Acoso sexual en el trabajo: qué es, ejemplos, y qué hacer ante él
El acoso sexual en el trabajo es una forma de violencia, mayormente sufrido por las mujeres a causa de la desigualdad estructural de género. Pese a ser un tipo de problemática laboral muy común, pocas se atreven a denunciar, con lo que bien se podría decir que el acoso sexual laboral es una violencia silenciosa.
A continuación vamos a hablar del acoso sexual en el ámbito laboral, cómo se considera que un acto es propiamente este tipo de acoso y, de acuerdo a la legislación española, cómo proceder en caso de haber sido víctima de este tipo de violencia.
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El acoso sexual en el trabajo
El acoso sexual en el trabajo es una forma de violencia laboral, resultado de la desigualdad estructural entre hombres y mujeres. Si bien puede afectar tanto a hombres como mujeres, con acosos sexuales tanto heterosexuales como homosexuales, lo cierto es que la mayoría de las víctimas son mujeres jóvenes acosadas por hombres, usualmente en una situación laboral precaria. Dentro de este grupo de mujeres, factores como que sea su primer trabajo, ser inmigrante, tener discapacidad, pertenecer a una minoría étnica o tener un contrato temporal hacen que el acoso se dé con mayor incidencia.
El acoso sexual laboral es una realidad, y las mujeres son las principales víctimas. Ocurre en todos los países del mundo pero, para ejemplificar su gravedad, vamos a destacar algunos datos del caso de España. De acuerdo con datos de UGT (Unión General de Trabajadores) entre los años 2008 y 2015, 2.484 mujeres sufrieron algún tipo de acoso sexual en sus puestos de trabajo. Solamente 49 sentencias condenaron a los agresores. Si bien son datos relativamente anticuados, nos sirven para ejemplificar la gravedad de la situación y cómo, a pesar de ser tan común, muchas mujeres no reciben justicia.
De acuerdo a lo que prevé el artículo 184 del Código Penal español, podemos definir al acoso sexual en el trabajo como toda conducta verbal o física, de naturaleza sexual, que tenga el propósito o efecto de atentar contra la dignidad de la persona que lo sufre, generado en un contexto intimidatorio, ofensivo o degradante.
El acosador sexual en el ámbito laboral puede ser cualquier persona del círculo profesional de la víctima. No únicamente puede ser un compañero del trabajo o su propio jefe, sino también pueden ser clientes o proveedores. A veces, este acoso sexual es conocido por el resto del entorno laboral de la víctima, pero por diversas razones ignorar conscientemente la situación.
Es importante destacar que el acoso sexual laboral no se considera violencia de género. Para que lo fuera, esta situación de acoso, hostigamiento, sexualización, violencia o cualquier otro tipo de agresión de naturaleza sexual hacia la víctima debe ser perpetrada por un hombre hacia una mujer y que los dos hayan mantenido una relación sentimental en el pasado o que la sigan teniendo.
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Tipos de acoso sexual en el trabajo
Se pueden distinguir dos formas principales de acoso sexual en el trabajo.
Intercambio o chantaje sexual
El chantaje sexual se produce cuando el acosador trata de condicionar a la víctima según la respuesta que dé a sus insinuaciones sexuales. En función de si está dispuesta o no a satisfacer sus peticiones sexuales, el hostigador insinúa a su víctima qué repercusiones beneficiosas o perjudiciales podría recibir. Este tipo de acoso suele ser generado, generalmente, por un superior jerárquico como lo es el jefe.
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Acoso sexual ambiental
El acoso sexual ambiental hace referencia la situación en la que se genera un ambiente intimidatorio, hostil, desagradable o humillante para la persona acosada. De acuerdo con la legislación española, el Tribunal Constitucional sostiene que un caso se considerará acoso sexual ambiental de haber los siguientes tres factores:
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Debe haber conducta abusiva verbal o física, manifestada en actos, gestos o palabras.
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Debe ser percibido por el destinatario como indeseable y no haber habido consentimiento.
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Los comportamientos de acoso sexual deben de ser graves.
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Ejemplos del acoso sexual laboral
Algunas situaciones comunes de acoso sexual son:
- Enviar a la víctima fotos, vídeos, correos, mensajes, etc., de naturaleza sexual, con contenido explícito o implícito.
- Llamadas telefónicas de contenido sexual y ofensivo.
- Compartir fotos y vídeos privados de la víctima con los compañeros del trabajo.
- Chantajear con contenido sexual a la persona afectada.
- Insinuarse constantemente hacia un compañero del trabajo
- Tratar a la víctima de manera denigrante y obscena.
- Rozarse, tocar partes íntimas de la víctima de forma excesiva y continuada.
- Presionar o chantajear para tener citas o salir con la víctima.
- Solicitar expresamente que le haga un favor sexual.
- Sexualizar a esa persona perjudicando su rendimiento laboral y sin su consentimiento (p. ej., bromas sobre su condición sexual…).
Es muy importante entender que estas situaciones se considerarán acoso sexual en el trabajo no solo por el hecho de tener un contenido sexual notorio y darse en el ámbito laboral, sino principalmente cuando sean dañinas para la víctima y así ella lo indique. Estas situaciones deben resultar ofensivas, intimidatorias, indeseadas o que afecten directa o indirectamente al rendimiento y reputación profesional de la víctima que los recibe.
Un caso de acoso sexual laboral no deja de serlo por el hecho de que la víctima no se haya quejado explícitamente que no quiere sufrir esa situación. A pesar de no querer que la situación continúe ni sentirse acosadas sexualmente, las víctimas pueden sentirse lo suficientemente intimidadas, física o verbalmente, como para temer consecuencias negativas en caso de atreverse a denunciar, entre ellas el riesgo a ser despedidas, que la denuncia se vuelva en su contra, perder su reputación social y profesional o arruinar su carrera profesional.
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Consecuencias del acoso sexual en el trabajo
El acoso sexual, ocurra donde ocurra, no deja de ser un tipo de violencia y como tal repercute negativamente en la vida de quien la recibe. En el caso del que se da en el ámbito laboral, este trae consigo varias consecuencias psicológicas tanto en la vida profesional de la víctima como en la personal.
En el plano laboral tenemos:
- Menor productividad.
- Mayor absentismo laboral.
- Bajas laborales continuadas.
- Conflictos en el entorno laboral, tanto con compañeros como con clientes.
En el plano personal encontramos que la víctima puede padecer los siguientes problemas psicológicos.
- Menor autoestima.
- Sentimientos de culpa.
- Depresión y ansiedad.
- Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)
- Problemas del sueño y del descanso.
- Cambios en la personalidad
- Somatización del estrés: dolor de cabeza, náuseas, vómitos, problemas gastrointestinales, hipertensión y mayor propensión a enfermarse.
Ser víctima de acoso sexual en el trabajo también empeora las relaciones personales de quien lo padece con su familia y amigos.
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¿Qué hacer si sufrimos acoso sexual en el trabajo?
Si estás sufriendo acoso sexual en tu trabajo o crees que podrías estar siendo víctima de algún tipo de acción malintencionada, es recomendable seguir los siguientes pasos.
Lo primero es hablar con la persona que nos está hostigando, y dejarle bien claros cuáles son los límites. En el mejor de los casos, puede que la situación se haya tratado de un malentendido o que la otra parte estaba malinterpretando nuestro interés por él o ella y, al aclarar qué no estás dispuesto a tolerar, el problema se soluciona en ese momento.
Sin embargo, muchas veces este primer paso no funciona. En caso de que sea un compañero de trabajo el que nos está acosando sexualmente, lo suyo es hablar con nuestro superior, o con el suyo según consideremos cuál va a ser el que más capacidad tiene para detener esta situación. Si quien nos acosa es nuestro jefe o la queja sobre nuestra situación no ha funcionado, el siguiente paso sería hablar con el comité de la empresa.
En caso de que todos los pasos anteriores fallen o no haya un comité, el siguiente paso es hablar con un abogado. Será este profesional quien nos dé más detalles de los siguientes pasos, legales y administrativos, a tomar para detener la situación de acoso sexual laboral de la que estamos siendo víctimas y cómo hacer que el hostigador lo pague.
A continuación, hablamos del caso particular de lo que se suele hacer en España. Los medios legales de los que se tienen a disposición son los siguientes.
1. Solicitar la extinción de la relación social
A través de la jurisdicción social, se solicita la extinción de la relación laboral (Art. 50 del Estatuto de los Trabajadores). Tendremos:
- Desempleo y una indemnización.
- Derecho a solicitar una indemnización por daños y perjuicios o daños morales.
2. Establecer una demanda
Se establece una demanda. Se puede solicitar una inspección de trabajo que implica que un inspector se presentará en la empresa y emitirá un informe oficial.
3. Establecer una denuncia
La legislación española establece que el acoso sexual en el trabajo es un delito, por lo tanto es algo denunciable. Se castiga con hasta 2 años de prisión (Art. 184 del Código Penal).
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El informe psicológico de acoso sexual
Durante el proceso, además de los testimonios de la víctima y testigos, junto con el material que pueda demostrar el caso de acoso sexual, es necesario demostrar que quien ha sido objeto del acoso sufre problemas psicológicos consecuencia de este tipo de violencia. Muchas de las pruebas materiales son difíciles de conseguir ya que los hostigadores se aseguran de no dejar rastro, lo cual es un verdadero problema porque de no recogerse las suficientes pruebas todo el procedimiento judicial puede llegar a ningún sitio.
Para averiguar si hay consecuencias psicológicas por haber sido víctima de acoso sexual en el trabajo, se debe realizar una pericial psicológica. Se trata de un informe emitido por un psicólogo especialista en procedimientos judiciales y forenses. El psicólogo llevará a cabo un análisis empírico y objetivo sobre la víctima y su entorno laboral y personal, especificando en el informe los siguientes aspectos:
- El contexto laboral: puesto en la empresa, actividades que realiza, personas con las que trata…
- El contexto personal: edad, sexo, hijos, estado civil, responsabilidades familiares…
- Las implicaciones psicológicas del acoso para la persona afectada en su vida diaria
- Cómo afectan dichas consecuencias a su actividad profesional.
Para recabar toda esta información se entrevista a la víctima, haciéndole las pruebas psicológicas pertinentes. Una vez obtenida toda la información, se redacta un informe detallado sobre la situación laboral y personal del solicitante. Este informe es considerado un elemento probatorio de gran peso en los tribunales, pues sirven para demostrar de manera científica que la víctima ha sufrido acoso sexual en el trabajo y que esto le ha afectado psicológicamente.
Conclusiones
El acoso a mujeres en el trabajo es una realidad que afecta, sobre todo, a las mujeres. Este tipo de situaciones afectan muy negativamente a su rendimiento laboral, salud mental y relaciones personales, pero en muchas ocasiones no se atreven a denunciar ni activar el procedimiento para ponerle freno ante el miedo y la intimidación que han recibido de su hostigador, acompañado del temor de poder ser despedidas o recibir represalias en el puesto de trabajo.
A pesar de este miedo, lo cierto es que la denuncia es el método más eficaz para detener el acoso sexual laboral y hacer que quien lo ha cometido sea penalizado por ello con hasta 2 años de prisión en caso de demostrarse y según la gravedad del acoso. Si se va por la vía legal, se deben reunir todos los medios que prueben la situación vivida, información que servirá para elaborar un informe psicológico pericial que ayudará a la víctima a que se pueda hacer justicia.