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Marvin Opler: biografía de este antropólogo y psicólogo social


La vida de Marvin Opler se puede definir, sin ningún género de dudas, como apasionada y apasionante. Ya desde su infancia persiguió el sueño de convertirse en antropólogo, por lo que siempre albergó un profundo respeto a la diversidad humana.

Es por ello que los conflictos de la Segunda Guerra Mundial, que desafortunadamente le tocó vivir, despertaron en él la inquebrantable defensa de los derechos de quienes se vieron sometidos al yugo de la injusticia social. Es un testimonio de amor por su profesión, que aún prevalece en nuestros días.

En esta biografía de Marvin Opler abordaremos los momentos más relevantes de su vida profesional, ahondando en su trayectoria como académico y en el trabajo que desempeñó como antropólogo, docente y psicólogo social; en un contexto histórico de especial convulsión en el que se vio inmerso hasta las últimas consecuencias.

Breve biografía de Marvin Opler

Marvin Opler fue un remarcable antropólogo y psicólogo social estadounidense, nacido en la ciudad de Buffalo (New York) en el año 1914. Es conocido por su contribución al estudio del estrés atribuible al estrépito de la vida urbana, así como por el auspicio de la vertiente social de una psicología anclada en el marco clínico.

La figura de su hermano mayor, Morris Opler (también antropólogo), sería importante para él, pues le trasladó su pasión por el estudio de la cultura apache cuando apenas era un niño.

A continuación revisaremos la vida y obra de Marvin Opler, destacando su gran aportación como antropólogo al estudio minucioso de las culturas aborígenes americanas, así como su perspectiva social sobre la salud mental y su contribución al conocimiento de la experiencia de los japoneses residentes en EEUU durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Este contexto histórico es clave para comprender el modo en que el autor proyectó su legado y entendió la sociedad en que vivió.

Formación académica

Marvin Opler inició sus estudios superiores a los 21 años en su ciudad natal, Buffalo, pero los concluyó en la Universidad de Míchigan. Se trasladó hasta allí por su interés en una convergencia teórica de la Psicología Social y de la Antropología, que en su tiempo estaba representada por el profesor Leslie White, que ejercía como docente en aquel lugar. No obstante, cuando obtuvo su título en estudios sociales, su insaciable sed de conocimiento lo impulsó a proseguir con su Doctorado en Columbia.

Sería precisamente en esta etapa en la que conocería a Ruth Benedict (presidenta de la Asociación Americana de Antropología y una figura clave en el estudio de la personalidad, del arte y de la cultura) y a Ralph Linton (autor de obras clásicas como el Estudio del Hombre o el Árbol de la Cultura); y en la que se convertiría en un pionero al realizar estudios antropológicos sobre diversas tribus indígenas prácticamente desconocidas para la sociedad occidental.

En este sentido, destacan sus contribuciones al conocimiento sobre los Ute (que vivían en las zonas del actual Utah y Colorado, aunque extendiendo su área de caza hasta el estado de Wyoming y el de Arizona) y los Paiute (que radicaban sus hogares en el río Colorado y la región meridional de Utah), las cuales valieron para la obtención de su título de Doctor por la Universidad de Columbia en 1939.

Estudios etnográficos posteriores

La labor de Opler como investigador recurrió al método de la antropología social, esto es, la etnografía. Se trata de un diseño cualitativo que precisa del desplazamiento a los entornos físicos de donde procede la muestra, con el fin de convivir con las personas de interés y asimilar los usos y costumbres que les son propias. Es una observación participante con la cual descubrir y describir culturas distintas a la de procedencia.

Con esta metodología contribuyó a ampliar el conocimiento sobre el pueblo Apache (que en la actualidad está distribuido por Oklahoma, Texas y Arizona; en un conglomerado cultural en el que destaca la diversidad lingüística y folklórica) y sobre los indígenas de las costas noroccidentales de Oregón. Por este trabajo, entre otros, ostentó la cátedra de Antropología del Reed College (una prestigiosa universidad privada ubicada en el sureste de Portland).

En el año 1943, en el apogeo de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), fue reclutado por la National War Labor Board estadounidense, una agencia gubernamental que perseguía el propósito de resolver las disputas surgidas en consecuencia del conflicto bélico (en asuntos internos/externos del estado). La creación de la misma tuvo lugar durante el mandato del presidente Franklin Delano Roosevelt, siendo esta su segunda iteración (pues la primera se produjo al final de la Primera Guerra Mundial y se disolvió en 1919, casi un año después de su conclusión).

Labor como antropólogo en el Lago Tule

En los años en los que se mantuvo dentro de la National War Labor Board, Marvin Opler fue destinado como analista comunitario al Lago Tule (Newel), emplazamiento en el que se erigiría el campo de concentración para japoneses más grande de aquel tiempo (su hermano ocupó el mismo puesto en Manzanar).

En estas instalaciones se recluyó a los ciudadanos con ascendencia nipona que residían en los EEUU durante el tiempo que se mantuvo el conflicto (pese a que hubieran nacido allí), ascendiendo a unos 120.000 internos aproximadamente (la mayor parte de ellos de la región continental).

En clara oposición a la de otros colegas, Opler desarrolló una labor especialmente crítica con el trato que recibían estos ciudadanos durante su larga reclusión, registrando detalladamente la vida del lugar y alzándose como un activista privilegiado por sus derechos.

En este punto describió cómo muchos de los japoneses, aculturados desde hacía generaciones por el influjo occidental, recuperaban algunas de sus costumbres ancestrales con el fin de restaurar la dignidad que se les había arrebatado. Este fenómeno fue acuñado como revivalismo cultural, y fue uno de los fenómenos que Opler documentaría tras su experiencia en el campo de concentración.

También tuvo tiempo para escribir numerosos trabajos sobre los efectos implícitos a la segregación racial e incluso a las crisis emocionales de los japoneses que motivaban su renuncia a una identidad como americanos. En todos sus escritos se mostró muy crítico con el régimen de encarcelaciones masivas que su país llevaba a cabo, aludiendo a motivos xenófobos y no de seguridad.

Algunas de las personas que dieron su ayuda a Opler en este cometido fueron el abogado Wayne Mortimer Collins (un letrado oriundo de Sacramento que con anterioridad se había enrolado en distintas causas reivindicativas de los derechos civiles) y su esposa Charlotte (que ejerció de enfermera en el campamento, siendo la única mujer caucásica que se prestó a ello). Llegó a establecer sólidas amistades que se prolongarían durante toda la vida, sobre todo con japoneses que pudieron relatar sus actos prosociales incluso después de su muerte. A la postre resultaron ser artistas que avivaron la mortecina llama de la cultura japonesa tras la Guerra.

Estas actividades despertaron la sospecha del FBI, que motivó una investigación en detalle sobre la figura de Opler con el propósito de determinar la posible presencia de lazos con el Partido Comunista. No obstante, y pese a las acusaciones infundadas de algún miembro de la War Relocation Authority (agencia sobre la que recalaba la responsabilidad de ubicar a los japoneses en sus respectivos lugares de reclusión), finalmente fueron desestimadas.

La persecución de esta agencia no finalizaría ahí, pues volvería algunos años después, aunque nunca fructificó en condena alguna. Era una muestra sobre hasta qué punto el control ideológico de la población fue una constante en los Estados Unidos, incluso a pesar de reivindicarse como tierra de libertades.

La figura de Opler es considerada hoy como una referencia de cómo podría haber sido la labor de los antropólogos que trabajaron en el Lago Tule durante esos años, pues la mayoría de ellos consideraba justificada y ética la labor de reclusión que allí se llevaba a cabo. Han sido muchos los pensadores japoneses que han ensalzado la figura de Opler durante las últimas décadas, como un extraordinario bastión del respeto por sus compatriotas en la oscuridad de aquel tiempo, remando a contracorriente en una época convulsa marcada por los impulsos belicistas.

Labor en el campo de la psiquiatría social

Cuando finalmente se clausuraron todos los campos de concentración y finalizó la gran guerra, Opler se dedicó a la docencia en las universidades de Stanford y Harvard (para los departamentos de Antropología y Sociología). No obstante, fue a partir de 1952 que empezó a desarrollar un importante trabajo relacionado con el área de la salud mental, en el Centro de Estudio para la Salud Mental sito en Midtown (Midtown Community Mental Health Research Study). Se mantuvo en este puesto hasta el 1960, publicando sus conclusiones sobre la experiencia un par de años más tarde.

En su trabajo, orientado a los habitantes de esta zona de New York, destacó la búsqueda de diferencias individuales en la expresión de la esquizofrenia atribuibles al sustrato cultural de los pacientes; por lo que su función en el ámbito de la salud persiguió las aspiraciones que de joven le motivaron para el estudio de la Antropología.

Opler falleció en el año 1981 de un ataque al corazón, un año después de que falleciera su esposa (de quien se separó en 1970), sin llegar a ver publicadas sus últimas y más relevantes contribuciones en este campo.

Es recordado como uno de los autores que contribuyeron en mayor medida al desarrollo de una Psicología Social, especialmente a raíz de los más de 200 textos que publicó durante los casi 25 años en los que fue profesor en la universidad de Buffalo (donde inició y finalizó su vida académica). Allí trabajaría desde 1958 hasta el fin de sus días, ostentando el puesto de Catedrático de Antropología durante unos años (1969-1972).

Interés investigador de Marvin Opler

Marvin Opler publicó a lo largo de su vida muy distintas obras, todas ellas sobre Antropología y Psicología Social.

Respecto a la primera de ellas, abordó asuntos como la aculturación de los pueblos (pérdida de tradiciones populares por la influencia de una cultura exterior) o los rituales de los Ute y los Apache (incluyendo el análisis chamánico de los propios sueños, que se asemejaba al método del psicoanálisis sin que hubiera habido contacto con él). También se interesó por el rol social de las mujeres y escribió mucho sobre sus experiencias en el campo de concentración del Lago Tule.

En cuanto a la Psicología Social, se interesó por una delimitación sociocultural de la salud mental, el uso de sustancias psicoactivas con propósitos rituales, la prevención de trastornos psicológicos y el modo en el que los conflictos internacionales podían contribuir a la aparición de problemáticas tales como la violencia y el suicidio. De este modo, enfocó su visión de la salud mental al ámbito de lo social, con obras que aún hoy son referentes en este campo, mostrando que incluso en bienestar de este tipo no es pura cuestión del buen funcionamiento del cuerpo como entidad individual, sino que también tiene que ver con lo que ocurre en el entorno.

Referencias bibliográficas:

  • Opler, M. (1956). Entities and organization in individual and group behavior - a conceptual framework. Group Psychotherapy and Psychodrama, 9(4), 290 - 300.
  • Opler, M. (1941). The Integration of the Sun Dance in Ute Religion. American Anthropologist, 43(4), 551-572.
  • Opler, M. (1946). The Creative Role of Shamanism in Mescalero Apache Mythology. Journal of American Folklore, 59, 268 - 281.
  • Opler, M. (1969). International and cultural conflicts affecting mental health. Violence, suicide and withdrawal. American Journal of Psychotherapy, 23(4), 608 - 620.
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  • Price, D.H. & Peace, W.J. (2003). Un-American anthropological thought: The Opler-Meggers exchange. Journal of Anthropological Research, 59(2), pp. 183 - 203.