
Hay debate en torno al grado de dominio que se requiere para poder considerar que alguien es multilingüe. Muchos expertos delimitan la definición a la capacidad para hablar de forma razonablemente fluida una segunda lengua, mientras que otros consideran que se requiere un gran conocimiento de al menos dos idiomas.
Durante mucho tiempo han existido prejuicios con respecto a los efectos psicológicos del bilingüismo en culturas tradicionalmente monolingües; se atribuía a las personas bilingües una inteligencia inferior, un menor dominio de los idiomas y alteraciones morales y caracterológicas.
Las primeras investigaciones en torno al multilingüismo confirmaron este tipo de perspectivas, si bien tenían serios problemas metodológicos que invalidaban sus resultados. Estudios más estrictos realizados con posterioridad no sólo refutaron estas hipótesis sino que mostraron que el bilingüismo puede tener efectos beneficiosos para la cognición.
No obstante, hay que tener en cuenta que muchos de estos beneficios son más bien consecuencia del multiculturalismo, un resultado natural del aprendizaje de varias lenguas. Conocer más de un idioma facilita la familiarización con distintas perspectivas y mejora el pensamiento abstracto, puesto que el multilingüismo exige razonamiento conceptual complejo.
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Tipos de bilingüismo
Cummins hizo una propuesta que se conoce como “hipótesis de los umbrales”. Según este autor el bilingüismo puede tener efectos positivos o negativos en función del grado de competencia en los idiomas y de distintas variables psicosociales, como el prestigio de ambas lenguas.
De este modo, Cummins planteó que las personas bilingües que no alcanzan un umbral mínimo en los dos idiomas pueden sufrir efectos negativos; en estos casos hablaríamos de bilingüismo sustractivo. Investigaciones posteriores han sugerido que las personas bilingües con bajo dominio de las lenguas pueden tener una ligera desventaja en la aritmética.
En cambio, cuando se supera el umbral superior de competencia lingüística se produce el bilingüismo aditivo, que influye de forma positiva en la cognición, como veremos a continuación. Estos efectos son más intensos cuanto mayor sea el dominio de las lenguas.
Multilingüismo, cognición e inteligencia
La investigación revela que la estructura cognitiva de las personas bilingües es diferente de la de las monolingües. Concretamente, el cociente intelectual queda explicado por un mayor número de factores; esto significa que las aptitudes cognitivas se diversifican en mayor medida en quienes aprenden más de un idioma durante su desarrollo.
Además el multilingüismo se ha relacionado con una mayor flexibilidad cognitiva. Esto significa que las personas bilingües tienden a tener más capacidad para encontrar soluciones alternativas a los problemas y escoger la mejor opción de entre las disponibles.
Por otra parte, como ya hemos mencionado, el multilingüismo favorece el desarrollo del razonamiento abstracto y el manejo de conceptos. Esto se ha atribuido a una mayor conciencia del hecho de que las palabras no designan realidades absolutas sino que tienen un importante componente arbitrario.
En consecuencia los multilingües tendrían una mayor capacidad para focalizarse en las estructuras en lugar de en los elementos que las forman, así como para reorganizarlos. Esto incluye una dimensión verbal pero también implica a la percepción.
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Influencia en la personalidad
Muchas personas multilingües refieren que su personalidad cambia en función del idioma que utilicen; estos cambios han sido confirmados por algunos estudios. No obstante, en general se atribuyen a la adopción de un marco contextual distinto en función de la cultura a la que asocie cada idioma, lo cual sería independiente del lenguaje utilizado.
Sin embargo las hipótesis de la relatividad lingüística afirman que el lenguaje influye sobre la forma de pensar y de sentir. Así, el aprendizaje de más de una lengua podría facilitar el desarrollo de diferentes facetas de la personalidad. Además se cree que al hablar en la segunda lengua hace que muchos bilingües dejan de lado las convenciones sociales.
Por otra parte, el contexto social puede influir en la personalidad y en el bienestar psicológico a través de la actitud hacia el bilingüismo. Por ejemplo, niños latinoamericanos podrían ser menospreciados en los Estados Unidos a causa de que hablen una lengua distinta; este tipo de situaciones también interfieren con el aprendizaje normal del idioma.
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Relación con la creatividad
Los efectos beneficiosos del bilingüismo en la creatividad se asocian con la flexibilidad cognitiva. La capacidad para adoptar diferentes perspectivas y reorganizar los contenidos mentales produce mejoras claras en la creatividad, especialmente en las personas que tienen un dominio elevado de más de una lengua
J. P. Guilford describió dos tipos de razonamiento: el convergente y el divergente. Mientras que el pensamiento convergente es secuencial (avanza “en línea recta”), el razonamiento divergente explora múltiples alternativas de forma más espontánea y se basa en las relaciones entre el conjunto y los elementos que lo componen.
El concepto de razonamiento divergente es muy cercano al de creatividad. Las medidas de fluidez, flexibilidad y originalidad cognitivas, que Guilford definió como las habilidades centrales del razonamiento divergente y del proceso creativo, se han mostrado consistentemente más elevadas de media en las personas multilingües que en las monolingües.