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Edward Titchener y la psicología estructuralista


Junto con su mentor, el célebre Wilhelm Wundt, Edward Titchener fue el fundador de la psicología estructuralista, una corriente psicológica de carácter teórico y metodológico que se centraba en el análisis de los procesos mentales a través de la introspección y que surgió durante los primeros años del siglo XX.

Aunque esta escuela de pensamiento fue derrotada por el funcionalismo de William James, que dio paso al conductismo, y por otras orientaciones psicológicas que se opusieron a las propuestas de Wundt y de Titchener (como la Gestalt alemana), tuvo una influencia clave en el desarrollo de la psicología científica, incluso si esto sucedió sobre todo por reacción.

Biografía de Edward Titchener

Cuando empezó a estudiar en la universidad, el británico Edward Bradford Titchener (1867-1927) se centró en la literatura clásica; no obstante, se interesó cada vez más por la biología. En particular llamó su atención el libro “Principios de la psicología fisiológica” de Wilhelm Wundt, que fundó el primer laboratorio psicológico y es considerado el padre de la psicología científica.

Después de traducir la obra del psicofisiólogo alemán al inglés, Titchener se mudó a Leipzig para estudiar con su ídolo; era el año 1890. Tutorizado por Wundt, Titchener publicó su tesis doctoral, en la cual analizó la visión binocular o estereoscópica (el fenómeno por el cual las imágenes captadas por los dos ojos se procesan de forma conjunta).

En 1892 Titchener volvió al Reino Unido durante unos meses; posteriormente se trasladó a Ithaca, una ciudad del estado de Nueva York, para trabajar como docente de psicología y de filosofía en la Universidad de Cornell. Allí fundó su propio laboratorio de psicología, además de difundir y desarrollar las ideas de Wundt hasta dar paso a la psicología estructuralista.

Titchener no sólo se dedicó a la enseñanza, a pesar de que ésta fuera su profesión principal; también publicó varios libros centrados en la teoría y la metodología psicológicas, entre los que destaca Psicología experimental (1901-1905), y fue el editor de revistas científicas tan importantes como la American Journal of Psychology.

La psicología estructuralista

La escuela estructuralista tuvo un papel relevante en la psicología de principios del siglo XX. Titchener, Wundt y el resto de teóricos de esta orientación tenían el objetivo de analizar la mente a partir de los elementos básicos que la conforman, y de cómo estos se unen para formar procesos complejos. Para ello se basaron sobre todo en el método introspectivo.

Existe debate en torno a si la fundación de la psicología estructuralista debe ser atribuida a Wundt o a Titchener. Si bien las ideas centrales de esta orientación psicológica parten de Wundt, fue Titchener quien sistematizó, extendió y popularizó sus propuestas en los Estados Unidos, que por entonces se estaban convirtiendo en el núcleo mundial de la psicología.

La psicología estructuralista propone que podemos entender la estructura de los procesos mentales a través de la definición y de la categorización de los elementos que conforman la psique, particularmente de los contenidos mentales y de los procesos por los cuales estos tienen lugar.

Titchener afirmó que la consciencia (o la mente) está formada por tres tipos de fenómeno: las sensaciones, los afectos y las imágenes. Al unirse varios de la misma clase aparecen procesos complejos. Las sensaciones serían los elementos que componen las percepciones, mientras que los afectos darían lugar a las emociones y las ideas a los pensamientos.

El método introspectivo

La psicología estructuralista de Titchener se basaba en la utilización del método introspectivo, por el cual un sujeto entrenado ejerce el rol de observador y descriptor de sus propios procesos psicológicos. Para provocarlos se utilizaban distintos tipos de estímulos, que variaban en función de la tarea a realizar y del tipo de contenido mental estudiado.

El método introspectivo ya había sido utilizado por Wundt; no obstante, Titchener lo aplicaba de un modo mucho más riguroso. En particular, este autor rechazaba el estudio de los procesos inconscientes, lo cual incluye constructos como “instinto”. Así, sus técnicas de estudio se centraban en la descripción de la experiencia psicológica consciente.

Según Titchener es posible obtener información fiable sobre la naturaleza de la mente a través de la introspección y del conocimiento de uno mismo. De hecho, para este autor éste es el único método que permite analizar los procesos mentales de forma fiable, puesto que afirmaba que la psicología debía ser necesariamente una disciplina basada en la introspección.

El legado del estructuralismo

A modo general se considera que la psicología estructuralista desapareció con Titchener: las escuelas psicológicas que se opusieron a los planteamientos de este autor ganaron la batalla ideológica en la comunidad científica. Sin embargo, y del mismo modo que Wundt, Titchener cumplió un papel clave en el desarrollo de la psicología experimental y científica.

El funcionalismo de William James surgió como reacción al estructuralismo de Titchener. Esta orientación ponía el foco sobre la relevancia de aspectos olvidados por la psicología estructuralista como los métodos empíricos, la comparación estadística o la experimentación sistemática, y fue el antecedente fundamental del conductismo de Watson.

En la actualidad el tipo de psicología por el que Titchener abogaba sigue vivo en una forma distinta en la psicología cognitiva, que se focaliza también en la descripción de procesos y fenómenos mentales en muchos casos subjetivos. Además la utilidad del método introspectivo ha sido puesta en valor por un gran número de psicólogos en las últimas décadas.

Un dato curioso con respecto a Titchener es el hecho de que fue este autor quien acuñó el término anglosajón “empathy” (empatía). La palabra proviene del griego clásico “empatheia”, que significa “pasión o afecto físico”; fue adaptada al alemán (“Einfühlung”) por Hermann Lotze y Robert Vischer y por último el propio Titchener la tradujo al inglés.