Cómo hablar en una entrevista de trabajo: 7 consejos útiles
Las entrevistas de trabajo son casi siempre situaciones complejas en los que fácilmente pueden aparecer las dudas y la ansiedad. Por supuesto, todo depende de la personalidad de cada uno y del contexto que se haya estado viviendo durante los días previos, pero pasar por un proceso de selección que podría cambiar significativamente cómo será nuestra vida en los próximos meses, es algo capaz de poner los nervios a flor de piel.
En este artículo veremos algunos consejos sobre cómo hablar en una entrevista de trabajo a partir de pautas relativamente sencillas y fáciles de recordar.
- Artículo relacionado: "Entrevistas de trabajo: 8 preguntas trampa (y cómo gestionarlas con éxito)"
Cómo hablar durante una entrevista de trabajo
Por mucho que seas una persona que normalmente no tiene demasiados problemas para socializar ni entablar un diálogo en contextos no formales, es posible que le tengas miedo a la posibilidad de quedarte en blando, de decir algo inapropiado, o de no saber darte a entender en una entrevista de trabajo. Buena parte de estos problemas surgen a partir de la ansiedad y el miedo que produce la incertidumbre y las dudas de no saber qué hacer.
Por eso, seguir una serie de pautas acerca de cómo hablar en una entrevista de trabajo puede ayudarte. A continuación encontrarás varias ideas clave a aplicar en esa fase del proceso de selección de personal.
1. No abuses de las muletillas
Utilizar expresiones informales no está totalmente prohibido, pero dado que te interesa mostrar tu faceta más profesional, es bueno moderar su uso. Por otro lado, utilizar alguna de ellas de manera muy puntual y dando muestras de que eres consciente de que su uso es una especie de licencia para darte a entender, normalmente transmite una impresión de honestidad y transparencia, siempre que no se base en un lenguaje soez.
2. Evita las divagaciones
Las respuestas ambiguas y poco clarificadoras, explicando ideas secundarias y de poco interés o poco relacionadas con lo que se nos ha preguntado, es siempre algo negativo.
Por consiguiente, incluso si la pregunta que debemos contestar nos pone en una situación incómoda, es preferible dar una respuesta clara a inventarse excusas para no dar la información que se nos pide. De ese modo, por lo menos daremos muestras de honestidad, mientras que si nos andamos por las ramas, además de parecer poco dispuestos a colaborar, los entrevistadores acostumbran a imaginarse la peor de las respuestas posibles.
- Quizás te interese: "Entrevistas de trabajo: Los 10 errores más frecuentes"
3. No te aceleres en el ritmo del habla
Este es uno de los consejos más importantes a la hora de saber cómo hablar en una entrevista laboral, porque optar por este estilo comunicativo ofrece dos ventajas.
Por un lado, hablar de un modo más pausado hace que adoptemos un estado mental y fisiológico más calmado, y al mismo tiempo será menos probable que aparezcan problemas como trabarse combinando las palabras o quedarse con la boca seca, fenómenos que pueden hacernos sentir más inseguros. En definitiva, mejora la calidad de la comunicación, siempre que no se hable de un modo extremadamente lento. La clave está en no abalanzarse al pronunciar las palabras., más que en hacer pausas muy largas entre ellas.
Por otro lado, ayuda a enmascarar los momentos en los que dudamos acerca de qué decir. Pero cuidado, recuerda que hay que evitar irse por las ramas, y tardar demasiado en responder puede ser interpretado como una variante de la divagación.
4. Apóyate en el lenguaje no verbal
Es importante que los nervios que vayas a experimentar no limiten tu movilidad. Por eso, acompaña lo que digas con algunos gestos con las manos, si bien estos deberían ser más bien sutiles y no quitarle protagonismo a tus palabras (además, al sentarse frente a una mesa, el rango de movimiento de los brazos queda limitado).
Además, es bueno que entrenes para trabajar la riqueza de tu lenguaje no verbal en lo que respecta a la tonalidad y la musicalidad de tu manera de hablar. El objetivo es evitar el uso de un tono demasiado monótono, muy típico en algunas personas que quieren adaptarse a un estilo comunicativo muy formal. Eso sí, evita memorizar de manera consciente partes de lo que quieres decir acompañadas de cierta manera de entonar, o quedará muy artificial. Debe surgir de manera espontánea, sin que le dediques esfuerzos.
Por otro lado, es muy importante mirar a los ojos y proyectar bien la voz, sin que quede muy apagada por la timidez o la inseguridad. Esto es algo que mucha gente domina incluso en las conversaciones en las que hay un cierto grado de ansiedad, pero en algunos casos es algo que hay que trabajar.
5. Guárdate las preguntas para el final
Es importante mostrar interés en la oferta de trabajo y formular algunas preguntas sobre lo que nos genere curiosidad o necesitemos saber. Sin embargo, es preferible no realizar esas preguntas justo cuando surgen, sino recordarlas y exponerlas al final de la entrevista. De este modo no romperemos el ritmo del diálogo.
6. Haz referencias al CV
Si apoyas lo que vas explicando haciendo referencias a la información contenida en tu currículum, el entrevistador o entrevistadora lo tendrá más fácil para atar cabos y saber de qué estás hablando. Recuerda que el modo en el que te des a entender también tiene un impacto en el modo en el que te vayan a valorar.
7. Céntrate en tu experiencia laboral y formativa
Recuerda que, a no ser que introduzcan otros temas, estos dos aspectos son los que más interesan a las personas encargadas de llevar a cabo el proceso de selección. No cambies de tema a no ser que tengas una muy buena excusa para ello, y si lo haces, procura que no te lleve mucho tiempo explicarlo.