¿Qué hacer para que mi hijo haga los deberes?
El momento de hacer los deberes puede comportar una situación de conflicto en el que nuestro hijo se resista a hacerlos o nosotros perdamos la paciencia. Por ello, es bueno saber cómo actuar para que hacer deberes no sea u gran problema ni se convierta en una fuente de conflictos.
Debemos ser conscientes de que muchas veces los niños terminan cansados de la escuela, con ganas de jugar y de hacer actividades que no comporten más concentración o estudio. Por esta razón, tenemos que mostrarnos comprensivos y expresarles que entendemos que les dé pereza, ayudándoles a entender que lo mejor es realizar la tarea cuanto antes para después poder hacer lo que realmente les gusta.
A continuación te daremos algunos consejos para que sepas qué hacer para que tu hijo haga los deberes dando el apoyo que el niño necesita.
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¿Problemas en casa a la hora de hacer los deberes?
Por normal general, conseguir que nuestros hijos se pongan a hacer deberes no es fácil, puede conllevar una lucha diaria que termina generando un malestar tanto al niño como a los padres. Existen distintas razones que pueden hacer que el niño rechace hacer deberes, no quiera hacerlos. Cuando nos hacemos mayores y tenemos otro tipo de obligaciones vinculadas con el mundo de adultos, es fácil olvidar o restar importancia a las obligaciones que teníamos de pequeños, pero debemos perder de vista que es normal que al terminar la escuela cueste y dé pereza seguir haciendo deberes.
Asimismo, también hay otras variables que debemos tener en cuenta, como las dificultades que puede tener nuestro hijo en alguna de las asignaturas debido a su falta de conocimiento debido a varios días de no asistir a clase o de no atender, la pérdida de interés y motivación, si el currículum escolar muestra un nivel asequible para la mayoría de alumnos o no, etc.
Por esta razón, es esencial conocer el porqué del rechazo o dificultad que muestra nuestro hijo para hacer deberes, para así poder afrontar el problema de un modo más eficiente y adecuado.
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Qué hacer para que nuestro hijo haga los deberes
El mejor modo para lograr que nuestros hijos hagan las tareas escolares y evitar conflictos es ser comprensivos y propiciar que las condiciones para hacer los deberes sean las adecuadas. Por ello, aquí encontrarás algunos consejos que pueden seguir los padres para intentar que el niño se muestre más atento y realice las tareas con menor dificultad.
1. Buscar un espacio adecuado
Si ya de por sí puede ser difícil mantener la atención en la tarea, debemos asegurarnos que el ambiente no es distractor para el niño. Así, intentaremos que trabaje en un lugar sin mucho ruido, que sea cómodo, que cuente con las herramientas adecuadas para realizar la tarea… En definitiva, que no haya estímulos distractores como la televisión, gente conversando o niños jugando cerca. Procuraremos también separar la zona de juego de la de estudio o al menos que no tenga juguetes cerca mientras hace los deberes para evitar distracciones.
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2. Descansar antes de iniciar la tarea
Como ya hemos visto, es normal que al salir de la escuela el niño esté cansado y necesite un tiempo para desconectar, merendar y recuperar fuerzas para poder iniciar los deberes disponiendo de mayor capacidad de concentración y más ganas.
Fija un tiempo adecuado para poder descansar antes de hacer la tarea, sin que este sea muy largo y termine produciendo el efecto contrario al deseado, que sería cansar más al niño. Negocia con tu hijo o hija ese tiempo, para que sea consciente y se reduzca así la probabilidad de conflicto por querer descansar más.
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3. Acompáñale
Como es una tarea que no le gusta, le costará más iniciarla; por este motivo puede ayudar mirar con él la agenda para ver las tareas que debe hacer y organizar cuáles debe abordar antes, o ayudarle en las que le pueda costar más. No es necesario estar a su lado en todo momento, ya que también debemos dejarle autonomía, pero sí que podemos acudir a sus demandas si en algún momento necesita ayuda.
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4. Prepararse antes de iniciar la tarea
Para evitar las distracciones o interrupciones durante la tarea, dificultando así la concentración, puede ayudar preparar todo el material necesario para hacer los deberes, que disponga de todo para que no tenga que levantarse. Así también daremos la posibilidad al niño de ir antes al baño o tener un vaso de agua cerca para que no tenga que interrumpir la tarea con ninguna de estas acciones.
5. Hablar con él o ella
No debemos subestimar las capacidades de los niños, es cierto que es necesario adaptar el lenguaje y modo de expresarnos, pero es posible razonar con ellos. Así que intenta hablar con él, muéstrate comprensivo, expresando que entendemos que le puede hacer pereza hacer los deberes, pero ayudándole a reflexionar para que se dé cuenta de que hacerlos es la mejor opción para aprender, lograr buenos resultados y recompensas.
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6. Fijar objetivos y utilizar premios
Un modo de motivar a los niños es planteando retos que le permitan conseguir premios. Así puede ser útil pactar con nuestro hijo un tiempo de tarea para poder hacer después la actividad que más le guste. Nos aseguraremos que ha hecho los deberes pendientes para así dejarle escoger qué actividad quiere hacer, ya sea ver la televisión, jugar o ir a dar una vuelta. Por esta razón, para que estas actividades funcionen como reforzadores es necesario que no las realicen antes de hacer los deberes, sino que las reservamos para después.
Es fundamental también que relacionen el premio o el refuerzo con el hecho de haber realizado los deberes. Es decir, que sea consciente porque le estamos premiando y en el caso de no conseguir recompensa señalarle porque no se la damos.
7. Establecer una rutina
Para ayudar a organizar el tiempo y que el niño sea consciente de qué periodo es el que debe dedicar a hacer los deberes, es bueno establecer una rutina. Es decir, contribuir a que el pequeño sepa cuánto tiempo dedicamos a descansar y merendar, cuánto a hacer las tareas y cuánto a la recompensa por haber hecho los deberes. Así será más fácil que él solo se ponga a hacerlos o que nos sea más fácil conseguir que los haga sin tener que batallar mucho.
8. Busca la ayuda pertinente
Como ya hemos visto, puede que nuestro hijo muestre dificultades para algunas de las asignaturas. Por este motivo, puede ser bueno para él buscar un profesor de refuerzo o alguna academia que faciliten el aprendizaje y reducir así sus dificultades. Si el niño adquiere más facilidad y se ve más capaz, que le cuesta menos, es más probable que le sea menos duro ponerse a hacer deberes, ya que no le parecerán tan complicados.
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9. Ser un buen modelo para nuestro hijo
Los padres son los modelos referentes para sus hijos. Es así importante que actuemos de modo correcto y no vea en nosotros contradicciones con lo que le pedimos a él. Intentar que vea en nosotros también una rutina, expresarle que nosotros también tenemos trabajo y que puede que a veces nos haga pereza, pero que la recompensa posterior vale la pena.
Intenta también motivarlo y no decirle comentarios negativos acerca de su manera de hacer los deberes, realizando en todo caso críticas constructivas. Sabemos que hacer la tarea es algo que no le gusta y preferiría no hacer, debemos tratar de presentarlo del mejor modo posible. Por ejemplo, lo podemos motivar diciéndole que haciendo deberes logrará hacerse más grande y saber más, ser un niño mayor, que podrá hacer la actividad que más le guste luego y que cuando antes se ponga, logrará terminarla.
10. Permitir descansos cortos mientras hace los deberes
Según el curso de tu hijo y la cantidad de deberes que tenga, es normal que deba descansar pequeños intervalos de tiempo para lograr volver a centrar su atención y poder concentrarse. Se ha comprobado que por norma general las personas podemos estar aproximadamente unos 20 minutos concentrados de manera eficaz realizando una tarea, influyendo como es de esperar también otras variables como el tiempo que llevamos ya trabajando.
Así, se recomienda que cada 20 minutos, si nos notamos menos productivos o en el caso de los niños más distraídos, se hagan descansos de unos 5 minutos.
Es fundamental que durante estos descansos no se pueden realizar actividades que requieran mucho tiempo, ya que este es limitado o actividades que sean muy complejas o distractoras. Puede aprovechar para ir al baño, comer alguna cosa o conversar un poco con nosotros, actividades que no requieran mucha concentración.