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Violencia en el hogar: educando a niños sanos y no violentos


Constantemente nos cuestionamos ¿Cómo puedo erradicar la violencia en el hogar y a la vez fomentar un desarrollo saludable en mis hijos? Todo intento será en vano si no empiezas contigo mismo. La familia es el bastión donde podemos empezar a inculcar valores como la no violencia y una comunicación sana y abierta a nuestros hijos.

Para saber más sobre el maltrato doméstico: "Las 30 señales de abuso psicológico en una relación"

Haciendo frente a la violencia en el hogar y educando desde el hogar

El primer paso es identificar las situaciones o prácticas que ocasionan la acumulación de estrés y frustración. Los padres no somos máquinas. La constante demanda de tu atención y tu tiempo tiende a desestabilizarte emocional y físicamente, sin mencionar que la actual situación económica y laboral orilla a cualquiera a los límites.

Desarticular nuestra vida laboral y/o académica de nuestra vida en el hogar es una tarea difícil, no obstante es necesario. No debemos imputar a nuestros hijos o pareja nuestras preocupaciones y deberes de aquello que pertenece afuera de la casa. Intenta desprenderte de tus preocupaciones laborales o escolares una vez que estés fuera del trabajo o la escuela, si es necesario que dediques más tiempo en algún asunto, busca un momento que puedas dedicar exclusivo para la actividad y asegúrate de comunicarlo a tu familia solicitando su apoyo, recuerda que tu crecimiento profesional y personal también es su crecimiento.

Una vez hecho esto, aquí hay algunas sugerencias que pueden ayudar en el desarrollo de una convivencia sana y armónica.

Establece y haz cumplir reglas de respeto en casa

En el artículo previo se estableció que la familia es el núcleo social base de toda sociedad, y ¿qué es una sociedad sin normas? Si es necesario escríbelas, que todos los integrantes de la familia estén familiarizados con el reglamento, es importante que el menor conciba la relación de las reglas internas con las externas, deja explícitas las consecuencias de no seguirlas. En las reglas de la casa asegúrate de prohibir decisivamente el uso de insultos, golpes o amenazas entre los miembros de tu familia.

En el artículo sobre el bullying asentamos algunos tipos de violencia, recuerda entonces que todo tipo de violencia, ya sea verbal, física o del tercer tipo, es una transgresión hacia toda la familia, porque resulta en un desencadenamiento de diversas acciones y reacciones, además de que no reconoce el valor de cada integrante.

Fomenta la comunicación asertiva

La comunicación asertiva es la habilidad de expresar ideas positivas y negativas y los sentimientos de una manera abierta, honesta y directa. Al hablar con tus hijos, ¿Alguna vez has sentido que ellos te dicen solamente lo que tú quieres escuchar? ¿Tus hijos te expresan con dificultad sus sentimientos y opiniones? ¿Realmente les sabes escuchar?

La comunicación abierta y asertiva no sólo previene situaciones adversas, también brinda el espacio para resolver conflictos sin llegar a la violencia.

En este punto me parece importante comentar que yo formo parte de la generación en que una nalgada no era violencia, era corrección, es por ello que debo dejar en claro que a veces, cuando los intentos de resolver los conflictos mediante el diálogo parecieran no ser suficientes y que necesitamos ir a un siguiente paso, es necesario saber que no todas las reprimendas son de carácter violento, sólo es importante saber cuándo y cómo disciplinar a los niños. 

Evita reprender a tu hijo con la cabeza caliente, procura que la reprimenda sea del mismo “calibre” que la falta cometida. El menor debe aprender que a toda acción negativa hay una reacción directamente proporcional, ya sea en casa o en sociedad. Al mismo tiempo también quiero comentar que parte vital de la parentalidad es confiar en tu instinto, no seguir modas o tendencias por el sólo hecho del qué dirán.

Planificación

Como familia, es importante convivir y esparcirse sanamente. Compartir actividades colaborativas en lugar de competitivas, integrarse y conocer los gustos unos de otros es fundamental. Busca planear un momento al día en que esto suceda. Organiza tus horarios, el que busca encuentra, aunque sean 5 minutos. Vale más la calidad que la cantidad.

Wake up and smell the coffee (Despierta y huele el café)

Por cruel que suene, es mejor "morir sabiendo" a "vivir engañado". Frecuentemente no disfrutamos de nuestra realidad por vivir anhelando tener la familia perfecta. Evita el desengaño y recuerda lo siguiente: No importa lo que veas en redes sociales, los niños pequeños tienen mucha energía y no les interesa lo que los adultos quieran de ellos, los hermanos pelearan. Punto. De vez en cuando, algunos más que otros, es normal, es parte de convivir. De los preadolescentes y adolescentes ni hablar, ¿recuerdas cuando tú tenías su edad?

Disfruta esos momentos, que a veces son escasos, de convivencia familiar. Abandona tu fantasía preconcebida, acepta las características de la edad de cada uno de tus hijos y...

Acepta los errores y defectos

Nadie es perfecto, nadie nace sabiendo. La casa donde equivocarse sea condenado es tierra fértil para la violencia doméstica. Dentro de la familia se debe establecer una rutina para pedir y otorgar perdón, y practicarla frecuentemente.

Sé el ejemplo, fomenta en tus hijos la generosidad y la tolerancia con los demás, permitiéndoles aprender a crecer por medio de la equivocación. Enséñales a no tropezar con la misma piedra.

Promueve los valores

La familia es sin duda el núcleo ideal para promover los valores desde temprana edad y proyectar en cada uno de sus integrantes un modo de vida que sea saludable y transmisible entre los individuos que la componen así como en la sociedad. Los valores son observables a medida que cada integrante responsablemente asume el rol que le corresponde desempeñar, procurando el bienestar y desarrollo integral de los otros miembros.

Los derechos, ¿por qué es necesario fomentarlos desde casa?

Tus hijos deben conocer sus derechos y saber que merecen respeto, nunca deben tolerar la violencia sin denunciarla. Enséñales a cuidarse y a protegerse del abuso siendo asertivos en sus relaciones personales. Repasen juntos la importancia de cada uno de sus derechos y obligaciones.

La casa es el laboratorio donde practican relaciones sanas, y donde tu ejemplo es sustancial para que asimilen su valor. Recordemos el análisis de la violencia desde la teoría mimética, si tus hijos te ven padecer de una relación violenta o violentar a tu pareja en su presencia, será difícil que aprendan a reconocer o a vivir una relación saludable en el futuro.

Controla el influjo de la violencia ambiental de los medios

La violencia ingresa a tu hogar con tu permiso. Analiza qué están promoviendo los medios de comunicación a los que tus hijos tienen acceso. No permitas que la cotidianidad y la cultura visual determinen el desarrollo de sistema de valores y la formación del comportamiento de tus hijos. No permitas que los medios sean los responsables de educar a tus hijos.

Exponerse continuamente a imágenes violentas nos torna vulnerables y permite gradualmente admitir lo inadmisible como normal. Estar expuesto a la violencia desde temprana edad tiene un efecto negativo en el desarrollo del menor.

No guardes silencio, denuncia la violencia

Ya estableciste las reglas, y has enseñado a tus hijos a hacer valer sus derechos, ahora es importante señalar los actos y actitudes violentas, y reprobarlos públicamente. Promueve en tus hijos a denunciar la violencia, la confianza que ellos depositan en ti es esencial para que tú les ayudes a detectar cuando su integridad está en riesgo, ellos pueden ser víctimas de acoso incluso dentro de su propia casa.

La violencia callará cuando tú decidas hablar.