Bloqueo del escritor: 4 consejos para reparar la inspiración
El bloqueo del escritor es uno de los fenómenos más desagradables por los que puede llegar a pasar la mayoría de personas que deban escribir de manera creativa con cierta frecuencia. Además, se trata de una experiencia frustrante, ya que crea la ilusión de que se es incapaz de avanzar lo más mínimo con la redacción del texto, y esto complica aún más las cosas, creándose un círculo vicioso.
Está claro que el bloqueo del escritor no puede ser solucionado en cuestión de segundos, pero sí existen ciertas estrategias que pueden ser utilizadas para maximizar las posibilidades de que vuelva la inspiración.
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¿Por qué aparece el bloqueo del escritor?
El bloqueo del escritor es, como su nombre indica, el fenómeno que ocurre cuando alguien que debe escribir un texto original (independientemente de su extensión) se ve incapaz de escribir aunque sea unos pocos párrafos que cumplan con unos mínimos de coherencia interna o de interés.
Es, en definitiva, la falta de ideas concretas de las que partir para escribir algo. Una persona puede tener más o menos claro de qué quiere hablar, pero las palabras, simplemente, no fluyen. Puede ocurrir incluso en las personas más creativas, ya que la inspiración es algo profundamente contextual, no surge de manera individual desde dentro de cada uno. El entorno, lo que se está haciendo y lo que se está pensando sobre lo que se está haciendo, son elementos que influyen mucho.
Por lo general, el bloqueo del escritor es algo que se basa mucho en la sugestión y en el fenómeno conocido como profecía autocumplida: el hecho de pensar sobre lo que está ocurriendo y categorizarlo como un bloqueo hace que el problema se complique un poco más, dado que esto afecta al sentimiento de autoeficacia y hace que aparezca una cierta ansiedad que puede terminar reclamando la atención que debería estar destinada a lo creativo.
Así pues, hay que tener claro que el bloqueo del escritor puede deberse a muchas cosas, pero nunca se debe a la imposibilidad de escribir algo creativo u original: esto es algo que puede ser hecho por prácticamente cualquier persona con capacidades cognitivas no afectadas. El problema no está en la falta de cosas que decir, sino en otras cosas que tienen que ver con dos procesos paralelos: la falta de referentes, y las distracciones.
Consejos para recuperar la inspiración
Es algo que se diferencia cualitativamente del resto de dificultades que tienen que ver con la escritura. Si se está cansado, se escribe más lento; si no se tiene tiempo, se piensa sobre lo que se va a escribir o se toma notas aquí y allá, pero si aparece el bloqueo del escritor, no se avanza prácticamente nada al intentar ponerse creativo.
Así pues, allí donde se da este tipo de bloqueo hay una incapacidad para tener un buen punto de partida desde el que pueda partir un texto. Los esfuerzos para solucionar esto deben estar centrados en proveer de este apoyo fundamental que, una vez superado, dé paso a una fase en la que escribir es mucho más fácil. Veamos varias pautas a seguir.
1. Decide tu estrategia: jardinero o arquitecto
Según el famoso escritor George R. R. Martin, hay dos tipos de escritores: los arquitectos y los jardineros. Los primeros planean primero la estructura fundamental de aquello que quieren explicar y luego lo plasman en palabras, y los segundos empiezan con un elemento narrativo y, a partir de eso, van desarrollando un texto, de manera muy espontánea, a partir de lo que les va sugiriendo lo que escriben.
Tener claro de cuál de estas dos estrategias se parte es muy útil. Elige una y sé fiel a ella, ya que de otro modo la simple duda acerca de cuál seguir te hará perder más tiempo y te frustrará más.
2. Busca faltas de motivación
Es posible que parte del bloqueo del escritor que experimentas se deba a que lo que crees que vas a escribir no te motive, por lo que no se surge espontáneamente el deseo de enfrentarte a ese reto creativo, dado que requiere una cierta cantidad de esfuerzo. Si es así, busca pequeños elementos que sí te interesen y que crees que pueden encajar bien y enriquecer el texto, e inclúyelos, o haz que uno de ellos forme parte de ese “arranque” para las primeras líneas.
3. Posterga tu perfeccionismo y escribe (casi) cualquier cosa
No se puede ser perfeccionista con algo que no existe porque aún no ha sido creado. Sin embargo, los efectos de un exceso de perfeccionismo sí se hacen notar desde antes de empezar a escribir: concretamente, hace más difícil el comienzo. Por eso, es bueno rebajar mucho el mínimo de calidad exigido para las primeras líneas.
Probablemente lo que surja será muy imperfecto, pero por lo menos ya aportará una base para edificar el resto del texto. Incluso si nada de lo que se crea en la primera sesión de escritura sobrevive al final del proceso creativo, habrá tenido un gran valor.
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4. Desconecta totalmente
Otra opción es dejar de obsesionarse con escribir y hacer cualquier otra cosa, especialmente si es algo relajante y en un entorno en el que sea fácil desconectar. De esta manera la angustia por el bloqueo del escritor disminuirá, y será más fácil enfrentarse a esta tarea en el futuro.