Inteligencia musical, la capacidad eternamente infravalorada
Hace ya décadas que el concepto de inteligencia tiene un fuerte impacto en la vida del ser humano.
Los test de CI se aplican en la selección de personal y en los ámbitos escolares, el hecho de obtener una puntuación u otra en uno de ellos puede tener un gran impacto en la autoestima y, además, estas medidas son un buen predictor de estatus económico y esperanza de vida.
Sin embargo, algunos psicólogos creen que no hay una sola medida de intelecto, sino muchos tipos de inteligencia, y algunos están muy minusvalorados. La inteligencia musical sería un ejemplo de esto.
¿Qué es la inteligencia musical?
La inteligencia musical pertenece al modelo de inteligencias múltiples divulgado por el psicólogo estadounidense Howard Gardner, y es un concepto que alude a las capacidades y sensibilidades que tienen que ver con la sensibilidad musical, a la hora de producirla y de percibirla como tal con todos sus matices.
Es totalmente independiente de la capacidad auditiva, y por tanto atañe solo a la capacidad de procesar la información sonora de piezas musicales simples o muy complejas, y tampoco tiene por qué estar plasmada en géneros musicales concretos. Lo que define a la inteligencia musical es la total libertad para crear y apreciar la música.
¿Cómo son las personas con inteligencia musical?
Alguien con inteligencia musical es especialmente hábil a la hora de detectar matices en las melodías, pensar en términos de ritmo, timbre y tono y distinguir sonidos similares que suenan por separado o a la vez. A su vez, también lo tendrán más fácil para expresarse musicalmente, ya sea componiendo piezas musicales interpretadas por ellos mismos o dirigiendo un conjunto musical en el que hay que tener en mente muchos elementos de la pieza que se quiere interpretar.
La inteligencia musical puede desglosarse en varias habilidades. Estas competencias se tienen en un grado relativo, y no tienen que ver con una capacidad perfecta y absoluta para llevarlas a cabo. Aquí hay algunas de ellas, a modo de ejemplo.
- Sensibilidad a la hora de identificar el ritmo, el tono, la melodía y el timbre de una pieza musical.
- Relativa facilidad a la hora de componer o interpretar piezas musicales originales, y a la hora de reproducirlas o adaptarlas teniendo como referencia otra pieza musical.
- Facilidad para encontrar recursos con los que plasmar estados emocionales o ideas a través de la música.
- Facilidad para reconocer piezas musicales enmascaradas que parecen ser simple ruido.
- Habilidad para reconocer los diferentes géneros musicales que influyen en una pieza musical.
- Facilidad para crear melodías haciendo sonar varios objetos de manera improvisada.
La inteligencia musical se educa
Según Howard Gardner, la inteligencia musical es uno de los primeros tipos de inteligencia en aparecer a lo largo del desarrollo y crecimiento de las personas, estando presente en los primeros meses de vida. Por tanto, su existencia no depende de si hemos recibido educación formal en música o no, y mucho menos de si sabemos solfeo. Sin embargo, si se quiere mejorar significativamente en inteligencia musical llega un punto en el que es necesario practicar y dedicar horas a la semana en formarse de manera sistemática.
Esto, sumado al hecho de que la inteligencia musical podría estar muy vinculada con la inteligencia lógico-matemática y las habilidades relacionadas con el pensamiento creativo, hace que ciertos colectivos reivindiquen la necesidad de que en las escuelas se dediquen esfuerzos a ayudar a mejorar este tipo de inteligencia utilizando programas de estimulación de la inteligencia musical. También se están haciendo esfuerzos para divulgar ejercicios con los que los padres pueden educar a los más pequeños e inteligencia musical desde sus primeras semanas y según las etapas de crecimiento que atraviesen.
Una reflexión final
La idea de las inteligencias múltiples popularizada por Howard Gardner, es tan amada como odiada. El hecho de que sea una clasificación de distintas habilidades mentales le ha valido las críticas de quienes creen que la inteligencia puede ser explicada estudiando un único factor de inteligencia (el factor G de Spearman). Sin embargo, también abre la puerta a entender el intelecto como algo más amplio de lo que miden los test de CI convencionales.
La inteligencia musical es uno de los grandes contrapuntos que el modelo de las inteligencias múltiples pone encima de la mesa: una inteligencia que es legítima por el simple hecho de pertenecer a la faceta artística y creativa del ser humano, a pesar de no ser aplicable al engranaje laboral y productivo como la inteligencia lógico-matemática.