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​Matrimonios tóxicos: 10 señales para detectarlos


Casarse y formar una familia es un objetivo y deseo de muchas personas, pues la idea de contraer matrimonio es prácticamente una imposición nivel social. Pero el matrimonio, en muchos casos, puede ser una experiencia muy gratificante. Sin duda, encontrar a esa persona que te hace tan feliz y con la que pasar el resto de tu vida a su lado es realmente sensacional.

Sin embargo, los matrimonios no siempre salen como uno espera, y el sufrimiento que causan mientras uno vive este tipo de relación tóxica puede afectar seriamente a su salud emocional. Los matrimonios tóxicos existen, y en este artículo te explicamos 11 señales para detectarlos.

Señales para detectar un matrimonio tóxico

Un matrimonio tóxico es aquel en el que los derechos de algún miembro de la relación parecen desaparecer, y la relación se caracteriza por el sufrimiento y los conflictos constantes. Es habitual que cuando las personas viven inmersas en está situación tóxica, no sean realmente consciente de ello, en gran medida por la inercia, la costumbre y porque, en muchos casos, existe cierta dependencia emocional hacia el cónyuge.

A Continuación puedes encontrar una lista de señales que indican si estás viviendo un matrimonio tóxico. Sin embargo, es necesario destacar que todas las parejas pueden pasar por malas etapas y que la manifestación de alguna de estas características de manera puntual no necesariamente hace referencia a un matrimonio tóxico. Dicho esto, las señales para detectar un matrimonio tóxico son las siguientes.

1. Dependencia y codependencia emocional

La dependencia emocional convierte el matrimonio en una relación asimétrica, y provoca que uno de los dos miembros gane terreno y ejerza control sobre el otro. La causa de este fenómeno suele encontrarse en la inseguridad de la persona dependiente, que es incapaz de conectar consigo misma, y su felicidad depende de otros, causando una gran fijación o adicción a la pareja.

La codependencia emocional, en cambio, pese a ser un fenómeno igual de dañino que el anterior, ocurre cuando un miembro de la pareja es "adicto" a la dependencia de su pareja, es decir, a la necesidad de ayudarle y preocuparse por su bienestar. Es una especie de controlador y manipulador, pero más silencioso. Ambos fenómenos interfieren en el buen funcionamiento del matrimonio y, por tanto, provocan mucho dolor a los cónyuges.

2. Conductas posesivas y de control

En los matrimonios tóxicos existen ciertas conductas de control y posesión por parte de uno de los miembros de la pareja. Éste ejerce una gran influencia sobre el otro, que pierde la voz y opinión en la relación y observa como su libertad se ve afectada. Por ejemplo, las decisiones del matrimonio suelen ser de un solo miembro, que controla las cuentas y los gastos del otro e incluso sus redes sociales. Todas las decisiones pasan por él, y suele mostrarse agresivo si el otro da su opinión al respecto.

3. Vida social limitada

La vida social limitada también es característica de los matrimonios tóxicos, por lo que uno o los dos miembros de la pareja dejan de tener vínculos cercanos con otras personas. Esto puede ocurrir como consecuencia de las conductas de control anteriormente mencionadas, pero también por la excesiva dependencia emocional o fijación por la pareja. Las conductas saludables son aquellas en las que los miembros de la pareja siguen manteniendo su propio espacio, y eso incluye, entre otras cosas, tener sus propias amistades.

4. Celosía

Uno de los comportamientos tóxicos que más daño causa en los matrimonios son los celos. La baja autoestima suele ser uno de los orígenes de este tipo de conductas, que hacen que en la mente del celoso afloren creencias poco acertadas sobre la realidad y, en consecuencia, éstos lleven a cabo comportamientos obsesivos. Los celos causan sufrimiento a ambos cónyuges, y con el paso del tiempo hacen que el matrimonio se convierta en un infierno.

En mayor o menor medida es posible experimentar cierto grado de celosía cuando nos importa alguien. Pero en un matrimonio de este tipo los celos tóxicos pueden manifestarse, por ejemplo, con conductas como: cuando un cónyuge pregunta constantemente por los horarios y cuestiona los hechos de su pareja, se enfada cuando el otro pasa tiempo con amigos, controla los mensajes de facebook a escondidas e incluso es capaz de salir en busca del otro cónyuge cuando duda de su palabra.

5. Conflictos frecuentes

Lógicamente, todos estos puntos anteriores llevan a conflictos frecuentes. Pero, además, la comunicación en este tipo de matrimonios suele ser ineficiente y, por tanto, puede causar problemas relacionales serios. En la relación tóxica no se respira un clima de tolerancia ni se fomenta la reconciliación, sino todo lo contrario: el problema tiende a hacerse cada vez mayor y el sufrimiento se acrecienta.

6. Hace sufrir

Por tanto, los matrimonios tóxicos causan mucho sufrimiento y dolor. Y cuanto más tiempo se pase en la relación de este tipo, peores pueden ser las consecuencias a nivel emocional o en la autoestima de alguno de los dos cónyuges. Puesto que la relación es asimétrica, es inevitable que el sufrimiento aparezca.

7. Manipulación

Las conductas manipuladoras y de chantaje emocional aparecen frecuentemente en los matrimonios tóxicos, pues uno de los dos miembros actúa de acuerdo con sus intereses, y culpabiliza, incomoda y provoca miedo al otro.

Las causas de estas conductas pueden ser variadas, aunque normalmente se deben a la autoestima baja, que hace que uno de los dos cónyuges busque constantemente la confirmación del amor de su pareja, provocando demostraciones de que la otra persona no le dejará. 

8. Pérdida del crecimiento personal

Las personas que viven inmersas en un matrimonio tóxico dejan de crecer como personas. Ya sea porque son emocionalmente dependientes, porque el sufrimiento les puede o porque gozan de una autoestima frágil. Lo cierto es que dejan de lado las conductas de desarrollo personal y se ahogan en la dinámica tóxica del matrimonio.

9. Falta de respeto

El respeto es básico en cualquier tipo de relación, ya sea de pareja, familiar o de amistad. Cuando el respeto se pierde, es imposible que la relación funcione y que los cónyuges sean felices en el matrimonio. La falta de respeto puede manifestarse de diferentes maneras, por ejemplo: cuando uno de los miembros del matrimonio humilla constantemente al otro tanto en público como en privado o simplemente no está interesado en los logros de su pareja.

10. Obsesión por la relación

Las relaciones tóxicas acaban convirtiéndose en un círculo vicioso del que se hace difícil salir. La baja autoestima y la dependencia emocional provocan que, pese al sufrimiento, los cónyuges sigan juntos, erosionando más y más la relación. 

Éstos pueden llegar a obsesionan con la relación, de manera que ninguno respira y no existe ni el respeto ni la comunicación y, por tanto, el amor desaparece y los conflictos están presentes una y otra vez.