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Test de Turing: qué es, cómo funciona, ventajas y limitaciones


Cuando hablamos de inteligencia artificial ¿a qué nos referimos? Los expertos en esta materia tienen varios puntos de vista al respecto, pero uno de los argumentos más compartidos es que se puede considerar a un ordenador como inteligente cuando éste es capaz de pensar como un ser humano.

Comprobar hasta qué punto una máquina “piensa” es complicado. Antes de conseguir que las máquinas piensen, primero deberíamos entender cómo pensamos nosotros, un asunto que sigue suponiendo un gran misterio a día de hoy.

Sea como sea, de entre todas las formas para comprobar si una máquina posee inteligencia artificial, el test de Turing es seguramente la más famosa. A continuación vamos a descubrir en qué consiste y cuáles han sido sus implicaciones.

¿Qué es el test de Turing?

El test de Turing es un método de indagación en inteligencia artificial (IA) para determinar si un ordenador es capaz o no de pensar como un ser humano. Este test se llama así en honor a su autor, Alan Turing (1912-1954), uno de los más famosos expertos en informática teórica, criptoanálisis, biología teórica y matemáticas.Turing propuso que para decir que un ordenador posee verdadera inteligencia, este debe ser capaz de imitar las respuestas que daría un humano ante condiciones específicas.

El test de Turing original requería de tres terminales separadas entre sí. Una terminal sería operada por un ordenador, mientras que las otras dos serían operadas por humanos. Durante la prueba, uno de los humanos tiene la tarea de hacer preguntas, mientras que el otro humano y el ordenador deberán responderlas.

Las preguntas serán sobre un tema en concreto, usando un formato y contexto específicos. Tras haber hecho el interrogatorio, el humano que hacía las preguntas deberá decidir qué encuestado era el ser humano y cuál era el ordenador.

El test es repetido tantas veces como se quiera. Si el interrogador se equivoca más de la mitad de veces en decidir quién es la máquina, se considera que el ordenador posee inteligencia artificial, dado que se ha comportado de una forma tan humana que ha sembrado la duda en quien hacía las preguntas.

Cómo funciona el test de Turing

Historia del test

Como hemos comentado, este test recibe el nombre de su inventor, Alan Turing. Este matemático inglés fue pionero en investigación en computación y “machine learning” durante los años 1940 y 1950. Turing introdujo este test en suen su trabajo de 1950 llamado “Computing Machinery and Intelligence” cuando trabajaba en la Universidad de Mánchester. Sin Alan Turing y su particular propuesta, los programas de IA actuales como chatbots y asistentes ofimáticos serían ciencia ficción.

Su artículo comenzaba así: “Propongo considerar la pregunta, ¿Las máquinas pueden pensar?”. Esta pregunta la acompañaba con un peculiar ejercicio hipotético: El Juego de la Imitación (The Imitation Game). En su concepción original, en este no involucraba a un ordenador sino a tres participantes humanos en tres habitaciones separadas, conectadas entre sí mediante una pantalla y un teclado. En una habitación había un hombre, en otra una mujer, y en otra estaba la persona que iba a ejercer de juez, de género irrelevante. La mujer tenía que tratar de convencer al juez que ella era el hombre.

Tras explicar este ejercicio con humanos, Turing lo proponía de nuevo, pero esta vez poniendo a un ordenador como participante cuya misión era convencer al juez de que no era un ordenador, sino un ser humano. La tarea del interrogador es decidir quien es la Inteligencia Artificial y quien es el ser humano, como hemos comentado en el apartado anterior.

Desde que fue conceptualizado el test de Turing, este ha sido usado en innumerables ocasiones, siendo usado como una herramienta útil para determinar que un ordenador o programa cibernético posee inteligencia artificial. Algunos ejemplos resonados los tenemos con el programa ELIZA (1966), de Joseph Weizenbaum, capaz de hacerse pasar por un psicoterapeuta, y PARRY (1972) desarrollado por el psiquiatra Kenneth Colby que simulaba ser una persona con esquizofrenia paranoide.

Limitaciones del test al estudiar la inteligencia artificial

El test de Turing no es infalible. Su principal crítica tiene que ver con la forma en cómo ha sido aplicado tradicionalmente, usualmente en forma de interrogatorio muy limitado para que el ordenador, con la tecnología que se disponía en su momento, pudiera exhibir una inteligencia similar a la humana.

Muchas de las ocasiones en las que se ha aplicado el test las preguntas que se hacían a los ordenadores eran cerradas, del tipo que se contestan con un “sí” o “no”. A veces, estas preguntas eran tan sencillas de contestar por los programas informáticos que difícilmente se podían tomar como demostración de su IA.

En cambio, cuando se aplicaba el test de Turing con preguntas abiertas o conversacionales, la respuesta de los programas informáticos podía llegar a ser muy caótica. Si bien hoy en día los programas informáticos son más inteligentes, cabe decir que según qué preguntas abiertas hacen que contesten de una forma que resulta evidente para su interlocutor de carne y hueso descubrir que está hablando con una máquina.

Para muchos investigadores, la cuestión de si un ordenador es capaz de superar el test de Turing o no ya no importa en la actualidad. En vez de centrarse en ver cómo es capaz de convencer a alguien de que son humanos en vez de programas de ordenador, lo importante sería ver cómo hacer que la interacción humano-máquina sea más intuitiva y eficiente. Por ejemplo, usando una interfaz conversacional.

Alternativas a este test

Desde que Turing vivió, el mundo de la informática y la computación ha evolucionado sobremanera. Hoy en día existen muchas alternativas al test de Turing original, los cuales permiten determinar con mayor claridad qué es una IA. Entre ellos tenemos:

1. Test de turing inverso (Reverse Turing test)

En este caso, es el ser humano que trata de convencer al ordenador que no es otro ordenador. Un ejemplo de ello lo tenemos en los populares CAPTCHA, muy recurrentes en páginas web donde se tiene que introducir una contraseña.

2. Test de Turing total (Total Turing Test)

Aquí el interrogador puede probar habilidades perceptivas además de comprobar la habilidad de manipular objetos del sujeto interrogado.

3. Minimum Intelligent Signal Test (MIST)

Este sería la versión más minimalista del test de Turing, en el que solo se hacen preguntas cerradas de tipo verdadero/falso o sí/no.

4. The Marcus Test

Este test es muy interesante. Permite evaluar hasta qué punto un programa informático es capaz de “ver” un show de televisión y entenderlo, comprobándolo haciéndole preguntas sobre la trama o personajes del mismo.

5. The Lovelace Test 2.0

Este test está hecho para detectar inteligencia artificial a través de su capacidad para crear arte.

6. Winograd Schema Challenge

Se hacen preguntas de múltiple respuesta en un formato específico.

¿Cómo es usado el test de Turing actualmente?

A pesar de haber variaciones del test de Turing, su versión original sigue siendo usada hoy en día. Un ejemplo de ello lo tenemos con el Premio Loebner, un certamen celebrado anualmente desde 1990 en el que se da una condecoración a aquellos ordenadores que consiguen convencer al jurado que lo otorga de que son humanos, usándose el test de Turing para delimitarlo. La competición sigue las normas estándar del test de Turing.

En una competición organizada por la Universidad de Reading para conmemorar los 60 años de la muerte de Turing en 2014, un chatbot llamado Eugen Goostman que simulaba ser un niño de 13 años consiguió pasar el test de Turing, consiguiendo engañar al 33% de los jueces.

En el año 2018, Google Duplex consiguió reservar una cita por teléfono con una peluquería mientras una multitud de 7000 personas observaba. La recepcionista no sabía que no estaba manteniendo una conversación con un ser humano real. Esto es considerado por algunos uno de los casos más recientes e interesantes de superación del test de Turing, a pesar de que no sigue el formato original que propuso Alan Turing.

Otro caso lo tenemos con GPT-3, un modelo de procesamiento de lenguaje natural que algunos consideran que tiene la mayor probabilidad de superar el test en su formato original. No obstante, a pesar de sus habilidades sumamente avanzadas, muchos han criticado esta tecnología porque puede ser fácilmente engañada haciéndole preguntas sin sentido y hacer que tenga problemas a la hora de superar el test de Turing.

A pesar de que hay debate sobre la relevancia del test de Turing para delimitar que un programa informático posee inteligencia, esta prueba sigue siendo usada a día de hoy y ampliamente comentada desde un punto de vista filosófico para discutir e investigar sobre IA. A medida que se vaya avanzando en inteligencias artificiales y se tenga una mejor comprensión de cómo funciona el cerebro humano, el test de Turing seguirá siendo usado como herramienta para establecer cuándo una máquina es capaz de pensar como un ser humano.