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Los 5 perfiles de personas con síndrome del impostor


Si has sentido alguna vez en tu vida que alguno de tus logros son puro azar y no los mereces, y has dudado de tu capacidad para alcanzarlos, probablemente estás siendo víctima del síndrome del impostor.

Esta alteración es una sensación interna por la que una persona cree que no es tan competente y válida como los demás creen o como demuestran sus propios logros. Esta creencia nos hace tener una visión muy poco realista de lo que verdaderamente significa ser bueno y de cómo se siente uno siendo válido.

Junto a ese sentimiento de no merecer y no ser válido ante los éxitos logrados, suele venir siempre un miedo a ser descubierto como impostor, como fraude.

Características del síndrome del impostor

Las características más claras de este síndrome son:

  • Sensación de no merecer el éxito y reconocimiento que se obtiene.
  • Convicción de que el éxito obtenido se debe puramente al azar o a la suerte.
  • Gran duda interna sobre las propias capacidades.
  • Miedo real a ser descubierto como impostor.

Es un síndrome que nos puede afectar en cualquier momento de nuestra vida, sin importar el género, estatus social, profesión, etc. Puede ser circunstancial y temporal o, por el contrario, empeorar con el tiempo y prolongarse.

No es una enfermedad como tal, pero es una sensación que afectará negativamente al bienestar general de la persona. Personas con este síndrome pueden llegar a experimentar ansiedad y mucho estrés cuando se enfrentan a tareas que requieran hacer uso de sus propias habilidades y capacidades porque, a pesar de tenerlas, sientan continuamente que van a fallar en la tarea.

Características del síndrome del impostor

Toda esta problemática conlleva que el sujeto que se siente así experimente diálogos internos muy negativos respecto a su propio autoconcepto, miedos al fracaso y, como ya hemos nombrado, a ser descubiertos como impostor en caso de obtener éxito, serán más obsesivos con los errores cometidos tendiendo siempre a ser perfeccionistas y, por último, exagerarán mucho el proceso de preparación de cada tarea, dilatándola en el tiempo excesivamente.

Perfiles proclives a sufrir síndrome del impostor

Hay 5 tipos de perfiles que se pueden observar dentro de las personas que experimentan este fenómeno psicológico.

1. El perfeccionista

Lo experimentan aquellas personas que, al exigirse siempre llegar a su máximo, piensan que lo podrían haber hecho aún mejor, incluso habiendo logrado su objetivo y no cesan en la búsqueda de mejoras.

2. El superhumano

En busca de lograr el objetivo fijado trabajan cada vez más intentando cubrir sus inseguridades, provocando perjuicio en su propia salud mental y en la relación con su entorno y los demás.

3. El genio natural

Se caracterizan por su gran capacidad de aprender nuevas habilidades de manera rápida y fácil pero, tras haberlo aprendido, se sienten inseguros cuando tienen objetivos difíciles por delante.

4. El individualista

Prefieren realizar todas las tareas de manera individual sin solicitar ayuda por temor a evidenciar su supuesta incompetencia.

5. El experto

No estará satisfecho hasta conocer toda la información sobre un tema. Tienen una continua sensación de no haber sido sinceros y, por lo tanto, temor a ser descubiertos como fraude.

¿Qué hacer?

Una vez identificados los distintos estilos de este síndrome, es importante tener en cuenta varias estrategias que nos ayuden a combatirlo para aliviar el malestar al que tiene sometido al sujeto que lo experimenta. Es muy importante tratar de combatirlo, ya que, por su marcado patrón de pensamiento, afectará negativamente en tu rendimiento laboral/académico, impactando negativamente en la productividad, estrés generado y manera de realizar las tareas. Estas estrategias están conformadas por:

1. Centrarse en los hechos

Es muy importante que, una vez analicemos una situación, nos centremos en ella tal cual la percibimos. Surgirán creencias irracionales, todas en torno a un “no estoy a la altura de esto”, que serán lo que alimenten a este fenómeno psicológico, pero debemos enfocarnos en la tarea, los resultados obtenidos, las valoraciones y evaluaciones, etc.

2. Abandonar el perfeccionismo llevado al extremo

Este perfeccionismo podrá llegar a sabotear los logros porque siempre “faltará algo” para hacer que todo esté perfecto. Debemos centrarnos en optimizar y mejorar el proceso, aprendiendo de los propios errores.

3. Aprender a pedir ayuda

Nadie te va a descubrir como fraude, alguien con más experiencia será una buena oportunidad para aprender y obtener las herramientas necesarias en el proceso. Además, ante el exceso de trabajo, una buena opción es delegar.

4. Celebrar los logros

Debes sentirte orgulloso del trabajo realizado, validar las propias habilidades y fortalezas.