Las 10 diferencias entre psicópata y psicótico
La mente es un objeto de estudio complejo, que ciencias como la psicología y la psiquiatría tratan de explicar, y aún más cuando nos enfrentamos con condiciones que dificultan el funcionamiento de la persona o que provocan malestar y sufrimiento.
De cara a intentar analizar las particularidades de estos tipos de funcionamiento y trastornos mentales, se ha generado un vocabulario rico y variado, pero que en ocasiones para quienes no acostumbran a manejar tales términos pueden resultar confusos. Un ejemplo de ello se da entre los términos psicótico y psicópata, que más allá de semejanzas fonéticas poco tienen en común.
Veamos en qué se diferencian los términos psicópata y psicótico, a lo largo de este artículo. Porque no, no significan lo mismo.
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¿Qué es un psicópata?
Para empezar a poder estipular la existencia de diferencias entre ambas condiciones, resulta de utilidad hacer una pequeña definición de cada una de ellas y sus características principales.
Recibe el nombre de psicopatía una condición en la que las personas manifiestan una destacable falta o ausencia de empatía, desapego emocional, ausencia de culpa e insensibilidad a las necesidades y sentimientos ajenos, tendencia a la mentira y al engaño, así como a la consecución de su propia gratificación independientemente de sus consecuencias, inestabilidad, estilo de vida parasitario con su entorno, impulsividad, irresponsabilidad, incapacidad para seguir y mantener un plan de vida, poco control conductual y poco respeto por las normas sociales.
También suele existir una esfera emocional muy restringida y volátil, a menudo siendo clasificadas sus emociones como proto-emociones.
Además, destacan por una elevada capacidad de seducción y manipulación. Por lo general las demás personas suelen serles indiferente (si bien en algunos casos sí pueden llegar a sentir respeto o estima por personas muy concretas y allegadas) y a menudo son vistos como medios para alcanzar sus fines
Aunque la psicopatía es especialmente conocida por casos de asesinos en serie y otros crímenes de sangre, lo cierto es que no todo psicópata tiene un comportamiento beligerante y criminal. Existen también psicópatas ajustados, los cuales por lo general tienen tendencia a buscar posiciones de poder y suelen encontrarse en las altas esferas del ámbito empresarial o incluso a nivel político.
Es habitual asimismo que ya desde la infancia se manifiesten algunas conductas poco usuales, como el maltrato y mutilación de animales.
Aclarando el término psicótico
Cuando hablamos del término psicótico estamos haciendo referencia a un tipo de alteración o trastorno mental caracterizado principalmente por la presencia de una ruptura o escisión de la mente o psique con la realidad, el cual configura junto a las neurosis uno de los principales grandes grupo de tipos de trastorno mental.
Quienes padecen un trastorno de tipo psicótico sufren algún tipo de condición en que por lo general se sufren engaños perceptivos, es decir percepciones sin objeto real que son en el fondo una proyección mental que se percibe como procedente del exterior. Estas alteraciones de la percepción es lo que denominamos alucinaciones.
Asimismo es habitual que, a menudo derivadas de tales percepciones, aparezcan delirios: creencias o ideas falsas y poco verosímiles en relación a la realidad o parte de ella que se mantienen con convicción y que resultan muy resistentes al cambio, independientemente de la existencia de pruebas en contra o de la falta de apoyo por parte del medio.
Alucinaciones y delirios son algunos de los síntomas más habituales y conocidos de los trastornos psicóticos, pero en dicho tipo de trastorno pueden aparecen otros síntomas tales como fuga de ideas, incoherencia y pérdida de lógica en el pensamiento, labilidad emocional muy elevada, alteraciones conductuales, problemas de atención, disminución de la capacidad de raciocinio, catatonia, aplanamiento afectivo, agitación, logorrea, anhedonia y/o dificultades sociales.
Se trata de un tipo de trastorno mental severo que genera gran impacto y alteración en la vida de quien lo sufre y que suele aparecer en forma de brotes, pero que si bien no cuenta con un tratamiento curativo sí puede ser tratado de tal manera que se puede llevar una vida normal.
Diferencias entre psicópata y psicótico
Los conceptos de psicópata y psicótico a veces son confundidos a nivel fonético, pero como hemos visto no tienen a nivel conceptual una gran semejanza entre sí. Es por ello que podemos encontrar un gran número de diferencias entre los términos psicópata y psicótico, algunas de las cuales se indican a continuación.
1. Alucinaciones y delirios
Una de las diferencias entre las personas con psicopatía y quienes padecen trastornos psicóticos puede observarse en una de las condiciones clave de los segundos: la presencia de alucinaciones y delirios.
Si bien la presencia de engaños perceptivos o alucinaciones y/o ideas delirantes son uno de los principales criterios que nos hablarían de un trastorno de tipo psicótico, estas no se encuentran presentes entre los psicópatas, los cuales no padecen ningún tipo de alteración perceptiva.
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2. Capacidad de empatía
Otra de las principales diferencias la encontramos en una de las características distintivas de la psicopatía: la ausencia de empatía. Los psicópatas se caracterizan principalmente por la ausencia o bien una capacidad mínima de la capacidad de ponerse en el lugar del otro, entenderle y sentir sus emociones y sentimientos.
Sin embargo, esta ausencia de empatía no se encuentra entre las características definitorias de los trastornos psicóticos (aunque en algunos casos puede darse, y especialmente cuando hay deterioro cognitivo asociado).
3. Ruptura con la realidad
La esquizofrenia y el resto de trastornos psicóticos se entienden como alteraciones que provocan una ruptura de la mente del paciente con la realidad que lo rodea, de manera que la persona se encuentra en una situación que les impide actuar de manera consecuente con dicha realidad.
Esto no ocurre con los psicópatas, cuya apreciación de la realidad a nivel cognitivo es en casi todos los casos bastante clara.
4. Emocionalidad
Otro aspecto diferencial entre psicópata y psicótico lo podemos observar a nivel emocional. Concretamente, el psicópata tiene una emocionalidad que aunque no está vacía de contenido suele ser superficial y poco profunda, a menudo considerándose que experimentan proto-emociones o emociones muy básicas sin llegar a desarrollar plenamente esta esfera.
El paciente psicótico en este sentido puede ser mucho más variable: es posible que sea extremadamente lábil y experimente emociones muy intensas de manera repentina, o bien en otros casos puede encontrarse un aplanamiento afectivo y una anhedonia muy marcadas (si bien antes de dichas alteraciones experimentaban un gama más amplia de emociones)..
5. Imputabilidad
Debido precisamente a lo comentado en el punto anterior, en caso de proceso judicial psicópata y psicótico tienen distinta consideración legal ya que parten de puntos distintos.
Y es que cuando en una persona con un problema de tipo psicótico se desencadena un brote, su percepción del mundo se altera de tal modo que pueden llegar a emitir respuestas que no tendrían de no existir dichas alteraciones perceptivas.
Así, algunos de sus actos pueden estar completamente al margen de su voluntad. Ello podría hace que en un proceso penal en que se demostrara que actuaban bajo los efectos de un brote psicótico pudieran ser considerados no imputables.
Por contra, el sujeto psicópata tiene una clara conciencia a nivel cognitivo de lo que sucede a su alrededor y posee una capacidad volitiva suficiente como para ser consciente de lo que hace en todo momento.
Así pues, en el caso de los psicópatas estaríamos en casi todos los casos ante sujetos imputables de cualquier delito que cometan, pues gozan de completa capacidad para decidir y entender su conducta y consecuencias (si bien a nivel cognitivo y no emocional).
6. Dificultades de adaptación a la sociedad
Aunque esta diferencia hoy en día no es tan notoria ya que el avance de los tratamientos para los trastornos psicóticos permiten llevar una vida normotípica, una de las principales diferencias que existen entre ambos conceptos se encuentra en su diferente capacidad de adaptación a la sociedad.
Por norma general, la población con algún tipo de trastorno psicótico suele sufrir algún tipo de problema de adaptación social ya sea debido a la sintomatología o al estigma social que aún genera este tipo de trastorno.
Sin embargo, en el caso de los psicópatas estos suelen estar mucho mejor adaptados y ser aceptados por la sociedad, aunque sea únicamente a nivel superficial. De hecho, si bien existen subtipos de psicopatía en los que existe retirada social, por lo general se ha hallado que una gran cantidad de personas con psicopatía son altamente seductores y carismáticos (aunque su interacción personal suele ser muy superficial y utilitarista).
7. Aspecto físico
Aunque este punto es un tanto relativo dado que depende de muchos factores, en algunos casos se puede observar que mientras que las personas con trastornos psicóticos los afectados suelen dejarse y descuidar su imagen personal (especialmente cuando existe deterioro cognitivo), los psicópatas tienden por el contrario a ser extremadamente cuidadosos con ella, en parte debido la presencia de sentimientos de autovalía y grandiosidad y en parte a que ello facilita su tendencia a seducir y emplear a los demás como instrumentos.
8. Dificultades y alteraciones cognitivas
Además de las anteriores otro de los puntos en que ambos problemas difieren se encuentra en el hecho de que mientras que quien es psicópata tiene una cognición general conservada y no tiene problemas a nivel cognitivo, en los trastornos psicóticos dependiendo del caso se observan síntomas negativos, que suelen implicar un cierto deterioro a nivel mental (empobrecimiento del habla y del pensamiento, pérdida de coherencia y de lógica…).
También es algo muy habitual de la población con trastorno psicótico manifestar alteraciones a nivel atencional en comparación con la población no clínica.
9. Trastorno mental o no
Una última diferencia fundamental entre psicópata y psicótico lo encontramos en el hecho de que estemos o no ante un trastorno mental. En el caso de los trastornos psicóticos, resulta claro que estamos ante un trastorno o alteración psíquica que altera en gran medida el comportamiento y la percepción de quien lo padece y que genera sufrimiento y limita su funcionamiento habitual.
Sin embargo, y a pesar de que existen alteraciones como la incapacidad para la empatía y el compromiso, la inestabilidad y una emocionalidad muy limitada, la psicopatía no es considerada un trastorno mental per se.
10. Tratamiento
Aunque ninguna de las dos condiciones tiene en la actualidad un tratamiento “curativo”, lo cierto es que también difieren en lo que se puede conseguir a nivel terapéutico.
Aunque ambos son trabajables, en el caso de los trastornos psicóticos el uso de medicación y el seguimiento de las prescripciones médicas combinadas con psicoterapia pueden ayudar en gran medida a que estas personas puedan llevar una vida normal, e incluso libre de sintomatología.
En lo que respecta a la psicopatía, si bien se plantean y se llevan a cabo diversos tratamientos que pueden manifestar cierta utilidad suele tratarse de una condición considerada irreversible en el que aún no se han encontrado metodologías que permitan generar grandes cambios.
En algunos casos se ha conseguido incrementar la capacidad de empatía mediante entrenamiento y algunas conductas han conseguido modificarse, si bien por lo general es a un nivel más cognitivo que sentido.
Sin embargo, por lo general los psicópatas suelen tener una alta resistencia a la realización de terapias, además de observarse un elevado grado de manipulación de la situación y la terapia por parte de estos.
Referencias bibliográficas:
- Buckels, E. E.; Jones, D. N.; Paulhus, D. L. (2013). "Behavioral confirmation of everyday sadism". Psychological Science. 24 (11): 2201 - 2209.
- Marcus, D. K.; John, S. L.; Edens, J. F. (2004). A Taxometric Analysis of Psychopathic Personality. Journal of Abnormal Psychology 113 (4): 626-35.