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Las 8 teorías del altruismo: ¿por qué ayudamos a otros a cambio de nada?


Darse a los demás, ayudar al otro sin esperar nada a cambio. Si bien hoy en día no resulta tan habitual dado que estamos inmersos en una cultura cada vez más individualista, sigue pudiéndose observar de vez en cuando la existencia de una gran cantidad de actos de generosidad espontánea y de ayuda desinteresada al otro. Y no solo el ser humano: los actos altruistas se han observado en una gran cantidad de animales de especies tan diferentes como los chimpancés, los perros, los delfines o los murciélagos.

El porqué de este tipo de actitud ha sido motivo de debate y de investigación desde ciencias como la psicología, la etología o la biología, generándose un gran número de teorías sobre el altruismo. Es sobre ellas sobre las que se va a hablar a lo largo de este artículo, destacando alguna de las más conocidas.

El altruismo: definición básica

Entendemos altruismo como aquel patrón de conducta o comportamiento caracterizada por la búsqueda del bienestar de los demás sin esperar que ello nos genere ningún tipo de beneficio, a pesar de que dicha acción pueda incluso llegar a perjudicarnos. El bienestar ajeno es pues el elemento que motiva y guía el comportamiento del sujeto, estemos hablando de un acto puntual o de algo estable en el tiempo.

Los actos altruistas son por lo general bien vistos socialmente y permiten generar bienestar en los demás, algo que repercute en la vinculación entre individuos de manera positiva. Sin embargo, a un nivel biológico el altruismo supone una acción que en principio no resulta directamente beneficiosa para la supervivencia e incluso que puede llegar a ponerla en riesgo o provocar la muerte, algo que ha hecho plantearse a diferentes investigadores el porqué del surgimiento de este tipo de conductas.

Teorías sobre el altruismo: dos grandes puntos de vista

El porqué un ser vivo puede llegar a estar dispuesto a sacrificar su vida, provocarle algún perjuicio o simplemente emplear los propios recursos y esfuerzos en una o varias acciones que no le suponen ninguna ganancia ha sido objeto de grandes investigaciones desde diferentes disciplinas, generándose gran cantidad de teorías. De entre todas ellas, podemos destacar dos grandes grupos en las cuales las teorías sobre el altruismo pueden insertarse

Teorías pseudo-altruistas

Este tipo de teorías sobre el altruismo es uno de los más importantes y que mayor consideración ha tenido a lo largo de la historia. Reciben el nombre de pseudo-altruistas ya que lo que proponen es que en el fondo los actos altruistas sí que persiguen algún tipo de beneficio propio, aunque sea a nivel inconsciente.

Dicha búsqueda no sería de un beneficio directo y tangible por la actuación, sino que la motivación detrás del acto altruista sería la obtención de recompensas internas como la autoaprobación, la sensación de estar haciendo algo considerado bueno por otro o el seguimiento del propio código moral. También se incluiría la expectativa de futuros favores por parte de los seres a los que proporcionamos ayuda.

Teorías puramente altruistas

Este segundo grupo de teorías considera que la conducta altruista no es debida a la intención (consciente o no) de conseguir beneficios, sino que parte de la intención directa de generar bienestar al otro. Serían elementos como la empatía o la búsqueda de justicia la que motivaría la actuación. Este tipo de teorías suelen tener en cuenta lo relativamente utópico que es encontrar un altruismo total, pero valoran la existencia de rasgos de personalidad tendentes a ellos.

Algunas de las principales propuestas explicativas

Los dos anteriores son los dos principales enfoques existentes al respecto del funcionamiento del altruismo, pero dentro de ambos se incluyen una gran cantidad de teorías. Entre ellas, algunas de las más destacables son las siguientes.

1. El altruismo recíproco

Teoría que desde el enfoque del pseudoaltruismo propugna que lo que mueve realmente la conducta altruista es la expectativa de que la ayuda proporcionada genere posteriormente un comportamiento equivalente en el ayudado, de tal manera que a la larga se potencian las posibilidades de supervivencia en situaciones en que los propios recursos podrían no ser suficientes.

Asimismo, quien recibe la ayuda se beneficia de esta a la par que tiende a sentirse en deuda con el otro. También se potencia y favorece la posibilidad de interacción entre ambos individuos, algo que favorece la socialización entre sujetos no emparentados. tiene la sensación de sentirse en deuda.

2. La teoría normativa

Esta teoría es muy semejante a la anterior, con la excepción de que contempla que lo que mueve a quien ayuda es el código moral/ético o los valores, su estructuración y el sentimiento de obligación hacia los demás derivado de ellos. Se considera también una teoría del enfoque del pseudoaltruismo, dado que lo que se busca con la ayuda al otro es obedecer la norma social y las expectativas de un mundo junto que se han adquirido durante socioculturalmente, evitando la culpa de la no ayuda y obteniendo la gratificación de haber hecho lo que consideramos correcto (aumentando así nuestra autoconsideración).

3. Teoría de la reducción de la tensión

También parte del enfoque pseudoaltruista, esta teoría considera que el motivo de ayudar al otro es la reducción del estado de malestar y agitación que nos genera la observación del sufrimiento de otra persona. La ausencia de actuación generaría culpa y aumentaría el malestar del sujeto, mientras que ayudar reducirá al malestar sentido por el propio sujeto altruista al reducir el del otro.

4. La selección del parentesco de Hamilton

Otras de las teorías existentes es la de Hamilton, que considera que el altruismo es generado derivado de la búsqueda de la perpetuación de los genes. Esta teoría de carga eminentemente biológica valora que en la naturaleza muchas de las conductas altruistas se encuentran dirigidas hacia miembros de nuestra propia familia o con los que tenemos algún tipo de relación consanguínea.

El acto de altruismo permitiría que nuestros genes sobrevivieran y se reprodujeran, a pesar de que nuestra propia supervivencia pudiera verse perjudicada. se ha observado que una gran parte de las conductas altruistas se e es generado en diferentes especies animales.

5. Modelo del cálculo costes-beneficios

Este modelo considera la existencia de un cálculo entre costes y beneficios tanto de actuar como de no actuar a la hora de realizar un acto altruista, precisando de la existencia de menores riesgos que posibles beneficios a obtener. La observación del padecimiento ajeno va a generar tensión en el observador, algo que propiciará que se active el proceso de cálculo. La decisión final también se verá influenciada por otros factores, como por ejemplo el grado de vinculación existente con el sujeto que necesita ayuda.

6. Altruismo autónomo

Un modelo más propio del enfoque puramente altruista, esta propuesta supone que son las emociones las que generan el acto altruista: la emoción hacia el sujeto en apuros o hacia la situación genera que dejen de tenerse en cuenta los principios básicos del reforzamiento y el castigo. Este modelo, trabajado entre otros por Karylowski, tiene en cuenta que para que el altruismo sea realmente tal es necesario que la atención esté focalizada en el otro (si estuviera focalizada en uno mismo y en las sensaciones que provoca, estaríamos ante el producto de la teoría normativa: un altruismo por el hecho de sentirse bien con uno mismo).

7. Hipótesis de la empatía-altruismo

Esta hipótesis, de Bateson, también considera el altruismo como algo puro y no sesgado por la intención de obtener ningún tipo de recompensa. Se supone la existencia de diversos factores a tener en cuenta, siendo el primer paso ser capaz de percibir la necesidad de ayuda ajena, la diferenciación entre su situación presente y la que implicaría su bienestar, la saliencia de dicha necesidad y la focalización en el otro. Ello generará la aparición de empatía, poniéndonos en lugar del otro y experimentando emociones hacia él.

Ello nos motivará a buscar su bienestar, calculando la mejor manera de ayudar a la otra persona (algo que podría incluir el dejar la ayuda a otros). Si bien la ayuda puede generar algún tipo de recompensa social o interpersonal pero que no es el objetivo de la ayuda en sí.

8. Empatía y identificación con el otro

Otra de las hipótesis que considera el altruismo como algo puro propone el hecho de que lo que genera la conducta altruista es la identificación con el otro, en un contexto en que se percibe al otro como necesitado de ayuda y mediante la identificación con él olvidamos los límites entre el yo y la persona necesitada. Ello terminará por generar que busquemos su bienestar, del mismo modo en que buscaríamos el nuestro.

Referencias bibliográficas:

  • Batson, CD. (1991). The altruism question: Toward a socio-psychological answer. Hillsdale, NJ, England: Lawrence Erlbaum Associates, Inc; England.
  • Feigin, S.; Owens, G. y Goodyear-Smith, F. (2014). Theories of human altruism: a systematic review. Annals of Neuroscience and Psychology, 1(1). Disponible en: http://www.vipoa.org/journals/pdf/2306389068.pdf.
  • Herbert, M. (1992). Psicología en el Trabajo Social. Madrid: Pirámide.
  • Karylowski, J. (1982). Two types of altruistic behavior: Doing good to feel good or to make the other feel good. In: Derlega VJ, Grzelak J, editors. Cooperation and helping behavior: theories and research. New York: Academic Press, 397-413.
  • Kohlberg, L. (1984). Essays on moral development. The psychology of moral development. San Francisco: Harper and Row, 2.
  • Trivers, R.L. (1971). The evolution of reciprocal altruism. Quarterly Review of Biology 46: 35-57.