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​Síndrome de Capgras: síntomas, causas y tratamiento


Existen trastornos que, por su naturaleza o por su rareza, son muy poco conocidos para la gente de a pie. Uno de ellos es el Síndrome de Capgras, que hoy definiremos y estudiaremos.

Qué es el Síndrome de Capgras

La persona que padece el Síndrome de Capgras sufre una ideación delirante, basada en que sus seres queridos han sido sustituidos por dobles impostores que se hacen pasar por ellos. No es exactamente que se tengan dificultades a la hora de reconocer las caras, tal y como ocurre en la prosopagnosia, ya que los pacientes con Síndrome de Capgras reconocen los rasgos faciales que técnicamente definen a las pesonas y por lo tanto no tienen problemas a la hora de visualizar las caras. Sin embargo, interpretan la presencia de ciertas personas de manera delirante, creyendo que son impostores con un disfraz perfecto.

Síntomas frecuentes

De un día para otro, los pacientes con Síndrome de Capgras afirman que algunos de sus seres queridos (normalmente la pareja, algún familiar cercano, o incluso compañeros de trabajo) han sido sustituidos por dobles idénticos que se comportan de la misma manera, aunque presentan ciertos aspectos diferentes.

En este momento, el vínculo emocional que existía entre ellos se rompe y aparece así el miedo, el rechazo y la evitación. No son capaces de saber por qué, para qué y quién ha sustituido a su ser querido, pero aunque esta idea carezca de sentido, dan por hecho que es cierta, e interpretarán todo tipo de hechos y acciones como señales de que están rodeados de impostores.

En definitiva, los pacientes pueden reconocer los rostros de los demás pero no conectarlos con el significado emocional que poseen, de modo que sienten que hay una persona con la misma cara y rasgos que otra y a la vez no saben señalar una razón concreta y coherente por la que ese individuo no es quien dice ser.

Historia de este raro síndrome

En 1923, el psiquiatra Jean Marie Joseph Capgras describió por primera vez este síndrome bajo el nombre de “ilusión de dobles” o “l’illusion des sosies”: la paciente era una mujer de 50 años que sufría ideas delirantes. Por un lado, pensaba que pertenecía a la realeza y, por otro, que personas de su entorno habían sido sustituidas por dobles, ya que existía una sociedad secreta que se encargaba de secuestrar a personas y de la aparición de sus dobles.

El trastorno surgió a raíz de no superar la muerte de su hijo de pocos meses de edad, y es entonces cuando empezó a afirmar que había sido raptado y sustituido. Tras esto, vuelve a dar a luz a dos parejas de gemelos, y de ellos solo sobrevivió una niña. Después de esto, su idea de la existencia de la red encargada de secuestro y sustitución se hizo más fuerte, llegando a creer que ella misma tenía un doble en el exterior mientras permanecía ingresada.

Causas del Síndrome de Capgras

No se conocen las causas exactas de este síndrome, pero la teoría más aceptada es la desconexión entre el sistema de reconocimiento visual y el sistema límbico, encargado del procesamiento emocional.

El sistema visual procesa los estímulos a través de dos vías diferenciadas: por un lado, la vía ventral conecta la corteza visual con estructuras encargadas del reconocimiento de objetos y, por otro, la vía dorsal conecta la corteza visual con estructuras límbicas, que aportan el significado emocional y afectivo. Por tanto, se podría afirmar que existe una desconexión en la vía dorsal, ya que el paciente reconoce al familiar de manera visual, pero no asocia ninguna emoción a este.

Comorbilidad con otros trastornos

Este síndrome va unido a otros trastornos psicóticos, como la esquizofrenia paranoide, la depresión psicótica u otros trastornos delirantes. También puede aparecer junto a otras enfermedades, ya sean tumores cerebrales, lesiones craneoencefálicas y demencias, como el alzheimer o el Parkinson, dado que las alteraciones neurológicas de este tipo raramente afectan solo a un tipo de función cerebral muy delimitado.

Tratamiento

Debido a que el Síndrome de Capgras es poco común, no hay muchos estudios sobre tratamientos validados y efectivos. El tratamiento más utilizado y útil a medio plazo está compuesto por la combinación de psicofármacos y la terapia cognitivo-conductual.

1. Psicofármacos

En cuanto a los psicofármacos, se pueden utilizar los siguientes tipos:

  • Antipsicóticos, los cuales se utilizan para combatir la idea delirante presente en el individuo.
  • Anticonvulsivos, que se utilizan como apoyo si fueran necesarios.
  • Otros fármacos acordes a la patología que presente.

2. Terapia psicológica

Si nos centramos en la terapia psicológica, se utilizará, principalmente, la reestructuración cognitiva. Mediante esta técnica, el paciente se enfrentará a su idea delirante e incoherente, haciéndole ver que es su percepción emocional la que ha cambiado, y que los otros no han sido sustituidos. Además, se le enseñará a emprender estrategias para compensar estos fallos de reconocimiento de otras maneras, y a lidiar con la ansiedad que estos errores puedan provocar.

También sería conveniente realizar una intervención con la familia, debido al costo emocional que la enfermedad representa tanto en el paciente como en los familiares.

El Síndrome de Capgras ha hecho que las relaciones familiares se deterioren, produciendo un distanciamiento entre los miembros, y dicho distanciamiento no es conveniente si queremos que la familia coopere en el proceso de recuperación. Para ello, hay que asegurarse de que entienden la situación y que todo se debe a una alteración neurológica, y no a la toma de decisiones del paciente.

Finalmente, hay que tener en cuenta si el paciente presenta una patología primaria a partir de la cual se ha desarrollado este síndrome. Si fuera así, dicha patología prevalecería a la hora de elegir un tratamiento y aplicarlo.

Referencias bibliográficas:

  • Aziz, V.M. y Warner, N.J. (2005). "Capgras'' Syndrome of Time". Psychopathology. 38(1): pp. 49 - 52.
  • Bhatia, M.S (1990). "Capgras syndrome in a patient with migraine". British Journal of Psychiatry. 157(6): 917 - 918.
  • Ellis, H.D. y Young, A.W. (1990). "Accounting for delusional misidentifications". The British Journal of Psychiatry. 157(2): 239 - 248.