Tópicos Infancia Aprendizaje Trastorno

4 mitos sobre las dificultades del aprendizaje


En general, cuando decimos que un/a menor tiene dificultades del aprendizaje, automáticamente aparece en nuestra mente una serie de ideas preconcebidas acerca de cómo será el niño o la niña en cuestión, así como su trayectoria académica y profesional.

Desde esta visión, en lugar de acompañarles de forma adecuada, el juicio negativo que reciben desde su entorno más cercano puede influirles negativamente en su desarrollo académico y personal.

Por tanto, es fundamental conocer cuáles son las señales de alarma que podemos observar y, en lugar de quedarnos con esa imagen negativa, realizar un análisis y evaluación más profunda para entender qué les está ocurriendo y saber cómo ayudarles.

Para ello, nos gustaría desmontar algunas de las creencias o mitos que hay alrededor de las personas con dificultades del aprendizaje.

Mitos sobre las dificultades del aprendizaje muy dañinos

La que verás a continuación son varias creencias erróneas de las que conviene desprenderse.

1. "Se comporta muy mal, solo le interesa llamar la atención"

El mal comportamiento es la principal señal de alarma de diferentes trastornos del neurodesarrollo, entre ellos, aquellos que están relacionados con el aprendizaje. Cuando un/a menor presenta comportamiento disruptivo, es necesario valorar si hay algo más allá que le pueda estar afectando.

Por ejemplo, si un niño está teniendo dificultades en la adquisición del lenguaje, es probable que cuando sus compañeros/as de colegio quieran decirle algo no les entienda y puede actuar de forma inadecuada con ellos/as (empujando o pegando) para conseguir lo que quiere. Por tanto, no debemos quedarnos en la superficie y juzgar a este niño únicamente por su comportamiento, sino ayudarle a desarrollar habilidades de comunicación que favorezca la interacción con los iguales.

2. "No se esfuerza, es muy vago/a"

Los trastornos del neurodesarrollo pueden afectar de diversas formas al proceso de aprendizaje de un niño o una niña, haciéndolo más complejo. Así pues, si tienen dificultad para adquirir o desarrollar el lenguaje, mantener la atención, organizar la información o comprender conceptos abstractos, entre otros aspectos, cuando se enfrentan a las tareas escolares el esfuerzo que realizan es muy grande, pero en muchas ocasiones no llegan al resultado esperado.

Por tanto, después de estar realizando esfuerzos que no son reconocidos ni recompensado, llegan a la conclusión de que es mejor no esforzarse verbalizando ellos/as mismos/as “¿para qué si no voy a conseguir aprobar?”.

Creencias erróneas sobre las dificultades de aprendizaje

3. "Pasa de todo, no quiere estudiar"

Teniendo en cuenta la idea anterior, si un niño o una niña está esforzándose durante un tiempo sin obtener resultados satisfactorios, la emoción que siente constantemente es la frustración.

Con el paso del tiempo, esta frustración puede ir generándoles inseguridad y construyendo la idea de “incapacidad”, aspecto que en determinadas ocasiones les lleva al abandono escolar.

Por tanto, es fundamental entender que niños, niñas y adolescentes con dificultades del aprendizaje sí quieren aprender, pero no pueden hacerlo de la misma manera; es decir, necesitan otra metodología o adaptar el ritmo de aprendizaje.

4. "No va a conseguir nada en la vida"

Asumir que un niño o una niña que tiene dificultades de aprendizaje va a fracasar escolarmente y, por tanto, su desarrollo profesional no va a ser fructífero, es uno de los mayores errores.

El hecho de tener una dificultad en el proceso de aprendizaje no implica que no tenga capacidad para adquirir los conocimientos y habilidades necesarias para superar las diferentes etapas académicas y elegir a qué se quiere dedicar. La única diferencia es la forma en la que necesitan realizar dicho proceso, por tanto, la fórmula debe ser facilitarles estrategias y herramientas con las que puedan compensar sus puntos débiles.

En conclusión...

Los niños y las niñas con dificultades del aprendizaje, más allá de las adaptaciones que requieran en el proceso de aprendizaje, necesitan ser entendidos y acompañados emocionalmente para que el desarrollo de su identidad sea adecuado.