Cómo afrontar la muerte propia o la de nuestros seres queridos
A pesar de que somos conscientes de que nacemos, vivimos y debemos morir como parte del ciclo vital de nuestra existencia, la mayoría de las personas no estamos realmente preparadas para afrontar ese momento.
Durante nuestra vida estamos centrados en conseguir hitos, metas, objetivos y no nos paramos a pensar en nuestra muerte, debido en parte a la creencia implícita de que queda mucho tiempo por delante hasta ese momento.
Sin embargo, un día de nuestra vida podemos recibir una fatídica noticia y ser concientes del tiempo limitado que nos queda. Entonces, ¿por qué no adelantarnos y dedicarle más tiempo a este proceso de preparación personal?
Por este motivo, tanto si está en esa situación o no, le resultará muy interesante este artículo en el que poder empezar a afrontar la muerte como algo natural.
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¿Cómo afrontar nuestra propia muerte?
Tener miedo a la muerte es natural, cuando sabemos que se acerca el momento nuestros pensamientos y preocupaciones se centran mayoritariamente en ser conscientes de lo que vamos a perder: seres queridos, experiencias que disfrutábamos o teníamos planeadas y bienes materiales.
Surge una irremediable preocupación por los que se quedan, sintiéndonos culpables de las emociones y malestar que les ocasionará nuestra muerte. Y además, miedo al dolor, sufrimiento, pérdida de facultades como consecuencia de una enfermedad o un gran deterioro durante la vejez.
Afrontar la propia muerte supone un duelo, no deja de ser una pérdida. Existen diferentes fases, aunque es importante recalcar que las personas somos diferentes en base a nuestras experiencias, expectativas, creencias y habilidades de afrontamiento. Podemos pasar por todas las fases o por algunas, incluso volver a pasar varias veces por la misma.
1. Negación
Suele ser la primera reacción, no creemos que realmente nuestro final está cerca. Nos negamos esa realidad.
2. Ira
Situaciones de rabia, culpabilidad a uno mismo o a otras personas. Creemos que debe haber un culpable.
3. Negociación
Negociamos con nosotros mismos, nos realizamos promesas creyendo que si cambiamos algo podremos evitar nuestra muerte. Por ejemplo, un estilo de vida más saludable.
4. Depresión
Sentimos que ya no podemos hacer nada más y no tenemos motivación por intentar seguir ni disfrutar de nada. Aparecen sentimientos de vacío y desesperanza. Incluso podemos sentir injusticia porque nos ha tocado a nosotros y nos preguntamos porqué lo merecemos.
5. Aceptación
Llegar a esta etapa es lo más adaptativo del proceso de duelo personal. Disfrutamos de manera activa del tiempo que nos queda. Es posible que se necesite ayuda profesional para alcanzar esta etapa.
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¿Qué podemos hacer hasta que llegue el final?
Podemos seguir una pautas para amortiguar el sufrimiento que experimentamos y de esta manera acercarnos progresivamente a la fase de aceptación.
1. Identificar el miedo
Ser conscientes de que es lo que nos causa temor y preocupación, podemos hacer una lista que nos servirá para trabajar en esas cosas.
Expresar estas preocupaciones implicitas ayudará a entenderlas. Puede ser importante hablar con nuestros seres queridos o con un psicólogo/a que sabrá guiarte en el proceso como Verónica Valderrama Hernández de Psicoalmeria. Identificar y expresar nuestros miedos es reconfortante, vivimos inmersos en una sociedad donde parece tabú hablar de la muerte.
2. Agradecer nuestras vivencias
Consiste en recordar todas las experiencias positivas de nuestra vida y todas nuestras metas cumplidas. Sentir que hemos vivido, dándole más importancia a todo lo que hemos experimentado y menor valor a las cosas pendientes. Vivir con intensidad el presente y cada día hacer realmente lo que nos gusta.
3. Asuntos pendientes
Podemos hacer una lista con las situaciones pendientes que queramos resolver: resolver un conflicto con una persona importante, realizar un testamento, etc... Sentiremos tranquilidad al resolver estos asuntos y disminuirá nuestro sentimiento de culpabilidad o responsabilidad de lo que ocurrirá tras nuestra partida.
4. Ayudar a otras personas
Es gratificante ayudar y compartir con otras personas que lidian con la misma situación. Compartir nuestro punto de vista o perspectiva y empatizar con otros. Pueden ser muy útiles los grupos destinados a este tema.
Por último, es importante tener presente que cuando estemos muertos no vamos a sentir ni sufrir, no existirán todas las preocupaciones que tenemos antes de ese momento. Nuestro miedo es en vida, y es el que nos limita y resta tiempo de calidad antes del final.
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Ayudar a un ser querido en la fase final de la vida
Tras recibir la noticia de que un ser querido se encuentra en una etapa final de su vida, nos tocará lidiar inicialmente con un duelo personal. Una vez hayamos gestionado adecuadamente esa realidad mediante la aceptación, podremos ayudar a nuestro ser querido. A continuación, se exponen algunas pautas que son útiles para esta situación.
1. Su presencia
Será importante que su ser querido sienta que está cerca. A veces no es necesario hablar y será igualmente reconfortante una sonrisa, una caricia o estar al lado.
2. Hablar de la muerte
Muchas personas al final de la vida necesitan hablar de la muerte; si está preparado/a, será importante escuchar de manera activa. Evite cambiar de tema o restarle importancia, no solo no disminuirá el malestar del ser querido sino que además se sentirá más incomprendido.
En muchas ocasiones no es necesario ni dar respuestas ya que la persona en fase terminal podrá realizar preguntas a modo de reflexión, solo debe escuchar y reflexionar con ella, está realizando un proceso de integración y sentido al momento en el que se encuentra.
3. Atención psicológica
Puede que su ser querido necesite lidiar con todos los temores y preocupaciones que experimenta. Solicitar ayuda profesional será de gran ayuda.
4. Aislamiento
En ocasiones la persona que se encuentra en la fase final se aisla, evita la presencia de sus seres queridos o se niega a que les vea. Debe comprender que es un proceso natural que puede ocurrir, no se lo tome de manera personal. Es un proceso natural orientado a la desconexión con la vida.
El duelo tras la pérdida de un ser querido
Tras la pérdida de un ser querido iniciaremos un proceso necesario para poder entender e integrar todos los pensamientos, emociones y sentimientos que experimentamos. Finalmente, cuando terminemos el duelo, si se ha realizado de manera adaptativa, podremos lograr darle un propósito a la vida y una dirección con sentido. A continuación, se comentan algunas pautas que pueden ayudar durante un proceso de duelo:
1. Hablar de su ser querido
Reconforta hablar de él con personas cercanas o amistades. Sentir y recordar que ha estado en nuestra vida es necesario. No hablar o tratar de ocultar recuerdos podrá alejarnos de la realidad y aislarnos, pudiendo general un intenso malestar emocional.
2. Aceptación de los sentimientos
Experimentará muchos sentimientos como tristeza, rabia, agotamiento, frustración. Reconocerlos y nombrarlos le hará consciente de lo que experimenta y podrá aceptarlos como algo natural y necesario.
3. Cuídate
Será necesario hacer un esfuerzo pero deberá cuidarse (comer bien, hacer ejercicio y descansar). También le vendrá bien cuidar de otros familiares que lo necesiten.
4. Ayudar a otras personas
Compartir sus sentimientos y pensamientos con otras personas que lidian con la misma situación, es muy reconfortante.
5. Recuerde a ser querido en las fechas importantes
Podrá seguir integrando el recuerdo en su vida y recordando a su ser querido junto con otras personas importantes.
6. Ayuda profesional
Si siente que la situación es insostenible, no está solo/a, acuda a un profesional de la psicología. Un duelo adaptativo es importante para continuar con nuestra vida.
Si está pasando por estas situaciones, puedo acompañarle y ayudarle. Soy Verónica Valderrama Hernández de Psicoalmeria, como psicóloga le enseñaré a trabajar de una manera más adaptativa el temor, la ansiedad o el sentimiento de culpa.
Si usted o algún familiar cercano necesitan lidiar con la pena relacionada con la muerte, con mi apoyo, formación y experiencia conseguirá desarrollar la resiliencia y estrategias psicológicas necesarias para amortiguar los sentimientos negativos.