Focusing: la psicoterapia corporal de Eugene Gendlin
Las psicoterapias corporales aparecieron a mediados del siglo pasado como reacción a la hegemonía del conductismo, el psicoanálisis y el humanismo, que dejaban de lado las sensaciones físicas, un elemento fundamental de la experiencia humana.
La herramienta llamada “Focusing”, desarrollada por Eugene Gendlin, es una de las psicoterapias corporales más conocidas, junto con la vegetoterapia caracteroanalítica de Wilhelm Reich y el análisis bioenergético de Alexander Lowen.
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Biografía de Eugene Gendlin
Eugene Gendlin nació en Viena en 1926; su nombre original era “Eugen Gendelin”, aunque posteriormente lo anglosajonizó. Su familia emigró a los Estados Unidos cuando era pequeño para escapar de la persecución de los nazis.
Después de obtener un doctorado en Filosofía en la Universidad de Chicago en 1958, enseñó en esta universidad entre los años 1964 y 1995. El existencialismo y la fenomenología fueron las dos corrientes en las que se centró. Aunque no obtuvo titulaciones en Psicología, Gendlin se convirtió en un experto en la materia a lo largo de su formación.
Durante sus estudios en la Universidad de Chicago Gendlin conoció a Carl Rogers, fundador de la terapia centrada en el cliente y uno de los impulsores del paradigma humanista en psicología. Si bien Gendlin tuvo a Carl Rogers como profesor, la influencia de estos autores en el otro fue recíproca.
Además de escribir diversos libros que contienen sus propuestas terapéuticas, por las que fue reconocido por la American Psychological Association en 1970, 2000 y 2001, Gendlin fue fundador y editor de la revista Psychotherapy: Theory Research and Practice. Murió el 1 de mayo de 2017, a los 90 años.
En las décadas de 1950 y 1960 Gendlin desarrolló su aportación más relevante a la psicoterapia: el Focusing, una herramienta con la que pretendía ayudar a los clientes a conectar con sus experiencias corporales. Esta técnica no verbal se enmarca dentro del grupo de terapias que conocemos como “psicoterapias corporales”.
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Las psicoterapias corporales
A lo largo del siglo XX aparecieron diversas terapias que reclamaban una mayor atención a las sensaciones físicas, que habían sido dejadas de lado por la psicología clínica. En particular, la predominancia del psicoanálisis y del conductismo había hecho que se atendiera de forma casi exclusiva a los contenidos mentales y al comportamiento observable.
Para los teóricos de la terapia corporal, entre los que destacan Wilhelm Reich, Alexander Lowen y el propio Gendlin, la identidad humana se centra en el cuerpo, que constituye su base y su núcleo. A partir de nuestras vivencias corporales construimos la personalidad y percibimos el mundo que nos rodea.
Aunque en los últimos años las psicoterapias corporales han recuperado vigencia por la mayor focalización de la psicología clínica en el aspecto sensorial de la experiencia humana, estas intervenciones siguen siendo vistas como acientíficas por una parte significativa de la comunidad psicológica.
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El Focusing y la “sensación sentida”
Durante su colaboración con Carl Rogers, Gendlin empezó a teorizar sobre la existencia de un tipo de experiencia que denominó “sensación sentida” (“felt sense”). Concretamente detectó que el mantenimiento de las mejoras en los pacientes se relacionaba conc que pudieran acceder a una sensación corporal global en torno al problema que les hizo acudir a terapia.
Para Gendlin, las sensaciones sentidas se relacionan con la conciencia corporal del proceso vital en un momento determinado. Según este autor, todas las personas podemos acceder a estas sensaciones generales sobre la satisfacción de nuestro organismo con las condiciones actuales de nuestra vida, si bien es más sencillo hacerlo con entrenamiento.
Con este propósito desarrolló el Focusing, el método terapéutico que constituiría el núcleo de su carrera. Aunque su objetivo inicial era aplicarlo a la intervención clínica para mejorar los resultados de la terapia, las investigaciones al respecto mostraron que podía ser útil en otros contextos; con el tiempo esto convirtió al Focusing en una herramienta popular.
Los 6 pasos del Focusing
En su libro “Focusing”, publicado en 1978, Gendlin describió seis pasos para acceder a una emoción sentida y utilizarla para la reducción de síntomas psicológicos y el desarrollo personal.
1. Despejar un espacio
En primer lugar hay que relajarse y prestar atención a la experiencia corporal interna. A continuación hay que preguntarse “¿Cómo está yendo mi vida? ¿Qué es lo más importante para mí en este momento?” y detectar las sensaciones que aparecen, dejando fluir las respuestas. Si aparecen sentimientos de preocupación, debe mantenerse una distancia emocional.
2. Identificar una sensación sentida
El siguiente paso consiste en seleccionar uno de los problemas vitales que hayan surgido con el ejercicio anterior; sin embargo, no hay que “entrar” en él, sino continuar manteniendo la distancia. El objetivo en este momento es notar el sentimiento global, todavía indeterminado, que surge de las múltiples sensaciones individuales que aparecerán.
3. Manejar la sensación sentida
En este punto la meta pasa a ser encontrar un “asidero”, es decir, una palabra, frase o imagen que represente la sensación sentida en su conjunto. Este asidero debe calificar de forma precisa a la sensación sentida.
4. Resonar
“Resonar” consiste en alternar el foco de atención entre el asidero que hayamos escogido y la sensación sentida para comprobar si el primero representa de forma verdaderamente fiel a la segunda. Si cualquiera de estos dos elementos cambia de forma espontánea, hay que permitir que lo hagan hasta que el encaje entre ambos sea perfecto.
5. Hacer preguntas
A continuación tendrás que hacerte una pregunta: ¿qué es lo que otorga esta cualidad (el asidero) a mi problema en su conjunto (la sensación sentida)? Deja que las respuestas fluyan; notarás que aparece la que estás buscando cuando notes un cambio en tu experiencia física, posiblemente una sensación de liberación.
6. Recibir las sensaciones
Una vez aparezcan estas sensaciones nuevas, Gendlin aconseja mantener la receptividad y prestarles atención durante unos momentos. Continúa haciendo esto con las experiencias físicas y psicológicas que surjan después.