Crisis de pareja por problemas de rutina: 5 posibles causas
Muchas veces, las crisis de pareja no se producen a partir de un evento que revela súbitamente que hay algo en la relación que no va bien.
Si bien los casos de infidelidad o las discusiones especialmente duras dan pie a algunos casos de ruptura que son recordados sobre todo por su carga dramática, lo cierto es que en la mayoría de los casos los problemas matrimoniales o de noviazgo llegan a través de un proceso gradual, pequeñas disfuncionalidades cuyo efecto se va acumulando con el paso de las semanas.
Todo este conjunto de señales de alerta suelen circunscribirse al ámbito de las rutinas de convivencia, aquellas situaciones aparentemente banales y frecuentes que surgen con el trato del día a día tanto dentro como fuera de casa.
En este artículo veremos un resumen de los principales problemas de rutina que pueden desencadenar una crisis de pareja, y lo que implican.
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Causas habituales de crisis de pareja por rutinas disfuncionales
Etas son algunas de las causas de crisis de pareja más habituales que surgen a partir de rutinas de convivencia disfuncionales, que producen un ambiente viciado e insatisfactorio.
1. Falta de variedad en los planes de ocio
Es habitual que una de las personas involucradas en la relación tenga una mayor preferencia que la otra por el hecho de vivir experiencias nuevas de vez en cuando.
Esto no es un problema si existe un diálogo constante acerca de cómo deben pasar el tiempo juntos, pero en algunos casos, este tipo de asimetrías en la relación de pareja dan paso a un problema que se acumula. Y es que cuando algo no se habla, implícitamente se da por sentado que la rutina queda validada, y esta pasa a ser la opción “por defecto”, aquello que se da por supuesto que hay que hacer a no ser que alguien diga lo contrario. Y muchas veces, aparece un cierto miedo a proponer romper con la rutina, ya sea por el miedo a tener que afrontar el problema de qué hacer con el tiempo libre, o por el miedo a revelar que aquello que se ha estado haciendo en pareja durante meses ha pasado a ser un tanto aburrido.
2. Asimetrías en el reparto de tareas
En muchas relaciones de pareja, hay alguien que siente mayor malestar si ve tareas aún por hacer, y que se encarga de realizarlas. Con el tiempo, esto hace que tenga una mayor carga de trabajo, y esta desigualdad queda normalizada por el simple hecho de que siempre ha estado ahí (mientras ha durado el periodo de convivencia). Abrir el melón de reasignar responsabilidades llega a convertirse en un motivo de preocupación, y por eso hay personas que prefieren “dejarlo para otro día”.
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3. Tabúes en el ámbito sexual
No es ningún secreto que el sexo es una fuente casi inagotable de tabúes incluso en nuestros días. Para muchas parejas, es algo de lo que apenas se habla. Y por supuesto, allí donde falla la comunicación, hay un caldo de cultivo para las frustraciones, las inseguridades e incluso el aburrimiento.
4. Tendencia a no enfocar las discusiones de manera resolutiva
Muchas parejas abordan las discusiones como una lucha de egos, un campo de batalla en el que lo único que importa es no quedar por debajo del otro. Esto hace que la parte más importante de este tipo de choque de voluntades quede eclipsada por los sentimientos de enfado, y que el acto de discutir se termine cuando una de las partes ya ha tenido suficiente y no quiere seguir exponiéndose a los reproches, y no cuando se ha llegado a una solución o a un acuerdo.
5. Falta de tiempo de calidad en pareja
Finalmente, otro de los elementos de la rutina que se presta más a generar crisis de pareja es la falta de tiempo juntos. Muchas veces es por una mala gestión del tiempo de trabajo, y otras es por simple costumbre de estar en habitaciones diferentes realizando actividades de tiempo libre que son solitarias.
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Referencias bibliográficas:
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